EL ESCULTOR JOSÉ DE ARCE EN CÁCERES

Con información de Lola Luceño para El Periódico de Extremadura (29/04/2009)


 

 

El historiador José Luis Romero Torres ha descubierto en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla el contrato original de compra y hechura del Señor de la Columna, venerado en el templo cacereño del Espíritu Santo. El contrato está fechado en Sevilla, el 22 de junio de 1655, el mismo año en que el artista, de origen flamenco, labró la imagen de Jesús de las Penas, titular de la cofradía sevillana de la Estrella.

En dicho documento figura un plazo de ejecución de tres meses, las medidas de la obra -dos varas de alto-, un precio que se establece en 133 pesos de plata de a 8 reales cada uno, y el nombre del escultor: José de Arce. El documento indica también la necesidad de realizar un cajón para trasladar la obra de Sevilla a Cáceres.

El Cristo muestra los rasgos propios de José de Arce, introductor en la capital hispalense del barroco dinámico: formas blandas, ausencia de patetismo, complexión fuerte, musculatura desarrollada, cabellera de gran volumen, y barba no rayada ni peinada, también voluminosa.

De este modo, se confirma documentalmente la hipótesis que emitimos en La Hornacina el 18 de abril del año 2007, cuando, con motivo de un breve reportaje sobre la presencia de la escuela sevillana en la escultura procesional cacereña. Señalábamos que, a pesar de hallarse catalogado por la historiografía local como obra del escultor sevillano Pedro Roldán, desde nuestro punto de vista su contraposto, el modelado de las facciones y el peculiar acabado de cabellera y barba casan mejor con el estilo de José de Arce, maestro flamenco emigrado a Sevilla, cuyo estilo influiría decisivamente en el de Roldán y su círculo de seguidores.

Titular de la Cofradía del Cristo del Humilladero y la Santísima Virgen María Corredentora, esta valiosa efigie se halla en un estado de conservación lamentable que reclama una experta restauración. Su deterioro se debe a las desafortunadas restauraciones, y al hecho de haber sido retirada de las procesiones y de todo tipo de cuidados por parte de los cofrades, durante el periodo de tiempo comprendido entre 1913 y 1995.

 

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