VÍCTOR GARCÍA

Jesús Abades (28/02/2018)


 

"La imaginería es la disciplina artística más completa y pese a ello la menos valorada"

 

 

El próximo 23 de marzo vas a recibir el Capirote de Oro, el máximo galardón que concede la Junta de Cofradías de tu ciudad natal. Yo personalmente veo que llega bastante tarde.

Es un galardón que conozco desde muy pequeño, ya que soy un gran seguidor de los premiados porque se trata de la Semana Santa de, como bien dices, mi ciudad, Torrevieja. Sé bien por tanto la repercusión que tiene ese premio en cuanto al ámbito de la Semana Santa, y por ello me siento muy contento y agradecido con las personas que han pensado en mí. Yo no me lo esperaba ahora, tan joven, pero sí que llegaría un día en el que me lo iban a conceder, esa es la verdad. También es cierto que en Torrevieja siempre he colaborado en todo lo que me han pedido, ya sean dibujos, diseños, restauraciones, etcétera. Incluso en las tallas que he hecho para la Semana Santa he entregado precios, por así decirlo, "especiales", al tratarse de mi ciudad.

Pintor, escultor, diseñador, restaurador, dibujante... Todo un artista multidisciplinar aunque lo más conocido, y con diferencia, de tu producción sea la escultura sacra.

Y hasta para hacer maquillajes en Carnaval me han llamado. La verdad es que me apasiona todo lo que está relacionado con las artes plásticas. Por ponerte otro ejemplo, también hice las decoraciones de los dos últimos pregones que se celebraron en el Teatro Municipal de Torrevieja. Eso enlaza con lo que te decía antes, que a la Semana Santa de mi ciudad yo le debo mucho porque me han encargado muchos trabajos. Cuando era niño, en vez de a las canicas o al fútbol, me bajaba mis cartuchos de plastilina o mis colores Alpino y eso era con lo que me entretenía en las aceras de la calle. Por la imaginería me decidí más porque es un cóctel de todas las disciplinas, para mí lo más completo aunque haya sido muy poco valorado hasta ahora. La imaginería no es solo escultura, también el dibujo y la pintura ocupan una parte muy importante en ella.

Sobre todo pintor y escultor, me dices que te decidiste por la imaginería pero tus encargos de pintura son más numerosos que los de escultura. ¿Por cuál entonces finalmente te has decantado?

Siempre me hacen esa pregunta y yo digo que eso va por semanas y por inspiración. Disfruto con las dos por igual, tanto como si es el retrato de un perro o el modelado de un angelote. Con la pintura y la escultura mantengo mi profesión y ambas quiero que sean mi profesión porque, de hecho, vivo de ellas. Quizás la pintura abunde más porque, a diferencia por ejemplo de Andalucía, en esta zona hay menos demanda de imágenes.

Hace ya muchos años de La palabra hecha talla, la exposición monográfica que dedicaron a tu obra en la localidad de Callosa de Segura (Alicante). ¿Para cuándo una nueva?

Esa muestra se hizo por el X aniversario de una de las piezas de las que, en su momento, me sentí más satisfecho: el crucificado de las Siete Palabras de Callosa de Segura. Hoy en día me gustaría hacer por mi cuenta una exposición de mis barros porque tengo muchas piezas bonitas, algunas en casas particulares, otras las conservo yo y algunas están hasta embaladas. Todo ello mezclado con bocetos en dibujo, de los que también tengo al menos cinco carpetas. Me gustaría para ello una sala atractiva, oscura, en un entorno y en un espacio museográfico que me ofrezca la seguridad de que las piezas se van a realzar más.

 

 

 

Puedes sentirte también muy satisfecho a nivel iconográfico, porque has tocado casi todos los temas.

Sí, pero muchas piezas han llegado en el momento cambiado. Ahora, por ejemplo, recibo obras menos anatómicas, quizás por la crisis, y creo que algún crucificado debía haber llegado en este momento y no en la etapa de juventud, por el hecho de haber vivido desde entonces una gran evolución y de tener ahora otro concepto más personal de la escultura, copiando mucho menos que en aquellos momentos. No creas que está todo tan cultivado, tengo pendiente hacer un Yacente y un Resucitado. La iconografía del Cristo Yacente me gusta especialmente por la pesadez y el desplome de un cadáver. La muerte encierra mucha belleza.

Al igual que tu escultura, tu pintura parte de una base figurativa.

