ANTONIO DE LA ROSA MATEOS

Jesús Abades


 

Tras su gran éxito con un libro sobre la vida y obra de Antonio Castillo Lastrucci, el escritor e investigador Antonio de la Rosa Mateos aborda ahora la figura de Ramón Chaveli Carreres (1879/1947), un interesante escultor de origen valenciano que desarrolló la mayor parte de su carrera en la provincia de Cádiz, concretamente en la localidad de Jerez de la Frontera.

Tras sendas presentaciones de la obra en Jerez y Puerto Real, Antonio de la Rosa presentará su libro en Huelva. La cita onubense será a las 20:00 horas del próximo viernes, día 18 de noviembre, en el salón de actos de la Iglesia de Santa María de la Esperanza, templo donde reside la Cofradía del Cristo de la Expiración, cuyo titular cristífero fue realizado en 1939 por Ramón Chaveli.

Antes del mencionado acto, el historiador jerezano, nacido en el año 1972, ha tenido la amabilidad de conceder a este medio unas declaraciones donde nos explica la estructura del libro, las fuentes que ha utilizado y su impresión personal sobre el artista y sus creaciones.

 

¿Qué motivos le llevaron a escribir un libro sobre este escultor?

El hecho de no disponer aún de un libro sobre su obra uno de los escultores más importantes de Jerez, con varios titulares y numerosas figuras secundarias en los pasos de misterio. A pesar de ser un escultor localista, salvo alguna excepción como Huelva, Chaveli gozó de un gran reconocimiento en la provincia gaditana, con obras en Jerez de la Frontera, Puerto Real, Rota y Arcos de la Frontera. Hay que señalar que yo, en el año 2001, hice un artículo bastante extenso sobre su trayectoria, pero faltaba el libro, que aunque no es un estudio definitivo sí supone el principio de un acercamiento completo a su obra.

¿Qué estructura ha seguido en el libro?

Comienza con un prólogo de Fernando García Sauci, un amigo mío que, a pesar de no ser una persona titulada en el mundo del arte, escribe muy bien y conoció personalmente a Chaveli. Tras ello viene una introducción de los contenidos y, a continuación, cuatro capítulos dedicados a la biografía, a su taller, a su obra escultórica (dividida en obra profana y religiosa, siguiendo un orden cronológico) y a su hijo y sucesor, Tomás Chaveli, respectivamente. Todo ello ilustrado con más de medio centenar de fotografías.

¿Qué fuentes documentales ha empleado?

Además de García Sauci, he encontrado una gran colaboración en otra persona que conoció personalmente a Chaveli. Se trata de Juan José Moreno Alonso, un señor de 93 años, fundador de la Cofradía jerezana de las Tres Caídas, que aunque siendo profesor, entró como ayudante del escultor en su taller al ser gran amante de la imaginería, llegando incluso a realizar una talla mariana. También he contado con la ayuda del escultor y restaurador José Guerra Carretero y de Ramón Chaveli Fernández, nieto del artista, que aunque vive en Londres tiene una casa en Jerez a la que viene de vez en cuando.

¿Cuántas presentaciones ha hecho y le queda por hacer de su libro?

Comenzamos en Jerez, el día 10, y al día siguiente se presentó en Puerto Real. En Huelva tendrá lugar en la Iglesia de la Esperanza, el próximo viernes. La presentación en Rota será el día 25 y también presentaré en Arcos de la Frontera, aunque todavía no sé la fecha.

Hablando de su próxima presentación en Huelva, ¿qué opinión le merecen las obras que allí se conservan de Chaveli, el Cristo de la Expiración y la Virgen de la Amargura?

Me gustan mucho los rasgos de la Virgen de la Amargura, una imagen que no pude conocer en directo al estar siendo restaurada por Gutiérrez Carrasquilla. Como era habitual en Chaveli, por su origen valenciano, la Dolorosa va provista de blusón, piernas y sandalias con sus cintas, todo ello esculpido en madera. Respecto al Cristo de la Expiración, me llaman la atención sus ajustadas proporciones, sobre todo teniendo en cuenta que no hablamos de un Cristo que mide 1.90, y su logrado estudio anatómico.

Por último, la pregunta del millón: ¿cuál es, en su opinión, la obra más destacable de Chaveli?

Yo destacaría el Nazareno del Via Crucis, de Jerez. Es una magnífica talla, la más expresiva de su autor, con la que mezcla un gesto desgarrador y un dolor íntimo y contenido. También las figuras secundarias de los misterios jerezanos de Los Judíos de San Mateo y La Flagelación. Al haber ejercido de fallero, al igual que todos ellos Chaveli fue un escultor que siempre dominó muy bien las proporciones en una efigie.

 

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