Se trata de una pareja de ángeles plañideros, tallados en madera de cedro real con una altura de 70 cm. Las alas y los paños de las dos figuras, representadas sedentes, han sido dorados con oro fino de 23 3/4 quilates y estofados al temple. Los diseños ornamentales de los paños han sido cincelados para realzarlos.

Los ángeles muestran en sus rostros lágrimas de vidrio fundido a mano. Su destino es la Hermandad de las Angustias (Primitiva del Santo Rosario) del municipio gaditano de Sanlúcar de Barrameda, con sede en la Parroquia de Nuestra Señora del Carmen. Concretamente han sido concebidos para figurar en la parte superior del canasto del paso procesional, a la altura del manto que lleva la imagen mariana.

Representados con amargo llanto, al estilo de los soberbios querubines que flanquean la hechura de la jiennense Virgen de las Angustias, portan atributos de la Pasión en una de las manos (flagelo y caña con la esponja del vinagre) y en la otra un pañuelo para enjugar sus lágrimas. La encarnadura ha sido realizada al óleo.

Actualmente el artista roteño Caballero Pérez ultima una Virgen Dolorosa a tamaño natural (175 cm de altura) con la advocación de Nuestra Señora de la Amargura (boceto en la imagen inferior). Estará realizada en madera de cedro real, con candelero para poder vestirla, ojos vítreos de color marrón y dientes protésicos. En este caso el destino será la Parroquia de San Pablo de la Cruz, situada en el distrito limeño de La Molina (Perú).