VASCO DE LA ZARZA. 500 AÑOS
17/06/2025
Con motivo del V Centenario del fallecimiento del escultor renacentista Vasco de la Zarza, la Catedral de Ávila se convierte este verano en el escenario principal de una gran exposición conmemorativa. La muestra, titulada Vasco de la Zarza. 500 años, es el eje central de un proyecto cultural y espiritual que se viene desarrollando desde septiembre de 2024, y que concluirá justo un año después. Esta exposición, impulsada por la Junta de Cofradías de Semana Santa y que cuenta con el apoyo tanto de Diputación como del Ayuntamiento de Ávila, podrá visitarse entre los meses de julio y septiembre, y forma parte del compromiso de la Diócesis de Ávila con la custodia, difusión y puesta en valor del patrimonio religioso como expresión de fe y de identidad cultural. La muestra se inaugurará oficialmente el 3 de julio, y abrirá al público el día 4 con una visita guiada especial. Además, el 8 de julio a las 19 horas se celebrará una presentación en el Museo de Ávila, sede secundaria de la exposición, que ha contribuido con dos obras para la muestra. La exposición Vasco de la Zarza. 500 años reúne más de 60 piezas, en su mayoría esculturas, pero también obras de pintura y orfebrería, así como vidrieras y libros, todos ellos procedentes de templos y colecciones de toda la provincia de Ávila y de otras ciudades como Salamanca, Segovia y Zamora. Es la primera vez que se realiza una exposición monográfica sobre Vasco de la Zarza, uno de los grandes introductores del Renacimiento italiano en las artes españolas y figura clave de la Corona de Castilla en el primer cuarto del siglo XVI. El recorrido artístico se articulará en torno al majestuoso monumento funerario de Alonso de Madrigal (El Tostado), obra cumbre de Vasco de la Zarza situada en la propia girola de la Catedral. Frente a esta pieza se podrán contemplar, por primera vez, dos incunables de la obra de El Tostado, humanista y teólogo de gran relevancia. Esta incorporación dota de profundidad espiritual y cultural a una exposición que se presenta como algo más que una simple muestra: es un homenaje al diálogo entre fe, arte e historia. Otro aspecto destacado del proyecto es la reivindicación de la Escuela Abulense de escultura, germen de la escultura barroca sevillana. Por primera vez se presenta un estudio conjunto de autores como Isidro de Villoldo, Pedro de Salamanca o Juan Bautista Vázquez (El Viejo). Además de Vasco de la Zarza, se expondrán obras de otros grandes maestros como Diego de Siloé, Alejo de Vahía, Pedro Berruguete o el taller de Felipe Bigarny. Más del 90 % de las piezas han sido cedidas desde parroquias y colecciones de toda la provincia, en una colaboración sin precedentes que pretende también dinamizar las comarcas abulenses y reforzar el vínculo entre arte, territorio y comunidad. Los comisarios de la exposición, Fernando Rodríguez-Piñero Jiménez (conservador de Patrimonio Nacional) e Ismael Mont Muñoz (profesor de Historia del Arte en la Universidad de Salamanca), han destacado el reto y la ilusión que ha supuesto convertir la girola de la Catedral de Ávila en una sala expositiva de primer nivel. Durante el verano, el equipo técnico de la exposición ofrecerá visitas guiadas que permitirán conocer en profundidad las piezas expuestas y su contexto artístico y espiritual. El acceso a la exposición está incluido con las entradas habituales de la Catedral y del Museo de Ávila. Algunas piezas de la Semana Santa abulense estarán también presentes en la muestra. La imagen elegida para el cartel oficial de Vasco de la Zarza. 500 años es una fotografía tomada por Isabel García, fotógrafa del Diario de Ávila. En ella se muestra a uno de los cuatro Evangelistas que pueden contemplarse en la magnífica girola de la Catedral de Ávila, concretamente a San Juan. Una manera de rendir homenaje al legado de Vasco de la Zarza y su vínculo con la interpretación de las Sagradas Escrituras. Una foto que ilustra con fuerza el espíritu de esta conmemoración: la belleza artística al servicio de la fe. |
Entre los grandes tesoros que alberga la Catedral de Ávila y que podrán contemplarse en el marco de esta exposición destacan varias obras originales de Vasco de la Zarza, así como piezas atribuidas a su taller, que fue uno de los más influyentes de la escultura renacentista en Castilla. Su obra maestra es el célebre sepulcro de Alonso de Madrigal (El Tostado), ubicado en el trasaltar de la girola. Tallado en alabastro, combina la figura sedente del obispo -rodeado por escenas del Nacimiento, la Adoración de los Magos, la Epifanía y las Siete Virtudes- con una profusa decoración plateresca y un exquisito dominio del detalle. Otra obra fundamental es el Sagrario del altar mayor, realizado entre 1518 y 1522 en alabastro, auténtico modelo del Renacimiento italiano aplicado al arte sacro, tanto por su ejecución técnica como por su elaborada iconografía teológica. En la zona sur de la nave del Evangelio, junto a la Capilla de la Virgen de la Piedad, encontramos el conjunto bautismal más singular de la Catedral de Ávila. La copa de alabastro data del siglo XV y su pie y exedra, elaborados entre 1514 y 1518, son obra indiscutible de Vasco de la Zarza, mientras que la hornacina que la alberga, también atribuida a su mano, está realizada en estuco. Todo el espacio, cerrado por una rejería de estilo plateresco atribuida a Juan Francés, forma un pequeño baptisterio independiente cerca de la escalera de subida a la torre. Este conjunto destaca por unir un testimonio directo de Vasco de la Zarza (pie y exedra) con piezas de alabastro tradicionales anteriores, creando una fusión armoniosa entre el legado anterior y el nuevo lenguaje renacentista que el mismo introdujo. Es una muestra clara de cómo su taller supo integrar tradición y modernidad en el contexto escultórico del templo, brindando al edificio un recurso sacro de gran belleza y funcionalidad ritual. Además, en la Catedral de Ávila se advierte la influencia de su taller en obras como el Retablo de Santa Catalina (1529), atribuido a discípulos directos suyos como Lucas Giraldo, quien trabajó al estilo de Vasco de la Zarza en alabastro, con detalles ornamentales típicos del plateresco. De Giraldo y Juan Rodríguez, otro de sus discípulos directos, destaca también el trascoro renacentista, obra maestra en piedra caliza. Este monumental conjunto, ubicado tras el coro, se estructura en tres calles y narra, mediante altorrelieves, escenas de la infancia de Jesús según el Evangelio de San Lucas: Presentación en el Templo, Adoración de los Reyes, Matanza de los Inocentes, además de otros episodios como la Huida a Egipto, Jesús entre los Doctores, el Abrazo de San Joaquín y Santa Ana y la Visitación, todo rematado por un friso superior con doce profetas y una rica crestería con angelotes y la figura del Padre Eterno. Esta obra, concebida como "Biblia de piedra", fue restaurada en 2011 para recuperar su esplendor original y es considerada el mejor retablo pétreo renacentista de la Catedral abulense. Al taller de Vasco de la Zarza (y, por tanto, con elementos propios de su escultura) se atribuye también la creación del resto de la ornamentación escultural de la girola, compuesta por los cuatro Evangelistas, presentados con profusión de detalles. Estas obras no solo enriquecen el discurso artístico de la exposición, sino que también reafirman el papel del templo catedralicio como núcleo esencial del arte religioso en la Ávila del siglo XVI. |
Fotos: Isabel García
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