LA LIEBIEGHAUS DE FRANKFURT ADQUIERE UNA INMACULADA DE PEDRO DE MENA

Harald Theiss y Miguel González de Quevedo Ibáñez (21/02/2024)


 

 

La Liebieghaus de Frankfurt (Alemania) ha adquirido para su colección de esculturas un magnífico ejemplar del barroco español: una Inmaculada Concepción que, por sus características estilísticas y artístico-tecnológicas, se puede atribuir a uno de los escultores más famosos y populares del seiscientos en España: Pedro de Mena.

La representación iconográfica de la Inmaculada Concepción se hizo tan popular en la España del siglo XVII que fue declarada patrona de todo el país. A diferencia de las pinturas de Velázquez, Ribera o Murillo, hasta hace poco las mejores esculturas sacras del llamado Siglo de Oro estuvieron descuidadas en los museos internacionales, de ahí que falten obras de maestros como Mena en casi todas las grandes colecciones de escultura europea fuera de España.

Las recientes exposiciones internacionales sobre escultura barroca española han contribuido al conocimiento de la misma y, al mismo tiempo, han despertado un gran interés por su compra en el mercado del arte. Por eso, fue un golpe de suerte para los responsables de la Liebieghaus descubrir una Inmaculada de Mena en una colección privada de Frankfurt, inédita para los expertos, y adquirirla para su colección.

Pedro de Mena nació en Granada en 1628, en el seno de una familia de escultores. Alumno y empleado de Alonso Cano (1601-1667), tuvo siempre gran éxito como artista y dirigió su propio taller hasta su muerte en 1688, inicialmente en Granada y desde 1658 en Málaga. Mena fue ampliando su taller cada vez más hasta convertirlo en una auténtica empresa que, con la ayuda de intermediarios locales, se encargaba de la venta y transporte a toda la Península Ibérica de numerosos trabajos por encargo bien remunerados, especialmente para la alta nobleza y el clero.

Inspirándose en su maestro Cano, Mena desarrolló su distintiva técnica escultórica y concepto estético, caracterizado por una sofisticada técnica y la elaboración virtuosa y realista de sus obras. Ello se refleja en esta imagen de la Inmaculada, realizada hacia 1674 y con unas medidas de 65 x 25 x 27 cm.

 

 

A mediados del siglo XVII se vino abajo en España la estricta separación gremial que había entre escultores y pintores. Junto a Alonso Cano, Pedro de Mena fue uno de los primeros escultores que no solo diseñó su propio concepto de policromía para sus obras, sino que lo llevó a cabo en su propio taller. Hasta entonces, los atuendos comunes de la imaginería barroca española simulaban estar pintados con brocados ricamente dorados y ornamentados. Con Mena, se redujo a superficies monocromas que cautivan por su apariencia hiperrealista, la cual se logró mediante una virtuosa técnica pictórica basada en el efecto del color y en la textura de las capas de pintura aplicadas.

Además, el efecto naturalista de la obra se llevaba al extremo mediante la combinación de materiales adicionales: ojos de cristal, cabello real, dientes de marfil, uñas de cuerno, coronas de espinas realizadas con ramas de plantas o cuerdas y cordones reales... Todo ello forma parte del repertorio común de las esculturas de Mena.

Desafortunadamente, la Inmaculada Concepción de Frankfurt no ha sobrevivido a los últimos siglos sin sufrir daños y modificaciones posteriores: pequeñas roturas en pliegues y peinado, pérdida casi total de las pestañas aplicadas con cabello real, y planos repintes recientemente aplicados, muy brillantes y mediocres, que cubren toda la figura. Por suerte, los estudios iniciales de restauración han demostrado que la pintura original de alta calidad de Pedro de Mena se conserva en gran medida bajo dichos repintes; cuya eliminación es uno de los pasos más arriesgados para el restaurador, además de conllevar mucho tiempo pues debe hacerse con sumo cuidado para no dañar el original.

Por este motivo, en 2023 se puso en marcha un proyecto de restauración e investigación de varios años, financiado por la Fundación de Arte Ernst von Siemens, que no solo pretende descubrir la pintura original de la Inmaculada de Frankfurt, sino también complementar o integrar en gran medida las áreas faltantes en forma y color. Los próximos pasos del proyecto incluyen investigaciones preliminares científicas y artístico-tecnológicas sobre la estructura material de la escultura, la exposición de las pinturas y el tratamiento de las áreas faltantes.

 

 

Fotos: Liebieghaus Skulpturensammlung (Frankfurt)

 

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