NUEVA OBRA DE RAÚL BERZOSA

Con información de Raúl Berzosa Fernández (06/08/2012)


 

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El pasado 4 de agosto, con motivo del 137 aniversario de la fundación de la Compañía de las Hermanas de la Cruz, se bendijo en la pizarreña Iglesia de San Pedro un óleo sobre tabla que representa a Santa Ángela de la Cruz y la Beata Madre María de la Purísima, realizado por el pintor malagueño Raúl Berzosa.

Santa Ángela de la Cruz nació en Sevilla en el año 1846. De familia numerosa y pobre, trabajadora y piadosa, desde muy joven trabajó en un taller de zapatería mientras se entregaba al servicio de los más necesitados. Bajo la guía de su confesor, el Padre Torres, se hizo religiosa, y años después fundo la Compañía de la Cruz, una congregación que, viviendo en gran austeridad, atiende a enfermos y marginados. A pesar de no tener estudios, la santa dejó escritos de gran profundidad. Su vida y espiritualidad tienen rasgos franciscanos muy marcados. Murió en el año 1932 en su ciudad natal. Juan Pablo II la beatificó en 1982 y la canonizó en 2003.

La Beata Madre María de la Purísima nació en Madrid en el año 1926, en el seno de una distinguida familia. En 1944, cuando contaba 18 años de edad, ingresó en la Compañía de la Cruz. Tomó los hábitos en 1945, profesó temporalmente dos años más tarde e hizo los votos perpetuos en 1952. Mujer piadosa y cultivada, hablaba con fluidez tres idiomas, francés, inglés e italiano. Fiel seguidora de Santa Ángela, fue elegida Madre general de la Compañía de la Cruz en 1977. Falleció en Sevilla en el año 1998. En 2010 fue beatificada por Monseñor Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, en nombre de Benedicto XVI.

La pintura de Berzosa es novedosa en cuanto a que ambas religiosas quedan retratadas por primera vez en una misma estancia. Aparecen en el interior de un convento, austero como la Compañía, en el que solo dos figuras dan carácter suntuoso: San Francisco de Asís, por el carácter franciscano de la Compañía, y un Crucificado, símbolo de las religiosas. Por la diferencia de edad entre ambas mujeres, no se trata de una imagen real.

El autor contrarresta la verticalidad de la obra, titulada Santa Ángela y la Beata Madre María de la Purísima, sentando a la santa en una silla, junto a un escritorio, y colocando a la beata de pie. Con esta solución el espacio queda más completo. Otro elemento a tener en cuenta es el cesto que aparece en el extremo derecho, propio de la Compañía, ya que con ellos se realiza la ayuda a los pobres. Las medidas del cuadro son 165 x 299 cm.

 

Nota de La Hornacina: acceso a la galería fotográfica de la obra a través del icono que encabeza la noticia.

 

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