Zaqueo, nueva imagen que viene a complementar el misterio de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús entrando en Jerusalén del municipio jiennense de Villanueva del Arzobispo. Se trata de una talla completa en cedro real de 117 cm de altura, presentada y bendecida en la Parroquia de San Andrés Apóstol de dicha localidad.

Personaje poco representado, Zaqueo aparece en el evangelio de San Lucas (Lc 19, 1-10). Es menester saber de Zaqueo, que aparte de recaudar impuestos para Roma, era un publicano de clase social alta y de baja estatura, que se subió a un árbol para ver pasar a Jesús. Cristo lo escogió para ir a su casa a hospedarse; no para decirle que le estaba vedada su participación en determinados actos de su iglesia, sino como muestra de que todos tenemos cabida en la vida cristiana que el Salvador vino a proponer.

El Domingo de Ramos es el arranque de la pasión, muerte y resurrección de Cristo y es, a pesar de su inminente muerte terrenal, un día festivo y alegre del que disfrutan especialmente los niños, en quienes reside la bondad y la inocencia. Por tal motivo, al Zaqueo de Villanueva del Arzobispo (Jaén) se le representa con aspecto de niño, con expresión de júbilo y gratitud sincera, porque el maestro lo tiene en cuenta.

Es vestido conforme a su alta posición social, con ricos y coloridos ropajes. Unos colores con fuerte simbología: el violeta o morado del abrigo está asociado al lujo, a la nobleza, pero también a la espiritualidad, a la piedad y a la penitencia de repartir parte de sus bienes a los pobres, características que refuerzan la pureza interior de Zaqueo; por otro lado, el verde, color de la cofradía de Nuestro Padre Jesús entrando en Jerusalén, es el color de la salud y la vida, de la incipiente primavera que a todos alegra.

En la ornamentación de las prendas que Zaqueo viste encontramos dos elementos que, simbólicamente, también están entroncados con el Domingo de Ramos: las ramas de olivo, que podemos ver en la cenefa dorada que bordea el abrigo, y unas palmas en el pecho de la túnica.

Por último la imagen se sitúa subida a una palmera tallada en cedro blanco con capacidad para doce hojas de palma, pues doce fueron los apóstoles que acompañaron a Jesús en su entrada triunfal en Jerusalén.