SETDART. SUBASTA DE ALTA ÉPOCA

28/08/2020


 

Setdart.com es la empresa pionera en España en las subastas online de arte y coleccionismo. Desde 2004, año de su fundación, se ha posicionado como líder de su sector en nuestro país. Su objetivo ha sido siempre modernizar, dinamizar y popularizar el mundo de las subastas tradicionales mediante la utilización de las nuevas tecnologías. Entre las próximas subastas de Setdart.com destacamos la de Alta Época con 90 lotes que se encuentra preparando de cara al próximo jueves 10 de septiembre por el interés histórico y artístico de muchas de sus piezas de pintura, escultura y orfebrería sacra.

 

 

Vicente López

Incluida en el catálogo del artista valenciano por José Luis Diez García, es una obra conocida exclusivamente por una fotografía del Servicio de Recuperación de la Guerra Civil (1939). El marco es de época posterior. Mide 45 x 32 cm (77 x 76 cm con marco). Díez García la fecha hacia 1814, ya que guarda semejanzas con otros modelos similares ejecutados en esas fechas. En este lienzo Vicente López plasma una imagen típicamente barroca de la Inmaculada Concepción, claramente vinculada a modelos de los siglos XVII y XVIII. La figura destaca sobre un fondo dorado, un rompimiento de gloria cerrado con cúmulos de nubes trabajados con gran ilusionismo entre los que asoman numerosos ángeles niños, en su mayoría en tonos dorados. Sobre la cabeza de María vemos la corona de estrellas símbolo de plenitud, y por encima de ella el Espíritu Santo en forma de paloma, con las alas completamente desplegadas y captado de frente, con un magistral escorzo hábilmente resuelto.

 

 

Escuela sevillana del siglo XVII

Este tipo de obras fueron muy comunes en el Barroco con el objetivo principal de llegar al fiel a través del sentimiento, y si bien también se realizaron para iglesias y oratorios privados, fueron propias de los conventos femeninos por considerarse en el siglo XVII que ciertos temas no eran apropiados para la sensibilidad de las mujeres. En ambas tallas las peanas son similares. La representación infantil del Niño Jesús y San Juanito fue también muy habitual en el Barroco por su parentesco familiar y su similar destino, además de la función del Bautista como precursor de Cristo. Estas piezas en madera tallada y policromada, con cruces de metal y ojos de pasta vítrea (cada una mide 87 x 26,5 x 22 cm) podrían corresponder al segundo tercio del siglo XVII, cuando José de Arce introduce formas más del barroco berninesco, y Pedro Roldán es la cabeza y jefe de un importante taller familiar, destacando también primero su hija Luisa Roldán y luego su nieto Pedro Duque y Cornejo.

 

 

Luis Tristán

Por sus características formales podemos identificar esta obra como realizada por un conocedor de la obra de Luis Tristán, uno de los más sobresalientes representantes de la escuela toledana de principios del siglo XVII. De hecho, la obra que presentamos, pintada al óleo sobre lienzo (128 x 96 cm, con el marco 147 x 115 cm), muestra una gran similitud con la conservada en el Museo del Prado, atribuida al taller de Luis Tristán, discípulo del Greco y de Ribera en Italia. Al igual que la conservada en la pinacoteca española, en este lienzo se aborda el tema de San Jerónimo penitente en el desierto a través de una composición clásica, clara y abierta. La fuerte influencia del Greco permanecerá siempre en la obra de Tristán, sobre todo en el alargamiento y la inestabilidad expresiva de sus figuras, pero su conocimiento directo del caravaggismo en Roma, se refleja en un naturalismo patente especialmente en algunas de sus obras.

 

 

Escuela cubana del siglo XIX

Juan Moreno y dos hermanos indios, Juan y Rodrigo de Hoyos, con la intención de recoger sal, salían de Cayo Francés en la Bahía de Nipeen Cuba, cuando observaron algo flotando en el mar, al acercarse vieron que se trataba de una imagen de la Virgen que flotaba sobre un madero en el cual se encontraba la inscripción: "Yo Soy La Virgen de La Caridad". En esta obra en madera tallada y policromada (106 x 61 x 37 cm) se puede observar el momento concreto en el cual los tres esclavos, uno negro y dos indios, conocidos como los tres Juanes en la tradición cubana, se encuentran con la imagen de la Virgen María. No se observa la inscripción de la Virgen de la Caridad, pero sin embargo la Virgen aparece sosteniendo al Niño Jesús en brazos tal como se narra en un documento conservado en el Archivo General de las Indias en Sevilla. La denominación de Virgen de la Caridad del Cobre deriva de la tradición yoruba, la cual asimiló las cualidades de la Virgen como las de la deidad Oricha, la dueña del cobre. La popularidad y asimilación devocional de la Virgen en la cultura cubana se desarrolló rápidamente por lo que en 1998 se convirtió en su patrona.

