La intervención ha sido practicada en la imagen de la Virgen de Aguasantas, patrona de la localidad extremeña de Jerez de los Caballeros (Badajoz). Hoy estará abierta la ermita donde recibe culto para contemplar los resultados de la restauración en horario de 10:00 a 13:00 y de 17:00 a 19:00 horas.

La ermita de Aguasantas fue también el lugar donde se presentó ayer la imagen mariana y el largo proceso de restauración al que ha sido sometida por parte del restaurador extremeño Francisco Pérez Vargas. El acto dio comienzo a las 18:00 horas bajo las medidas establecidas por sanidad y salud pública de cara a su aforo.

Los trabajos de restauración, que han durado siete meses, comenzaron con los correspondientes estudios previos que incluyeron los ultravioletas y los radiográficos para comprobar, entre otros aspectos, las condiciones en las que se encontraba su interior, confirmándose la existencia de numerosas grietas, visibles desde el exterior, que afectaban sobre todo a las zonas correspondientes a los ensambles, así como numerosos elementos metálicos.

A continuación, Francisco Pérez Vargas procedió al restañado de las grietas y al tratamiento de los elementos metálicos (clavos, puntillas, etcétera), respecto a los cuales tomó la decisión de impermeabilizarlos y no eliminarlos para evitar pérdidas en el soporte de madera.

También se han resanado el estuco y la policromía de la talla. Al respecto, una limpieza química y mecánica ha permitido recuperar una policromía más antigua, supuestamente del siglo XIX, más rica en matices y con unos tonos más sonrosados tanto en la Virgen como en el niño que sujeta sobre el brazo izquierdo.

La retirada de repintes en el rostro que ha conllevado dicha recuperación polícroma ha hecho que la imagen pierda dureza en su expresión y haya ganado en dulzura, según Pérez Vargas.

Muy interesante ha sido el hallazgo de restos de color dorado en los cabellos bajo un repinte de color marrón, lo que unido a las características fisonómicas de la imagen y su hieratismo, pese a los sucesivos repintes sufridos a lo largo de los siglos, pueda adelantar su hechura del siglo XVIII al XVI, quizás cuando el rey Felipe II donara en 1577 la ermita de las Aguas Santas a los franciscanos descalzos para que edificaran allí un convento.