Sí, pero a mí lo que más me apasiona es el Impresionismo. He intentado beber siempre de los impresionistas pero trasladando el estilo a escenas más actuales. También me encanta el realismo, por supuesto. Respecto al hiperrealismo que está tan de moda, me gusta verlo, pero no hacerlo, porque yo soy más de pincelada suelta y estilo libre. Lo que más me gusta quizás sea reflejar en mis obras la luz y el movimiento, también jugar con los claroscuros. El tema costumbrista me apasiona igualmente pero llevado a la actualidad.

¿La restauración no es hoy en día un arma de doble filo para el imaginero?

De todo lo que hago es lo que menos disfruto porque no estas creando, no es un proceso creativo. Aun así, siempre busco la diversión y la parte bonita de todo lo que me encargan, y con la restauración lo que hago es aprender muchísimo. Aprendo de cada autor, aprendo del modelado, de la policromía, incluso de lo que no hay que hacer cuando te entran cierto tipo de obras, ya sea por su mala calidad o por las malas restauraciones que han recibido. En cuanto a la restauración entendida ahora como "científica", hablamos de gente que limpia fenomenalmente, que te enlienza muy bien un cuadro, que reponen perfectamente unas pérdidas y poco más, porque hay que reconocer que se han cargado bastantes cosas, además de que no saben hacer una policromía. A la hora de restaurar una imagen, tengo muy claro que como lo hace un imaginero no lo va a hacer nadie. Nunca he tenido una polémica con mis restauraciones, hasta ahora siempre ha gustado el resultado.

¿Cuál de tus obras te despierta un sentimiento especial?

Todas. Y te lo digo de verdad. Cada una es un momento de mi vida. Te juro que las veo y me viene a la cabeza la situación personal y hasta económica en la que me encontraba. Son capítulos de mi vida y puede que algunas sean más amargas que otras, pero eso es porque coincidieron con percances o pérdidas de seres queridos.

Sin embargo, nos han contado que con el San Martín de Porres disfrutaste como nunca.

También con la Madre Esperanza de Santomera por haber sido algo muy distinto de lo que hice hasta entonces. El San Martín es realmente de las obras que más he disfrutado, por su movimiento, por haber podido retratar por fin a una persona de raza negra, por su misticismo, por muchas cosas. Yo pienso que el tema de la "obra cumbre" es muy subjetivo, porque yo puedo tener la mía pero puede que no coincida con la de los demás.

 

 

¿Cómo se ha ido forjando tu estilo propio en la escultura?

Llevo ya veinte años trabajando y creo que hasta hace tres o cuatro no puedo hablar de un estilo propio. En pintura sí lo tenía de antes, pero no escultura no porque hasta entonces siempre estaba aprendiendo, ya sea documentándome en los libros, aprendiendo de los clásicos o aprendiendo del arte de otros excelentes compañeros como José María Ruiz Montes. Y aunque por supuesto ese aprendizaje no ha terminado, ya hay consolidados en mis modelados y en mis policromías unos derroteros por los que me tiro y por los que necesito observar mucho menos lo ajeno.

Los escultores que trabajáis en la zona del Levante tenéis la ventaja de cultivar bastante la talla completa y de experimentar con numerosos tipos de maderas y otros materiales.

Con el tema de los materiales, maderas, pigmentos, etcétera, siempre me ha gustado mucho experimentar pese a que en algunos casos no te aconsejen utilizar algunos. Eso me pasa como con las películas, que aunque no te recomienden ver una u otra, si a mí me interesan me tiro de cabeza a verlas; pues lo mismo pero con los materiales, de hecho con algunos desaconsejados he disfrutado mucho. Me gusta mucho conocer el material: el tilo, por ejemplo, me gusta más para los pliegues, y el cedro quizás más para las partes anatómicas. Cuantas más maderas tocas, más claro tienes sus usos para unas cosas u otras. Lo mismo con los pigmentos y los colores. Tampoco te creas que trabajamos tanta talla completa, la mitad de las obras son de vestir y tanto o más complejas que las otras.

Siempre has sido un gran defensor de la imaginería para vestir.

Sí, porque la línea entre un atuendo y un disfraz es muy delgada, y es mucho más complicado a veces dar un naturalismo a una imagen de vestir que a una de talla completa.

Quizás la mayor desventaja de tu zona sea el yugo del maestro Salzillo. Se le ama pero pesa como una losa. Tú mismo tuviste que copiar su Oración en el Huerto y en no pocas ocasiones sus Dolorosas.

