Se trata de una figura que representa a San Cayetano, labrada para una colección particular en madera de cedro policromada a tamaño inferior del natural (mide 60 cm de altura). Aparece el santo recibiendo en sus brazos al Niño Dios, quien le ofrece el pan de la Eucaristía a través de la simbología de unas espigas de trigo.

La imagen recrea la experiencia mística que el fundador de la Orden de los Teatinos vivió la noche de la Navidad del año 1517, narrada en una misiva enviada a su confidente, la religiosa agustina Laura Mignani, según la cual la propia Virgen María presentó al Niño Jesús a San Cayetano para que lo adorase.

Al transcurrir la visión durante una misa, San Cayetano lleva la indumentaria eclesiástica propia del ministerio sacerdotal con el alba y la estola. Calzado con sandalias, contempla turbado al pequeño Jesús mientras se dispone a recibir la ofrenda. La peana sobre la que se asienta es de claros tonos ocres imitando el mármol.