ABRAHAM CEADA

Jesús Abades y Sergio Cabaco (31/10/2020)


 

"No por usar las nuevas tecnologías se devalúa la calidad de una obra"

 

 

Háblanos de tus comienzos y de tu formación, que según parece tuvo lugar entre tres ciudades.

Empecé en la Escuela de Artes y Oficios "Antonio León Ortega" de Huelva, luego seguí mis estudios en la Escuela de Arte de Sevilla, y cuando terminé el ciclo superior, antes de entrar en la universidad, me fui un año a Córdoba, al taller del imaginero Antonio Bernal. Allí estuve aprendiendo el oficio, fue una experiencia muy bonita y gratificante y que me ha servido mucho, sobre todo a la hora de orientar la profesión como tal. Después de ese año, ingresé en la Facultad de Bellas Artes de Sevilla.

¿De qué modo surgieron tus inquietudes artísticas?

El entorno familiar hizo mucho, sobre todo por mis tíos paternos. Mi tío Pedro Ceada se dedica al bordado y mi tío Antonio Rivera se dedica al arte floral, entre ellos fui de la mano hacia el arte religioso; aparte, siempre tuve inquietud y mucha curiosidad por los procesos, por cómo se hacen las cosas, independientemente del tipo de arte que se haga. Y claro, una cosa llevó a la otra, lo que suele pasar: empiezas con la plastilina, luego sigues con la arcilla y, al final, te ves involucrado en este mundo.

Tus primeros encargos fueron en su gran mayoría para clientes particulares, aunque ya entonces tuviste la ocasión de trabajar para el extranjero y hacer una obra de culto público para Huelva, tu ciudad natal.

Desde el principio los particulares fueron una fuente importante de encargos en mi taller y lo sigue siendo hoy día. El San Pedro de Peniche (Portugal) fue un encargo que vino a través de unos párrocos y es verdad que fue mi primer trabajo para el extranjero. De la mano de mi Hermandad de la Sagrada Cena, que siempre ha tenido a bien confiar en mí, surgió ese primer encargo de la imagen de San José. Luego continuó con la decoración escultórica y la imaginería del paso procesional de nuestro titular, el Cristo del Amor.

Antes de ese proyecto tan importante para tu hermandad, llegó la que quizás fue tu primera obra de envergadura: un Nacimiento completo para el templo parroquial de Constantina (Sevilla).

Sí, se presentó antes, y además, lo considero de más envergadura. Es el primer trabajo que realicé íntegramente en madera. Recuerdo además que fue durante los primeros años de formación en la universidad y que lo hice en el estudio que por entonces tenía en Sevilla. Fue un encargo que me dio la oportunidad de dar ese paso un poco más allá en cuanto a dimensiones, material, etcétera, y creo que fue el que me puso un poco en la órbita. Lo recuerdo como un proyecto muy especial y de mucha envergadura para el momento en el que me encontraba.

Respecto a las esculturas para el paso de misterio onubense de la Sagrada Cena, ¿fuiste la única opción por ser el artista de la hermandad o se barajaron otras propuestas antes de tu trabajo?

Siempre he colaborado con mi hermandad cada vez que han requerido de mi ayuda en cualquier aspecto, y siempre he estado y estaré como hermano. Aun así, siempre quise que apostaran por varios proyectos, que no se quedaran sólo conmigo. Ellos desde el principio querían contar solo con mi trabajo, pero insistí en que había que mirar más opciones y a otros escultores que también podrían tenerse en cuenta, y así fue, se barajaron otras posibilidades, pero, finalmente, la junta de gobierno decidió que fuera yo el que lo realizara.

 

 
     
     
Cristo Resucitado (Tarifa)
Fotos: José Manuel Sánchez Cabrera

 

Otra decoración escultórica de gran importancia fue la del paso de misterio de la Hermandad de la Vera Cruz de Castilleja de la Cuesta (Sevilla), un proyecto artístico considerado de los más singulares de los últimos años, que fue diseñado por Javier Sánchez de los Reyes y en el que también intervino Díaz Arnido como pintor.

Ese proyecto vino un poco de mi amistad con Antonio Díaz Arnido, que es quien me presenta y pone mi figura como creador en esa plantilla. A través de él, la hermandad y el hermano mayor confiaron en mí para crear el conjunto de ángeles, formado por ocho figuras que van adosados a las pinturas y cuatro cabezas exentas. En ese momento, ese trabajo para mí supuso un esfuerzo, debido a la situación en la que me encontraba y a la cantidad de piezas que conllevaba, además de que se realizaron todas en madera y que fue un trabajo multidisciplinar, lo que significaba que los tres teníamos que estar muy compenetrados porque no podíamos salirnos de los márgenes, sino adaptarnos al diseño de Javier, que además era el que guiaba el proyecto.

