En la Capilla de los Servitas del templo gaditano de San Lorenzo Mártir se podrán ver algunas de las imágenes que atesora la Parroquia de la Divina Pastora y que han sido depositadas a petición de su párroco debido a las obras de emergencia que hay que acometer en dicho templo.

Ello coincide con la exhibición al culto de la Virgen de los Dolores en la capilla propiedad de la Venerable Orden Servita desde el pasado 17 de febrero, con motivo del X Aniversario de la apertura del Año de Gracia para la Coronación Canónica de la venerada dolorosa, atribuida a Francesco Galleano (hacia 1730-1763), discípulo y colaborador de Anton Maria Maragliano. Se presenta ataviada con su primer manto bordado, donado en el siglo XIX por el canónigo Francisco Lara y Arjona, y su corona de plata dorada, del año 1760, con modificaciones de cara a su restauración y enriquecimiento por parte de los talleres de Antonio Kiernam en 1992.

Entre las obras procedentes de la Divina Pastora se encuentra el Cristo de las Lágrimas y Buen Viaje. Se recomienda para un profundo estudio de estudio de esta obra la lectura que en el apartado de la obra "Escuela genovesa. Artífices del setecientos en Cádiz" hace de ella el historiador José Miguel Sánchez Peña. Es un crucificado difícil de catalogar ya que posee elementos propios de la mencionada escuela, pero también ciertos detalles de la escuela castellana. Obra enigmática y, según Castellano Pavón, anterior al siglo XVIII, con claros referentes al movimiento manierista y en concreto a las pinturas de Luis de Morales como modelos.

Se acompaña con la incorporación del San José instalado sobre la primera peana de la titular servita, obra de Manuel Seco Velasco (1943), y del San Sebastián, en el que podemos apreciar el empleo de la línea serpentinata con claros orígenes en el manierismo italiano. Ambas obras también provenientes de la Divina Pastora, del escultor Benito de Hita y Castillo, uno de los últimos montañesinos con Montes de Oca y Duque Cornejo.

Asimismo, el busto de San Felipe Benicio, recientemente restaurado por Miguel Ángel Segura, profesor de la Escuela Municipal del Dorado de Jerez de la Frontera. En el busto podemos apreciar un estilo cercano al del citado Francesco Galleano, autor al que, como hemos dicho, se atribuye la dolorosa de la V.O.T. de Servitas.

No podemos olvidar la reciente incorporación del Niño Jesús Pasionario, obra de clara filiación dieciochesca, y como fondo al retablo de Juan Rosado, notable tallista gaditano, la pintura San Rafael y Tobías del genovés Doménico Parodi. San Rafael Arcángel, considerado la "medicina de Dios", con clara alusión a los tiempos de pandemia y trasladada desde el crucero para la ocasión.

Complementa esta suerte de exposición temporal, ideada por el equipo de mayordomía, pinturas y esculturas del recinto como la Divina Pastora, obra de carácter popular firmada por Antonio Pino que, en palabras del profesor Lorenzo Alonso de la Sierra, recuerda algunas producciones hispanoamericanas, así como el anónimo lienzo de Jesús Nazareno y la deliciosa pintura del Niño Jesús de Victoria Martín del Campo, pintora académica supernumeraria de la local de Bellas Artes a partir de 1840, que contribuyó con otros artistas de su época a la decoración de la Catedral Nueva de Cádiz con varios cuadros de temática sacra.

También en la Iglesia de San Lorenzo están a la altura de los fieles los titulares de la hermandad gaditana de los Afligidos, obras de Peter Relingh (1726), escultor al que erróneamente se atribuyó la Virgen de los Dolores, compañeros de historia desde la fundación de los Servitas por el obispo Lorenzo Armengual de la Mota.