Trabajo realizado para la Virgen de la Sierra (Cabra, Córdoba). Nueva corona, donada por la familia González Gómez, que ha optado por el estudio de orfebrería Adán Jaime para su diseño y ejecución.

Esta corona de diseño ecléctico, exhibe una increíble combinación de estilos y elementos que la convierten en una pieza única, donde predomina claramente el estilo colonial. El orfebre malacitano se ha inspirado en antiguos grabados que ilustraban sendos exvotos, pertenecientes algunos a la colección del duque de Sessa. También en el modelo de corona de la desaparecida Virgen del Rosario de la Ermita de la Esperanza, que podemos contemplar en un cuadro de la citada advocación, propiedad de Parroquia de la Asunción.

El motivo principal del canasto de la corona está elegantemente cincelado en metal plateado, formando una gran hoja de acanto en la que se intercalan brillos y contrastes, donde se insertan engastes de aguamarinas con talla brillante, evocando la opulencia y el lujo propio de la realeza. Los intrincados detalles ornamentales y los patrones entrelazados a lo largo de la corona añaden un toque de refinamiento y elegancia dentro del diseño historicista.

Podemos diferenciar diversas texturas y satinados en toda la superficie de la pieza, obteniendo así delicados detalles en tonos plateados que aportan un interesante contraste visual. Estos sutiles toques metálicos resaltan tanto las líneas fluidas, como los detalles intrincados de la corona, agregando un encanto contemporáneo a su diseño colonial.

La corona se encuentra adornada con una selección de perlas japonesas y aguamarinas en tonos celestes, piedras que capturan la luz de manera cautivadora, añadiendo brillo y resplandor a todo el conjunto plateado. La armoniosa combinación de elementos eclécticos y detalles coloniales, dan como resultado una pieza única y cautivadora. Su diseño transmite una sensación de lujo atemporal con una estética muy añeja.

La corona está realizada con técnicas artesanales de cincelado sobre metal plateado. La base del canasto está circundada por hojarascas y flanqueada por cuatro medallones equidistantes. El canasto es un tronco cónico invertido, con unos ricos penachos de hojas de acanto, separados por pináculos con desarrollo tridimensional, siendo rematados por unas perlas japonesas a modo de margaritas.

La parte superior del resplandor está compuesta por unos arcos ornamentales a base de hojas de acanto y roleos, de impronta renacentista. Sobre ello aparece un cuerpo semicircular de nubes, donde nace una panoplia de rayos biselados y flamígeros rematados por doce estrellas, de ocho puntas con engastes de aguamarinas. En la parte superior central de la ráfaga se incluye una cruz de Santiago en memoria de San Hesiquio, discípulo directo del apóstol de Cristo, que, según la leyenda, trajo a Cabra la imagen de la Virgen de la Sierra.

Por último, en la parte inferior central del resplandor pende colgando una perla periforme sostenida. Dicha perla constituye el eje vertebrador entre el canasto y el resplandor de la corona.