Llamarlo copia es llamarlo de alguna manera, porque todo lo de Salzillo siempre será mucho mejor y lo tuyo una anécdota. La culpa es por tanto de una clientela que no acaba de comprender esto y que siempre se encontrará a quien se lo haga por muchas negativas que antes reciba. Para mí Salzillo es el más grande imaginero de España, en composiciones, acabados, naturalismo y barroquismo. Hay otros muy grandes como Luis Salvador Carmona o Juan Martínez Montañés, pero como Salzillo nadie. Sí es cierto que, lamentablemente, aún seguimos bajo el yugo de Salzillo, que el hombre ya se murió hace mucho y que hay que dejarlo descansar en paz, por eso lo que me preguntabas antes sobre mis obras preferidas, pues las más personales. De Salzillo hay que quedarse con su inmejorable técnica, pero siempre cada obra propia debe tener el toque personal de uno.

 

 

 

Siempre te has considerado un imaginero autodidacta.

Mis profesores y maestros, como te he comentado, han sido los libros, los grandes escultores y la restauración. Fulgencio Blanco fue el escultor con el que tuve más contacto y con el que más aprendí en su momento, pero no puedo considerarlo mi maestro, hablamos de dos veranos en su taller y de un contacto que fue más verbal que práctico en su taller de Benalúa (Alicante). Fulgencio además era ya muy mayor, tenía hasta un glaucoma en un ojo. Su taller era ya para él un hobby, pues prácticamente estaba cerrado y él jubilado. Eso sí, fue el que más me enseño de la anatomía del movimiento y de los gestos, y sobre todo de las manos, que en eso era realmente magnífico. Ten en cuenta también que de los hermanos Blanco, Fulgencio y Rafael, había muchas imágenes en Torrevieja, y las que yo más observaba desde mi niñez eran obviamente las suyas.

¿Qué tiene Torrevieja que no tengan las demás ciudades?

No es una ciudad que podamos considerar bonita, pero a mí que no me la toque nadie. Todas las obras las firmo como "Víctor García Torrevieja", utilizando mi ciudad como un segundo apellido. Torrevieja es sencilla, costera, moderna, turística... Soy consciente de donde vivo, pero nunca lo cambiaría por otro. Las televisiones, por otro lado, le han hecho muy mala propaganda. Torrevieja va mucho más allá del "Un, Dos, Tres".

Recientemente hemos vuelto al pasado más castrador con la retirada de una obra de arte de ARCO que nos hemos negado a cubrir, el secuestro de un libro, con amenazas políticas incluidas, y la pena de cárcel para un rapero por la letra de una canción contra la monarquía. ¿Crees que la censura o la autocensura resulta más lesiva en el mundo del arte y la cultura donde, supuestamente, todo debe ser más libre y combativo?

Dejando a un lado que vivimos en el todo vale y que hoy en día se valora más a una birria por morbo y propaganda fácil que a lo que se realmente se debe valorar, la censura me parece fatal por el hecho de que el arte ha sido siempre la expresión de un autor. Naturalmente debe haber un respeto, pero hay que dar libertad y llegar a entender lo que el autor quiere decir, siempre y cuando no haya una ofensa porque no podemos negar que nos estamos saliendo de madre, como por ejemplo en el tema de las fotografías a los menores y las redes sociales. Creo también que todo debe tener su parte de juicio, que se hace demasiado pronto una sentencia censuradora. A veces se escogen obras religiosas para, por ejemplo, una discoteca o un restaurante simplemente porque se ven bonitas o inspiradoras, no siempre hay una mofa. Mientras no se ridiculice, se dañe o se hiera realmente, no nos tenemos que quedar siempre solo con la parte negativa.

Enhorabuena de nuevo por el galardón, Víctor. Cuéntanos los proyectos qué tienes ahora entre manos.

El Jesús Triunfante, la Borriquita de Cabezo de Torres, un proyecto con el que estoy muy ilusionado por ser de Murcia y por tratarse de una iconografía muy atractiva que no abunda en la zona. Continúo también con el misterio del Prendimiento de Rafal, concretamente con las figuras del sacerdote y el sanedrita. Y otro proyecto que me ilusiona mucho y que acabo de confirmar es la Inmaculada para la Asociación de Diabéticos de Orihuela y Comarca, una talla completa de 140 cm que es también la primera que hago para Orihuela. La quieren, además, como patrona de la Asociación. Mi deseo siempre es que venga un encargo porque realmente gusta. Ese es el mejor regalo, que te encarguen una obra porque realmente algo tuyo ha gustado.

 

 

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