JUAN CARLOS VÁZQUEZ PICHARDO

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

 

¿Empezaste a modelar muy joven?

Desde niño. Empecé a modelar figuras en miniatura, tanto en plastilina, como en arcilla. Profesionalmente, me dedico a la escultura desde el año 1993.

¿Crees que estabas predestinado a ser artista?

Supongo que uno es artista por un cúmulo de circunstancias. De pequeño te das cuenta que tienes ciertas aptitudes artísticas, con lo que intentas ir desarrollándolas cada día. Al mismo tiempo, vas estudiando Historia del Arte, técnicas y conceptos, todo lo que en un futuro marcará tu estilo. Yo no he tenido un precedente familiar artístico, por lo que en mi caso ha sido decisión propia sin haber sido influenciado por nadie.

¿Utilizas modelos del natural? ¿Debe tener el escultor una sensibilidad especial para captar el natural?

Por supuesto que sí. La obra de arte, entre otras cosas, debe ser capaz de transmitir la vitalidad y el alma del ser humano. Aunque el resultado que busques sea distinto al del modelo, te es de mucha ayuda para resolver dudas de volúmenes que, posteriormente, uno puede interpretar si desea.

¿Es más difícil hacer escultura sacra que escultura civil?

Bajo mi modesta opinión, considero que la escultura es sólo una. Dentro de ella, podemos hablar de distintas temáticas, conceptos y estilos. Con respecto a estas dos temáticas, tan importante es transmitir la unción sacra de una imagen, como el alma y personalidad del personaje que vayas a plasmar en una escultura profana.

¿Ha habido evolución en tu escultura?

Lo que vas aprendiendo, tanto técnica, como conceptualmente, y lo que te rodea, te hacen evolucionar, tanto en un sentido como en otro.

 

 
     
     
Torso Masculino
 
Virgen de la Estrella

 

¿Dónde surgió tu primer encargo?

Unas señoras y hermanas de San Fernando (Cádiz) que me encargaron una Dolorosa de terracota en pequeño tamaño. Era el año 1994.

Algunos artistas dicen que lo difícil de una obra no es el tiempo que cuesta hacerla, sino el concepto de la obra, saber lo que se quiere transmitir con ella. ¿Estás de acuerdo?

Si hablamos del arte contemporáneo en general, todos sabemos que lo importante es eso, sin importar como está resuelto técnicamente, ni cuál ha sido el procedimiento. Si particularizamos en la escultura figurativa, el concepto lo sigo anteponiendo a otros aspectos, aunque también importa el componente estético final.

¿Eres de los creadores que necesitan paz y silencio para trabajar?

Sobre todo necesito tranquilidad y soledad. Aunque luego necesites de la opinión objetiva de los demás, en el momento puramente creativo de la obra necesito estar completamente solo, a veces en silencio y otras con una música determinada.

¿Piensas que tu obra está siendo bien aceptada por el público?

No sé si uno es el más apropiado para responder a eso, ya que, dependiendo de la respuesta, podrías pecar de falsa modestia o pedantería. Lo importante es ver cómo te viene un cliente recomendado por otro que quedó satisfecho con lo que le hiciste, o una hermandad que te vuelve a encargar más cosas después de encargos anteriores. Ese es el testimonio más sincero de que has satisfecho las expectativas creadas.

Posees un magnífico taller en pleno centro de Sevilla, una de las grandes capitales de la escultura en nuestro país. ¿Te consideras por ello un privilegiado?

La verdad es que sí. En él pasas casi más tiempo que en tu propia casa, por lo que tenerlo en un sitio privilegiado, ayuda a crear una "atmosfera" apropiada en tu trabajo.

 

 
 
Monumento al Medinaceli de Ceuta

 

¿Recuerdas alguna obra que haya sido especialmente conflictiva a la hora de resolverla?

Todas tienes un factor estructural importante, inherente a la escultura y que lo diferencia de la pintura. Pero si tuviera que concretar un trabajo, hablaría del Monumento al Señor de Medinaceli para la ciudad de Ceuta. Básicamente, la escultura consistía en unas manos entrelazadas por un cordón, que simbolizaban el cautiverio de Jesús. Dichas manos tenían 180 centímetros de longitud. El resultado final fue en bronce, pero previamente al modelado en arcilla, hubo que realizar una estructura, lo suficientemente robusta, como para aguantar los más de 200 kilos de peso que tenían esas manos, con la dificultad añadida de estar suspendidas en el aire, sin ningún apoyo en el suelo y sí por detrás, por lo que hubo de añadir muchos kilos de contrapeso, para que todo ese volumen no se viniera para delante.

¿Crees que el problema de las prisas en tu oficio es frecuente o puntual?

Es constante. Mi trabajo requiere de muchas horas de estudio y trabajo en la obra y, normalmente, tienes una fecha límite de entrega que no puedes variar, por lo que ahí viene el estrés para cumplirla. Pero hasta ahora, ninguna obra mía, ha dejado de procesionar, ni ha sido suspendida la inauguración de un monumento en la fecha prevista.

En todos estos años de trayectoria, seguro que ha habido muchos momentos especiales.

Como es natural, ha habido muchos. Por reseñar alguno, cuando asistí a la primera "levantá" de mi primera imagen que procesionó: el Señor de la Victoria de Padul (Granada).

¿En qué proyectos estás embarcado últimamente?

Entre otros trabajos, estoy realizando el misterio procesional completo de lo que será el futuro Señor de la Borriquita de Montellano (Sevilla).

En tu opinión, ¿existe la obra de arte insuperable?

Toda obra es mejorable, pero sólo los genios están capacitados para llegar hasta ahí, o incluso superarla.

 

 
     
     
Inmaculada Concepción
 
Torso Femenino

 

 

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