La obra restaurada es un Niño Jesús de los denominados "pasionistas". Se trata de una talla de unos 75 cm de estatura, aproximadamente, realizada en diferentes materiales: los antebrazos y medias piernas con pies están talladas en madera, y el resto es un vaciado realizado con tela de lino encolada.

El Niño, lloroso y con la mirada alzada al cielo, se presenta de pie, sobre una nube que descansa en una peana dorada y marmoleada. Se desconoce la autoría de esta pieza, aunque cronológicamente puede fecharse en el siglo XVIII. Según reza escrito en el interior de la peana, perteneció al antiguo convento de San Pablo de Córdoba. Hoy día pertenece a una colección particular de la localidad almeriense de Macael.

Las principales patologías que presentaba eran debidas al lógico paso del tiempo y a la actuación de los agentes atmosféricos: numerosas fisuras, algunas en la unión de piezas y ensambles, y numerosos desprendimientos tanto en el estuco como en la policromía, además de una considerable capa de suciedad adherida.

La restauración ha consistido en la realización sobre la imagen de una limpieza químico-mecánica exhaustiva con la intención de eliminar la suciedad adherida y algunos repintes localizados.

Tras ello se ha procedido a subsanar todos los desperfectos, eliminando fisuras y grietas, y reconstruyendo las pérdidas con nuevas lagunas de estuco y reintegración cromática.

Por otro lado, han sido repuestas las falanges de los dedos perdidas. La cabeza, prácticamente separada del torso, ha sido reforzada desde el interior con resina líquida para acabar de nuevo fijada.

Por último, a la figura le han sido incorporadas nuevas pestañas de pelo natural y lágrimas de cristal y le ha sido aplicado un barniz de restauración como protección final.

En cuanto a la peana y la nube, igualmente han sido debidamente restauradas y afianzadas.