EL ALMIRANTE EN LA CATEDRAL

27/06/2006


 

El Almirante en la Catedral, la exposición con la que el templo metropolitano se suma a la conmemoración del quinto centenario de la muerte de Cristóbal Colón (el 20 de mayo de 1506 en Valladolid), abrió ayer sus puertas con la presencia del cardenal de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, quien destacó que esta muestra es un buen complemento a la que en estos días también se celebra en el Archivo de Indias: Colón desde Andalucía (1492-1505).

La muestra, que permanecerá abierta hasta el próximo 12 de octubre, exhibe libros y manuscritos de gran valor, cuadros, maquetas, planos y objetos que pretende resaltar la relación del descubridor de América con el templo (del que también se cumplen quinientos años de la finalización de su obra gótica) en un discurso expositivo que suple sus reducidas dimensiones y la falta de medios con la originalidad de las propuestas. Además está integrada en el recorrido turístico de la Catedral, por lo que es una buena oportunidad para revisitar el edificio.

El Almirante en la Catedral se compone de tres áreas temáticas que se desarrollan entre la tumba de Hernando Colón y el mausoleo del descubridor de América realizado por Arturo Mélida. Es decir, un recorrido que lleva al visitante por el trascoro, las naves de San Pablo y San Roque, la capilla de la Virgen de la Antigua y el crucero de San Cristóbal. Comienza con el apartado denominado El sueño del Almirante en una biblioteca imaginada , en el que, principalmente, se muestran libros que fueron decisivos en la formación científica y espiritual del descubridor de América en torno al sepulcro de su hijo Hernando. Abre este bloque una de las joyas de la muestra, el llamado Libro de Horas de Isabel la Católica, volumen único de pequeño formato con unas hermosas miniaturas de la escuela española con influencia flamenca. No faltan aquí algunas de las estrellas principales de la Biblioteca Colombina, como el manuscrito de Colón del Libro de las Profecías , o los ejemplares anotados de la propia mano del Almirante del Libro de las Maravillas de Marco Polo o el Imago Mundi del Cardenal Pedro de Ailly. Lo más curioso de este bloque es la reconstrucción de una biblioteca pública tal como la había imaginado Hernando Colón, en la que, para evitar los hurtos, los libros se protegen con una reja a través de la cual los lectores deben consultar los volúmenes. El visitante puede sentarse y ojear unos facsímiles con este incómodo pero seguro método. También reseñables son algunos libros anotados por Hernando Colón (por ejemplo, la edición veneciana de 1510 de la Tragoediae de Séneca) y el retrato de Colón pintado en 1839 por Emille Lasalle.

En el siguiente apartado La montaña hueca, se intenta reconstruir cómo era la Catedral que conoció Colón durante su estancia en Sevilla, entre 1492 y 1505, un año antes de la finalización de la obra gótica. Para ello se exponen algunas piezas de gran curiosidad, como una gran polea del siglo XV que se usó para elevar las piedras durante la construcción del templo; o la campana del altar mayor realizada en 1509 por Cristóbal Cabrera. De la antigua Catedral se enseñan las esculturas realizadas en 1510 por Sebastián Almonacid para el andén del reloj, así como pedazos de la clave y un capitel del antiguo cimborrio, entre otras piezas. Una serie de planos muestra la evolución de la Catedral desde su época de la mezquita almohade hasta su configuración actual, algo que se complementa con las maquetas de Sevilla y el templo realizadas por Jorge Fernández Alemán a principios del siglo XVI.

Uno de los grandes atractivos de la muestra es el último apartado, El mausoleo itinerante anclado en la Antigua. Por un sistema de rampas se permite al visitante subir hasta la parte alta del mausoleo de Cristóbal Colón y ver, a través de una ventanilla abierta, la caja con los que parecen que son definitivamente una parte de los restos del descubridor (no perderse la vista del crucero desde este efímero mirador). Además, en la Capilla de la Virgen de la Antigua se construye el pilar almohade donde antiguamente estaba dicha imagen antes de su traslado en 1578 y donde está documentado que rezó Colón. En este mismo espacio, se exponen unos paneles en los que se explica el complicado itinerario que siguieron los restos del Almirante de Castilla antes de llegar a su definitivo emplazamiento en la Catedral.

Aprovechando la inauguración de la exposición, el Cardenal Amigo aseguró que, en breve, se retomará la restauración de los pilares de la Catedral, una labor que durará aproximadamente dos años. Asimismo, anunció que "dentro de poco se inaugurará la nueva disposición de los archivos de la Iglesia de Sevilla en la Catedral, con un contenido muy rico, fruto de unir el templo con estos fondos documentales".

 

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