El conservador y restaurador Julio Alcaraz presenta uno de sus últimos trabajos. En este caso se trata de la restauración realizada a la imagen de Nuestra Señora del Rosario, Patrona de Salobreña, histórica localidad de la Costa Tropical granadina.

Dicha talla escultórica, de carácter manierista del siglo XVI, se enmarca dentro del conjunto de obras pertenecientes a la Escuela granadina, habiendo sufrido a lo largo de su historia multitud de intervenciones, debido en gran medida al uso ininterrumpido como patrona desde hace cuatro siglos.

Los datos presentados a continuación son el resultado de los estudios históricos, científicos y técnicos llevados a cabo por el restaurador Julio Alcaraz, previos y durante la intervención.

Encontramos documentación fotográfica de finales del siglo XIX o principios del siglo XX donde se puede apreciar el rostro de la Virgen muy alterado por policromías superpuestas.

No obstante, la primera intervención de la que existe documentación escrita es aquella realizada en la década de 1930, siendo el historiador Antonio Gallego Burín quien refleja dicha intervención en su libro "Informe sobre las pérdidas y daños sufridos por el tesoro artístico de Granada de 1931 a 1936 e indicación de las obras salvadas de la destrucción marxista" (1937), donde encontramos documentación sobre cómo se encontraba la imagen de la Virgen anterior a dichos destrozos y tras los mismos.

Tras los infortunios de la Guerra Civil, la imagen de la Virgen del Rosario vuelve a ser intervenida (1940), realizándosele injertos de material ligneo a la obra allá donde habían sido amputados, y recomponiéndosele la cabeza al antiguo Niño. La policromía de los estofados en oro fue respetada, añadiéndosele nuevo pan de oro y estofado en aquellas zonas dañadas. Es por eso que la imagen presenta tonalidades de temple diferentes por toda la obra. Las carnaciones fueron repolicromadas a imitación de la anterior.

La tercera intervención se realiza posiblemente tras la llegada del nuevo y actual Niño Jesús en la década de 1960. Esta intervención se basó en intentar entonar las policromías de las carnaciones de la Virgen con las del Niño, así como en la reposición de todos los dedos de las manos de la Virgen, que tuvieron que ser retirados al eliminar al antiguo Niño.

Por último, años después a esta intervención, les fue aplicado por manos inexpertas a este conjunto escultórico, una especie de "veladuras" con diversos materiales polícromos.

Gracias a los estudios estratigráficos y correspondencia de policromías, unidos a la documentación histórica, se pudieron establecer unos parámetros de actuación sobre la imagen.

La intervención se ha basado en la consolidación y fijación de todos los componentes de la obra escultórica, así como reconstrucciones volumétricas, limpiezas, estucados y reintegraciones cromáticas. En este caso, tanto las limpiezas y eliminación de repolicromados, como la reintegración cromática, han sido de gran complejidad, basándose en todo momento en documentación fotográfica histórica y en estudios estratigráficos.

Para la limpieza se procedió a realizar catas de correspondencia, ya que las carnaciones presentaban varios estratos polícromos diferentes. Tras este proceso se tomó la decisión de recuperar en las carnaciones de la Virgen la policromía de la intervención de postguerra, puesto que era la que correspondía con los estofados y la que mejor calidad conservaba, mientras que en el Niño se tomó la decisión de recuperar su policromía original. Para ello, en la Virgen fue necesario la eliminación de una veladura polícroma de falso envejecimiento y una policromía de poco espesor de naturaleza magra. Mientras que, en el Niño, se han eliminado dos repolicromados, el primero de naturaleza magra y el segundo de naturaleza grasa.

Para la limpieza de los estofados se utilizaron disoluciones químicas gelificadas, ya que presentaban una veladura oleosa de envejecimiento añadida y una capa de gran espesor de suciedad grasa adherida, por lo que su eliminación fue compleja. Se limpiaron mediante selección y por separado, los temples y el oro, ya que reaccionaban de forma diferente.

Durante la limpieza, se pudo descubrir la cromía del manto en tonalidades azules y no en verdes como se conservaba a causa de los distintos barnices y veladuras.

Para concluir el artículo, gracias a la intervención realizada por Julio Alcaraz sobre la imagen de Nuestra Señora del Rosario de Salobreña (Granada), se han cubierto grandes lagunas de conocimiento, reforzado la identidad patrimonial de la Iglesia Parroquial del Rosario y su municipio, así como de la imaginería de la Escuela granadina. Asimismo, se han mejorado las condiciones de presentación de la obra.