¿Suele ser habitual que colabores con el pintor Andrés Carrasco, como ocurrió con la policromía de ese proyecto tan ambicioso para Castilleja de la Cuesta?

En ese momento teníamos una relación muy estrecha porque, aparte de nuestra amistad, se daba la circunstancia de que pasábamos mucho tiempo juntos y surgió la posibilidad de que colaborara conmigo en la policromía de algunos de los ángeles de ese proyecto. Fue una experiencia muy gratificante que se ha vuelto a repetir. La verdad es que me encantaría poder contar con él en todos los proyectos que fuera posible porque, independientemente de la amistad que tengo con él, me parece que es de los pintores actuales con más proyección, además de poseer una estética muy refinada, muy buscada y muy estudiada que, además, aporta otra visión a mi obra. Creo que entre los dos nos complementamos y surgen unas visiones que quizás se alejan un poco de las tendencias más generales que hay actualmente.

¿Ha encontrado ya destino la Dolorosa de tamaño natural que realizaste por libre entre encargo y encargo?

Al poco tiempo de ser publicada y de su presentación en La Hornacina, creo incluso que en la misma semana de su publicación, se pusieron en contacto conmigo desde las Islas Canarias y allí se encuentra. Un particular se interesó mucho por ella y en tierras canarias está. Para mí fue muy importante que tuviera un buen destino porque, como bien has dicho antes, fue una obra que realicé sin previo encargo, salió de esos ratos libres y tiempo de creación propia que van surgiendo desde la necesidad de experimentar y de hacer una obra a tamaño natural de la Virgen dolorosa, que además fue la primera que realicé. Y me alegra mucho su destino, ya que es una tierra que conozco y me gusta mucho y para la que también estoy colaborando con otros proyectos. Están apostando por mí y es un orgullo.

Vemos en tus obras una preferencia por el barroquismo, aunque no rechazas otros estilos más propios de las corrientes clásicas y románticas posteriores.

Es verdad que la predilección por el arte barroco es clara en mi producción, pero también que dentro de ese panorama quizás me sienta más atraído, o más reflejado, con las cosas que están un poco más medidas, no tan exuberantes como también el barroco lo es. Lo cierto es que me siento un poco más cómodo trabajando en el aspecto más espiritual e interno que en esa forma exuberante, en ese movimiento tan exagerado que, aunque forma parte del estilo barroco, creo que no me muevo con tanta soltura. Pienso que al final la producción personal y artística de cada creador tiene mucho que ver con su personalidad y con su forma, en este caso, de entender la religión y la palabra que queremos transmitir a través de nuestra obra. Y yo, personalmente, desde un punto de vista más medido, intento transmitir sin pretender llamar la atención de forma exagerada en ninguno de los aspectos, y eso creo que estoy consiguiendo expresarlo a través de mi obra.

 

 
     
     
Crucificado (Sevilla)
 
Dolorosa (Gáldar)

 

También concurren en tus obras muchas influencias de las diferentes escuelas escultóricas de Italia, como la genovesa y la napolitana, y también del arte sacro cultivado en la zona centroeuropea.

Siento mucha predilección por los modelos italianos, independientemente del lugar geográfico en el que se encuentren, porque en el norte destaca la producción genovesa, pero si nos vamos al centro del país nos encontramos con Roma y toda su producción y más abajo con Nápoles y ese barroco tan delicado y refinado. También me siento muy identificado y me llama muchísimo la atención el barroco del sur de Italia, el barroco siciliano que, además, he tenido la suerte de conocer en mis últimos viajes. Poco a poco, cada uno va aportando un poquito en mi obra y creo que van surgiendo en cada una de ellas, en mayor o menor medida. También es verdad que por cercanía y por mi lugar de origen, la escuela de escultores genoveses que llega a Cádiz y que reparte su producción por toda la costa atlántica, me llama mucho la atención. En Huelva contamos con maravillosas obras genovesas como las de la Hermandad de Los Judíos que se encuentra en la Catedral, son además las más cercanas por ser las que tengo en mi ciudad, y siempre me inspiran porque nos dicen mucho de nuestras raíces y sus orígenes. Por suerte, la escuela genovesa fue también importante en Huelva, aunque por desgracia no contamos con más imágenes porque se perdieron, pero las que conservamos son de mucha calidad y tienen un carácter muy personal, aparte también de sus retablos. El retablo de la Virgen de los Dolores, por ejemplo, es una auténtica maravilla: el Cristo crucificado que está en el ático, las representaciones de los misterios dolorosos, todos sus elementos son fantásticos.