 

 

Pedro Rodríguez de Miranda

En este óleo sobre cobre (31 x 24 cm, 45 x 38,5 cm con el marco) el autor plasma una imagen de carácter devocional, en la cual el autor nos presenta a San José y el Niño en el taller de carpintero del santo. Ambos personajes adoptan una postura cotidiana y fraternal a fin de proyectar una imagen cercana y naturalista, que conmueva el ánimo del fiel y se muestre cercana a la realidad, haciendo hincapié así en la humanidad de Jesús. Rodríguez de Miranda es un artista perteneciente a una generación de pintores a caballo entre la tradición barroca española y la influencia de los maestros franceses e italianos traídos por Felipe V a la corte madrileña. Inició su formación artística junto su tío Juan García de Miranda y, como ayudante suyo, entró en palacio en 1734 para restaurar las pinturas de la colección real, sobresaliendo en tales labores ya que fue nombrado Pintor del Rey en 1744. De su obra conservada destaca la de temática religiosa en la que muestra una clara influencia con la escuela barroca de Claudio Coello y Juan Carreño de Miranda.

 

 

Escuela española del siglo XVII

La falta de trabajo en la espalda de esta talla en madera policromada de San Jorge indicaría, posiblemente, la pertenencia de la misma a un retablo de una iglesia, formando parte de una escena en la que, seguramente, estaría incluido el dragón. La armadura deriva de un tipo empleado en el Imperio Romano, conocido como "thoracata", recuperado por el Renacimiento y conservado desde ese momento. Este es, prácticamente, el único detalle más rigurosamente histórico, aunque con diferencias de los ejemplos antiguos, junto con las sandalias, que siguen modelos empleados por la caballería y por los gladiadores principalmente, porque el casco es más semejante a ejemplos del siglo XVII. Estilísticamente, el movimiento presente en los paños, la postura del joven y las diagonales de la composición muestran la pertenencia de la obra al Barroco. La expresión del santo, tranquila, se puede relacionar con los rostros de la época: muestra total seguridad en el momento de vencer a la bestia por contar con la ayuda de Cristo. La policromía cuenta con los tonos habituales en la escultura religiosa del momento, aunque es preciso destacar la falta de estofado en los paños, detalle que podría indicar una cierta influencia italiana (o ajena a España, en todo caso). Nótese, también, la calidad tanto en el trabajo de talla como en el policromado: se buscan volúmenes y luces con toques de colores más claros en determinados puntos, para sacar luces de los paños. Mide 215 x 100 x 78 cm.

 

 

Juan de Juanes

Por sus características formales y técnicas podemos relacionar esta obra con el círculo de Juan de Juanes, nombre por el que se conoce a Vicente Juan Macip, hijo de Juan Macip y pintor clave del renacimiento español. La expresión Asunción es significativa: se opone a la Ascensión, como lo pasivo a lo activo; es decir, María no asciende al cielo por sus propios medios, como Cristo, sino que es elevada al Paraíso por los ángeles. Pese al formato mediano de este óleo sobre tabla (72 x 75 cm), la que aquí presentamos es una composición triunfal y monumental, de claro carácter devocional reforzado por el acusado sentido escenográfico de la composición. Ésta se organiza en dos planos, el inferior terrenal y el superior celestial, claramente diferenciados como es habitual en la escuela española del siglo XVI.

 

 

Francisco de Zurbarán

Debido a las características estilísticas, esta pareja de lienzos (126 x 76 cm cada uno) puede inscribirse dentro de los patrones estéticos que definió el maestro Zurbarán, y más concretamente a los correspondientes a su taller. Así, nos encontramos frente a una pareja de óleos que, con mucha probabilidad, pudieran representar a los Santos Justo y Pastor, quienes fueron unos mártires hispanorromanos ejecutados en el 304 d. C. en Alcalá de Henares por orden del prefecto de la ciudad Daciano (o Dacio), durante la persecución de Diocleciano. Justo y Pastor, que contaban con 7 y 9 años de edad respectivamente, se negaron a abjurar del cristianismo. Los santos han sido representados siguiendo las directrices formales instauradas por Zurbarán, el pintor de realismo sencillo, excluyendo de su obra la grandilocuencia y la teatralidad. El discípulo representa los valores táctiles de las telas y de los objetos a través de delicadas vestimentas de finos hilos y brocados de oro, y expresa la ternura y el candor de los niños con gran maestría y excepcionalidad. Al igual que ocurre con la obra de Zurbarán, incluso podemos hallar algo de torpeza en el momento de resolver los problemas técnicos de la perspectiva geométrica, pese a la perfección de su dibujo en anatomías, rostros y objetos. Se presentan imponentes sobre un fondo neutro, recurso directamente influenciado por el maestro extremeño, a quien no le interesaron los escorzos ni la sugerencia de espacios ilusionistas a la italiana. Se trata, en consecuencia, de una pareja de composiciones severas, rigurosamente ordenadas, que alcanzan un nivel excepcional de emoción piadosa.

