RESTAURACIÓN DE ARS NOVA PARA CÁDIZ

25/04/2023


 

 

La obra restaurada es la talla policromada de San Sebastián que desde 1917 se conserva en la Real Parroquia Castrense del Santo Ángel Custodio de Cádiz. Se trata de una magnífica escultura que procede de la ermita del castillo gaditano de San Sebastián, de la que era titular.

Los trabajos han consistido principalmente en la limpieza de la figura, que presentaba considerables depósitos de suciedad acumulada, y el refuerzo de su estructura para asegurar su estabilidad. Pero lo más importante de la restauración ha sido el hallazgo en el interior de la talla de la firma de su autor, Jacinto Pimentel, al cual siempre se ha atribuido, y que unida a ella recoge también el año de su ejecución, 1650.

El San Sebastián de la Castrense se suma así al catálogo de obras documentadas de Pimentel gracias al descubrimiento de las inscripciones que el escultor e imaginero dejó en las mismas acerca de su fecha y autoría, como la Virgen del Carmen o el Cristo de la Humildad y Paciencia, ambas también en Cádiz.

Esta representación del mártir romano muestra las características propias de Pimentel: espléndido tratamiento del desnudo al estilo miguelangelesco donde demuestra sus profundos conocimientos de anatomía, excelente técnica en el manejo de gubias y aparejos, división en dos del cabello por medio de raya central, tallado menudo de los mechones de cabello, ojos de rasgos orientales, pómulos marcados, curvatura inversa en la posición de los ojos, nariz recta y pequeña, frente lisa, espacio entre las cejas en forma de triángulo invertido, etcétera.

Obras como esta y las anteriormente citadas, junto al Cristo Atado a la Columna y el Cristo de la Expiración, ambas en Cádiz, o el Nazareno de La Campana (Sevilla), revelan a Pimentel como uno de los grandes maestros del barroco andaluz debido a su excelente modelado y terminación, el magnífico tratamiento anatómico y su cuidada policromía, estando algunas de sus creaciones a la altura de las mejores tallas andaluzas del XVII.

Discípulo de Francisco de Ocampo, quien dejó una profunda huella en su estilo, Jacinto Pimentel nació entre los años 1600 y 1605 en un lugar, hasta el momento, indeterminado, pues no parece claro que fuese Sevilla su ciudad natal, barajándose también un probable origen extremeño o castellano. Se sabe con certeza que falleció en Cádiz, donde dejó buena parte de su obra, el 2 de marzo de 1676.

El San Sebastián representa el momento en que, atado al tronco de un árbol, es asaetado. Es una obra de gran misticismo, con la extasiada mirada elevada al cielo, que muestra además un barroquismo más acentuado de lo que suele ser habitual en Pimentel, cuya estética no se despegó de la serenidad heredada de Montañés.

 

 

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