INTERVENCIÓN DE SEBASTIÁN MONTES CARPIO PARA CÓRDOBA

22/10/2009


 

 

 

La efigie intervenida es una Virgen dolorosa de tamaño natural, denominada de candelero y con articulaciones en los brazos, realizada en madera de pino sobre una mascarilla antigua que el escultor e imaginero cordobés Juan Martínez Cerrillo reconstruyó en el año 1979 a base de gruesas capas de estuco y tela encolada, haciendo por tanto suya la imagen. Pertenece, por tanto, a la última etapa creativa del prolífico artífice.

 

 

 

La dolorosa recibe culto público en la iglesia cordobesa de San Andrés bajo la advocación de Nuestra Señora de la Salud y Consuelo. Desde que fue realizada por Martínez Cerrillo, hasta la recién concluida restauración del joven artista cordobés Sebastián Montes Carpio, la imagen no había sido intervenida.

 

 

 

El proceso de restauración ha consistido en un saneamiento general de la imagen mariana. Del mal estado que presentaba la talla, en general, podemos resaltar las numerosas fisuras y grietas que se expandían por todo el cuerpo, además del rostro. Tales daños se habían producido tanto por el lógico deterioro del paso del tiempo, como por los materiales de escasa calidad con los que la dolorosa ha sido realizada.

 

 

 

Montes Carpio ha retirado numerosos objetos metálicos, entre los que destaca el pollero, que se encontraba atornillado al cuerpo y la cabeza, afectando gravemente a la madera, además de numeroso papel y tela encolada, con el cual, como hemos apuntado anteriormente, estaba construido parte del rostro.

 

 

 

Debido al pésimo estado que presentaban las telas encoladas y los estucos con los que estaba reconstruida la cara de la Virgen, han sido pocas las partes que han quedado intactas de policromía original. Por petición del grupo parroquial que le rinde culto, Montes Carpio ha llevado a cabo una nueva policromía, de mayor calidad aunque basándose en diferentes dolorosas de la producción de Martínez Cerrillo, para no alejarla de su autoría original. También le ha labrado una nueva cabellera que incluye un recogido en forma de moño.

 

 

 

La fisonomía original de Nuestra Señora de la Salud y Consuelo ha sido, en palabras de Montes Carpio a La Hornacina, respetada al máximo, tan sólo con puntuales cambios como la nueva policromía y la incorporación de nuevos aditamentos postizos (pestañas, lágrimas) que le dan una mayor naturalidad a la figura.

 

 
     
     
 

 

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