¿A estas alturas crees que has conseguido ir forjando un estilo propio?

Creo que es elemental la formación continua. La investigación también es muy importante. No podría decir que ya me voy a asentar en una estética porque cada día, gracias a Dios, descubrimos nuevos lugares, nuevos artistas y nuevas escuelas que nos aportan mucho. Últimamente me llaman mucho la atención cosas de Centroeuropa. Gracias a Internet podemos estar en cualquier sitio en cualquier momento y, gracias a ello, descubro cosas que me gustan mucho y me resultan muy interesantes en Alemania y Austria, donde encontramos un arte que, bajo mi punto de vista, es muy atractivo y, quizás, muy desconocido para muchos de nosotros, seguramente porque la producción española, y sobre todo la andaluza, es muy potente y nos marca mucho nuestra estética. Pero teniendo las herramientas que tenemos, es muy importante que abramos nuestros horizontes, ya que podemos descubrir nuevos tipos de representaciones y formas distintas en que las iconografías son representadas en cada lugar. La utilización de los dorados, por ejemplo, en nuestra zona no es tan común como en el norte de Italia o en el centro de Europa, pero es un recurso muy recurrente que, además, me interesa bastante, y que poco a poco lo voy marcando en mi obra. Yo sigo conociendo nuevas escuelas y nuevos lugares, y estoy convencido que cada uno de ellos aportará un poco en mi obra.

También has cultivado iconografías poco frecuentes en la actualidad, como el Tránsito de María.

Es fundamental que por parte de los clientes te dejen libertad a la hora de ejecutar una obra y, por suerte, está siendo así por ahora. Eso te permite experimentar con el encargo; algunas veces son arriesgados y funcionan, otras veces no, pero parte de lo que se pueda experimentar con la realización de una nueva obra viene dado por los clientes y, en ese aspecto, me siento muy afortunado porque, por norma general, me dan mucha libertad a la hora de crear. Con la obra que me mencionas concretamente, pude experimentar una nueva estética, esa decoración completa en oro, la palidez en la piel, una iconografía que durante una época se difundió mucho pero que últimamente no se está haciendo tanto, y bueno, ha dado la casualidad que ya he hecho dos imágenes del Tránsito de la Virgen coincidiendo además que es una iconografía que me gusta mucho.

Hablamos ahora del Resucitado que acabas de realizar para Tarifa (Cádiz), la obra más importante hasta el momento de tu carrera y de la que nos dijiste que ha constituido un punto de inflexión.

Sin duda. Es la obra que marca el punto de inflexión en este recorrido, en esta primera etapa de formación, porque, aunque he insistido antes en que la formación es día a día, el Resucitado es el resultado de muchos años de investigación y de encontrarme conmigo mismo en mi producción artística. Además, no ha habido ningún condicionante en esta obra y el resultado ha salido totalmente de mí, lo que quiere decir que he tenido la posibilidad de presentar una pieza con unas características que se alejan un poco de la producción del arte contemporáneo religioso, pero que, a su vez, bebe mucho de todo lo que hemos hablado anteriormente: de la producción italiana, en algunos casos de esa producción centroeuropea, del sur de Alemania... características que se hacen muy presentes en esta pieza y que, sin duda, marca un antes y un después en mi corta producción y marca un poco la dirección por donde quiero orientar mi obra. En ella se puede ver la estética que sigo y con ella creo que a los espectadores les voy a decir mucho de mi visión de la imaginería. Además aunque ha sido un encargo para una parroquia, en ningún momento ha habido condicionante ni se han opuesto a ninguna de las propuestas que he hecho, por lo cual ha sido una obra con la que he disfrutado muchísimo y con la que he aprendido mucho, con sus errores y defectos. Me ha servido mucho como ejercicio personal a la hora de afrontar este reto ya que era un estudio anatómico al completo, un desnudo, que para mí era un reto muy importante y que he intentado resolverlo de la manera más natural en sus formas, sin que sea grotesco ni exuberante, sino comedido y dentro de la naturalidad, ya que mi apoyo en el natural es fundamental, aportando un rostro idealizado que completa mi visión de esta iconografía de Cristo Resucitado. A mí me gusta mucho profundizar en la imagen el momento que representa, ahí me encuentro con mi visión personal de la religión y de qué es lo que necesito a la hora de visualizar una imagen que para los cristianos es tan importante, y este momento, en concreto, es el más importante, por eso aparece Cristo con el estandarte de la victoria, alzando la otra mano en actitud de dar una bendición que intenta llegar a toda la humanidad. El rostro lo muestro sereno, sin una expresión exagerada ni una muestra de dolor en su cuerpo, algo que creo es fundamental en este tipo de representación porque el cuerpo, como reflejo del alma que es, se encuentra en perfecto estado y con una policromía cálida en muchos aspectos; es decir, está muy vivo en los tonos de la piel que, además, era otro aspecto muy importante que quería destacar.

