DEVORAR PARÍS. PICASSO 1900-1907

02/07/2011


 

 

El Museu Picasso de Barcelona presenta la muestra Devorar París. Picasso 1900-1907, organizada y producida conjuntamente con el Van Gogh Museum de Ámsterdam y que cuenta con la colaboración de Acción Cultural Española (AC/E) y el patrocinio de Endesa. Reúne, por primera vez en Barcelona, una destacada selección de obras del Van Gogh Museum de Ámsterdam que dará una idea de cuál era la reputación del pintor holandés -uno de los pocos por los que Picasso manifestó abiertamente admiración y respeto- en el París de 1900.

Comisariada por Marilyn McCully -una de las grandes expertas en Picasso-, esta exposición muestra la evolución artística del malagueño desde su llegada, en el año 1900, a París, donde descubrió una floreciente comunidad artística internacional, hasta 1907, cuando asumió el papel de líder de la vanguardia en la capital francesa.

La muestra exhibe unas 60 obras de Picasso en diversos soportes, y otras de artistas como Cézanne, Steinlen, Rodin, Gauguin, Toulouse-Lautrec, Puvis de Chavannes, y, en particular, Van Gogh -el prestigio de todos se encontraba en su cenit en el París de la época-, con la voluntad, no de compararlas entre sí, sino de dar una idea del estímulo visual que la vida y el arte parisinos representaron para Picasso durante la primera década del siglo XX.

 

 

Contemplar por primera vez las obras de estos artistas fue toda una revelación para Pablo Picasso, que cuando llegó a París era un joven pintor español de formación provinciana, así como una inspiración a la que se mostró de inmediato sensible, como demuestran su exploración de nuevas técnicas pictóricas y gráficas, y el empeño que puso en abordar nuevos temas basados en sus propias experiencias ante la vida y el arte modernos.

Algunos críticos tacharon a Picasso de imitador de los artistas que descubrió en su primer viaje a París; ahora podemos ver lo desacertado de este juicio. Aunque nunca renunció a apropiarse de los hallazgos de sus coetáneos, o de los que descubrió en la historia del arte para forjar su propio estilo (desde la escultura ibérica hasta el arte africano, pasando por Matisse), Picasso, que se trasladó definitivamente a París en el año 1904, jamás fue un imitador (imposible confundir una sola de sus obras con la de ningún otro artista). En 1907 ya era un artista mundialmente reconocido y un puntal de la vanguardia francesa, pero durante toda su carrera utilizó los mismos métodos de trabajo y experimentación. Esta exposición permite apreciar este hilo conductor.

Entre otros museos y colecciones de todo el mundo, la muestra cuenta con obras del Fine Arts Museum de San Francisco, Solomon R. Guggenheim Museum de Nueva York, Metropolitan Museum of Art de Nueva York, Philadelphia Museum of Art, Staatsgalerie Stuttgart y, en especial, del Van Gogh Museum de Ámsterdam.

 

 

Hasta el 16 de octubre de 2011 en el Museo Picasso de Barcelona (Calle Montcada, nº 15-23)
Horarios: martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas; cerrado los lunes no festivos y el 15 de agosto.

 

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