Se trata de una obra escultórica titulada Monaguillos Turiferarios, compuesta por tres tallas de bulto redondo para vestir que van sobre dos peanas: una imitando adoquinado y otra de moldura talladas. Tienen una altura de 31,5 cm, teniendo en cuenta que una de ellas está agachada. Iconográficamente hablamos de un conjunto de tres niños monaguillos turiferarios que hacen un alto en la procesión para recargar el incensario.

El niño del lado izquierdo se halla en actitud caminante, dejando el pie izquierdo en tierra y empezando a levantar el derecho. Se aproxima, con la naveta del incienso en la mano izquierda y la cucharilla en la derecha, a sus otros dos compañeros para echar el contenido en el incensario. Tiene el pelo más largo de los tres, pintado en color castaño oscuro. Los ojos son de color castaño claro y dirigen su mirada hacia los otros dos. Lleva una inscripción debajo del pie izquierdo con el nombre de San Rafael.

El niño del centro se encuentra agachado en cuclillas. Se encuentra echando la pastilla de incienso dentro del incensario con la mano izquierda, mientras la derecha aguanta la cestilla de los carbones. El pelo, alborotado, es de un color que va del caramelo al rubio, y los ojos, dirigidos hacia su último compañero, son de color azul. Lleva una inscripción debajo del pie derecho con el nombre de San Miguel.

El niño de la derecha está de pie y aguarda a que sus compañeros coloquen carbón e incienso dentro del incensario que sostiene. Tiene la cabeza girada hacia el lado derecho e inclinada, con la mirada fija en la acción del compañero. El pelo moreno es corto y peinado al lado, y sus ojos son grises. Lleva una inscripción debajo del pie derecho con el nombre de San Gabriel. En sus manos sostiene las cadenas del incensario.

Realizado en madera de cedro real, los acabados de este pequeño conjunto escultórico son los siguientes: policromía de encarnadura tradicional al óleo patinado, policromía al óleo para peana, y tintado y barnizado satinado para la moldura. La escena discurre en una peana a modo de calle adoquinada, montada sobre una peana moldurada de esquinas ochavadas. El juego de orfebrería se compone de naveta, cucharilla, cestilla de carbones e incensario en metal plateado, todo ello cincelado por los talleres de Orfebrería Sanlúcar.