Primera fase del grupo titulado Santa Faz para la Cofradía de Cristo Abrazado a la Cruz y de la Verónica, con sede en el templo parroquial del Carmen de Zaragoza. El conjunto escultórico representa a Jesús camino del Calvario, abrazando la cruz una vez se ha puesto en pie tras la caída sufrida en la vía dolorosa, momento en que la Santa Mujer Verónica ha aprovechado para enjugar su rostro con un paño. Remata de momento la escena un soldado romano, que insta violentamente al Nazareno a seguir el camino hacia la crucifixión.

Este misterio procesional será completado por Víctor Carazo Castel con otras dos santas mujeres, una de ellas llevando un niño -haciendo alusión a las palabras de Jesús que fueron recogidas por Lucas en su evangelio: "no lloréis por mí, sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos" (Lc 23, 28)- y por otro soldado romano, una figura que irá a caballo y aparecerá impidiendo acercarse a las mujeres al reo.

Todas las figuras son de tamaño natural y han sido talladas por el escultor e imaginero zaragozano en madera de cedro real a tamaño natural. Se hallan completamente anatomizadas y poseen pestañas superiores de pelo natural. El Cristo, de 180 cm de altura, trata de volver a erguir la cruz, mientras la santa mujer, que se ha despojado del manto y el velo que cubrían su cabeza para enjugar a Jesús -cuyo semblante ha quedado impreso en el lienzo-, lo contempla alejarse mientras aparta de la vista de los romanos el paño con la Santa Faz.

El autor ha plasmado dos curiosos detalles en su obra: la sangre del Salvador en las manos de la Verónica y la presencia de una abeja a los pies de Cristo, en el pedregoso suelo. Dicho insecto parece morir en invierno, pero retorna en primavera, de ahí que en el cristianismo simbolice la muerte y resurrección de Jesús.