 

 

Escuela boliviana del siglo XVIII

Arqueta de carácter religioso realizada en plata repujada originaria de Bolivia. En la parte superior de la tapa una representación escultórica, de San Miguel venciendo al demonio, ornamenta la tapa. En su parte frontal y trasera se halla representada el águila bicéfala, motivo decorativo perteneciente a la iconografía imperial que, aunque tiene su punto de partida en 1508, no se introdujo en la platería religiosa hasta la segunda mitad del siglo XVII y principios del XVIII, entendiéndose como una exaltación eucarística por parte de la monarquía española. La difusión por Hispanoamérica del motivo del águila bicéfala pudo pasar a la platería sudamericana por medio de los jesuitas. En cuanto al resto de decoración, destacan los motivos florales revistiendo el tambor en sus cuatro lados, así como la tapa y los flancos, decorados éstos con mascarones antropomorfos entre roleos. Esta pieza dieciochesca (49 x 39,5 x 26 cm) se eleva sobre pies de garra posados en bolas. Se aprecia la influencia rococó en la profusión ornamental, que no deja superficie sin trabajar con delicados repujados.

 

 

Sebastián Fernández Domedel

Escena de carácter devocional de la Virgen con el Niño que representa como tema principal al Niño Jesús ofreciendo pan a unos fieles. La composición de la pintura se divide en dos zonas: la parte superior, central, muestra un área celestial, destacada por un rompimiento de gloria de color dorado, que envuelve a la figura de la Virgen; en la zona inferior, la terrenal, se puede observar sobre un fondo oscuro a tres personajes en primer plano, situados en la zona izquierda que extienden sus brazos hacia el Niño Jesús. Se trata de un grupo de tres hombres ataviados con sobrias vestiduras y en actitud de adoración, ya que los tres dirigen su mirada hacia el Niño y la Virgen. La diferencia de la fisionomía de los rostros, que muestran diferentes rasgos y edades, da pie a interpretar que se trata de los donantes de la obra. El lienzo (168 x 217 cm) se atribuye al pintor Sebastián Martínez Domedel (Jaén, hacia 1615 - Madrid, 1667), seguidor de la escuela de Murillo.

 

 

Escuela española del siglo XVI

Imagen devocional de medio bulto, tallada en madera, policromada y dorada, que representa a San Juan Bautista adulto. Mide 93 x 32 x 25 cm. Una vez superado el choque entre tradición y modernidad, la llegada de las influencias del Renacimiento italiano a España, el pleno siglo XVI, se caracterizará por el gran desarrollo que alcanzó la imaginería religiosa. Asimismo, estilísticamente tendrá lugar una confrontación entre los escultores clasicistas y los de filiación flamenca, que buscaban planteamientos más dramáticos y emocionales. De este modo, la difusión de la imagen religiosa en España se sustentó en dos bases fundamentales: por un lado, el hecho de que la influencia nórdica constituya una alternativa claramente diferenciada respecto al modelo clasicista italiano; por otro, que el sentido emocional, que por su propia función ha de adquirir la imagen religiosa, se orientará más a potenciar el sentimiento, a conmover al fiel, que a seguir los dictados racionalistas del Renacimiento. Tanto es así, que en España la atención a lo emocional tuvo un carácter más relevante que en el resto de Europa. De este modo la imagen, asociada a la palabra de los predicadores, fue el instrumento más idóneo para el adoctrinamiento del pueblo y para la defensa de los cánones de la Iglesia, siguiendo planteamientos escolásticos y no humanísticos.

 

 

Luis de Morales

En este óleo sobre tabla (38 x 28 cm, 70 x 60 cm con marco), titulado Dolorosa, se representa a María como Virgen de los Dolores y la Soledad, un tema muy del gusto de la devoción popular española, que gozará de una gran difusión durante el Barroco, especialmente en las obras destinadas a capillas y altares privados. El tema se suele representar como aquí vemos, con la Virgen sola en primer plano, en un entorno oscuro e indefinido, de carácter indudablemente dramático. Los párpados cerrados, humedecidos por un llanto silencioso, otorgan a la imagen un pathos intenso pero contenido. El claroscuro modela los suaves rasgos femeninos. Aunque la casa de subastas no se pronuncia al respecto, identificado la pieza como española del siglo XVII, creemos que su estilo remite directamente al del pintor extremeño Luis de Morales, apodado "El divino".

 

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