Continúa la reconstrucción del retablo de la iglesia cordobesa de la Merced con la recuperación de la efigie de San Rafael Arcángel, una talla completa de 170 centímetros de altura que acaba de ser realizada por el escultor e imaginero cordobés Antonio Bernal Redondo, quien ha contado en su ejecución con la colaboración de los integrantes de la Escuela Taller La Merced, propiedad de la Diputación de Córdoba.

Recordarles que, en el año 1978, el templo sufrió un incendio intencionado que destruyó completamente el retablo mayor, obra dieciochesca (hacia 1770) en la que intervinieron Alonso Gómez de Sandoval y otros escultores. Lograron salvarse los altares laterales de Santa Mariana y Santa María del Socorro, obras modeladas en estuco y relacionadas también con Gómez de Sandoval. Desde hace más de veinte años se lleva a cabo la mencionada reconstrucción a expensas de la Diputación de Córdoba, actual propietaria del inmueble.

Inspirada en la imagen primitiva, aunque reduciendo suavemente el artista su frontalidad mediante el giro de la cabeza y otros sutiles detalles compositivos, el santo se encuentra policromado, dorado y estofado al temple, siguiendo el equipo la técnica del óleo en el caso de las encarnaduras. A sus pies una cartela con marco barroco lo identifica y recuerda al espectador su condición de guardián y custodio de Córdoba.

Como suele ser habitual en la representación de los arcángeles, tanto la anatomía como la expresión del terso rostro, enmarcado por ondulada melena castaña que se recoge sobre la espalda, adquieren gran delicadeza cercana a lo femenino. Las preseas y los atributos (pez, cayado y redoma) de San Rafael, patrón de los enfermeros, doctores y farmacéuticos, han sido cincelados en orfebrería. Las alas de variados colores; las calzas al estilo romano, los paños ricamente decorados... Todo ello está dotado de noble monumentalidad escultórica.