RESTAURACIÓN DE SEBASTIÁN MONTES CARPIO

31/05/2009


 

 

 

El último trabajo realizado por el joven escultor e imaginero cordobés es una curiosa restauración de una imagen de la Virgen Dolorosa, obra en madera policromada, de tamaño natural y candelero para vestir. La imagen ha llegado al taller de Sebastián Montes Carpio procedente de Barcelona, donde recibe culto en un oratorio privado, aunque en Semana Santa procesiona por una feligresía de la Ciudad Condal.

 

 

 

En un principio, la restauración tenía que consistir tan sólo en un cambio de policromía, además del arreglo de algunos desperfectos, pero al comenzar la intervención de la talla en el obrador, el artista pudo apreciar que, debajo de lo que entonces se veía, se encontraba una maravillosa escultura, camuflada y distorsionada por las numerosas y desafortunadas intervenciones que ha sufrido a lo largo de su devenir histórico.

 

 

 

Según el propietario, la imagen es de procedencia granadina, aunque ha sido en el domicilio particular de una familia malagueña donde se ha venerado durante la mayor parte de su historia. Tras descubrir la talla original, Montes Carpio ha llegado a la conclusión, desde su punto de vista, que podríamos encontrarnos, por la hechura de la pieza, dentro del grupo de imágenes realizadas a finales del siglo XVII o en la centuria siguiente por imitadores del estilo del maestro Pedro de Mena, habituales en casas y conventos de las ciudades de Málaga y Granada.

 

 

 

En las fotografías puede apreciarse el alto grado de deterioro que presentaba la Dolorosa, además del resultado final de la restauración y el proceso en el que se observa claramente como el escultor va eliminando todas las toscas capas de escayola que recubrían la imagen en su totalidad. La cabellera, por ejemplo, estaba realizada íntegramente en dicho material, así como sustentada por numerosos clavos, añadidos en su última intervención.

 

 

 

Por último, comentar que se han encontrado hasta dos capas más de policromía, aplicadas posteriormente sobre la original, de la cual se han podido encontrar muy pocas lagunas en un lamentable estado de conservación. No obstante, dichos restos han servido para poder interpretarlas en una nueva policromía, que ha incluido un nuevo cabello pintado en tonos castaños sobre el cráneo de tan interesante pieza mariana.

 

 
     
     
 
     
     
 

 

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