Eres el único imaginero onubense, incluyendo los de la provincia, que tiene su estudio en Huelva capital.

Yo empecé en la Escuela de Artes de Huelva con dieciséis años, a los dieciocho me marché a Sevilla y hasta el año pasado no he vuelto a Huelva. La familia me tira mucho, y como decía antes, hoy tenemos la facilidad de que podemos estar en cualquier lugar y que cualquiera puede conocer tu obra estés donde estés, y creo que esas oportunidades debemos aprovecharlas. Personalmente, la facilidad y la comodidad que me ofrece Huelva como ciudad no me la ofrece otro lugar, y aunque soy una persona que no suele tener un sitio fijo, que le gusta moverse y que no sabe dónde estará en un futuro, ahora mismo necesitaba estar en Huelva. También porque me sentía un poco comprometido con la ciudad. Es verdad que Huelva, históricamente hablando, salvo la producción de Antonio León Ortega y de los escultores de la posguerra que se afincaron en la ciudad, carecía de representación en la escultura religiosa de la capital, y ese es uno de los motivos por los que estoy aquí, para darle a Huelva una persona que se dedique a estas labores. Aunque hay otros compañeros que compaginan otras profesiones con la escultura, como Juan Luis Aquino o Mario Moya, la verdad es que no había nadie en Huelva que se dedicara íntegramente a la escultura.

En estos últimos años, Huelva está siendo nombrada en aspectos artísticos gracias a artistas como Juan Manuel Parra, Manu Caliani o Santiago Delgado. Están haciendo que aparezcamos un poco en el mapa de artistas del gremio, y aunque por ahora yo sea el único que está en Huelva con su estudio, todos ellos llevan a Huelva por bandera y se sienten muy orgullosos de su ciudad. Todos creemos que esta tierra tiene mucho que decir y que aportar, y bueno, aquí estoy yo intentando abrirme camino en este mundo tan complejo, desde mi ciudad y muy respaldado por ella. Son muchas las hermandades onubenses que se han interesado por mí, y me han llegado encargos desde la misma capital, como un proyecto en el que estoy inmerso con la Parroquia de la Sagrada Familia, los que ya comenté con mi Hermandad de la Sagrada Cena, con el Carmen de la Parroquia de la Concepción, con el que acabo de realizar para la Hermandad del Rocío de Huelva y otros proyectos que se están llevando a cabo. Todo ello hace que me sienta muy agradecido, tanto por estos trabajos más públicos, como por los de muchos particulares de la ciudad que se interesan por mi trabajo y con los que tengo numerosos encargos. Creo que por eso, quedándome aquí, les doy también las gracias por hacerme crecer y por darme la oportunidad de realizarme con mi trabajo para mi ciudad.

Huelva es una ciudad, además, en la que queda mucho por hacer. Afortunadamente ya muchos se están dando cuenta de ello. Aquí se perdió mucho patrimonio, y con ello parte de la identidad que poseía. Queda mucho por investigar para poner muchas cosas en el lugar que corresponde. Es una tarea complicada, pero confío en que las personas interesadas en el arte, y los mismos cofrades, echen la vista atrás e investiguen para encontrarse un poco a sí mismos en el devenir de la historia. En ese aspecto la ciudad se está poniendo un poco al día y cada vez apuesta más por el patrimonio y por sumar muchas nuevas obras que, de algún modo, reemplazan a las que se perdieron. Su pérdida hizo mucho daño, no sólo sentimentalmente sino también patrimonialmente. Nos queda muy poco del periodo anterior a la Guerra Civil y a eso hay que sumar intervenciones que se hicieron después y que, en muchos casos, no fueron las más acertadas. Gracias a Dios hay muchos historiadores que nos están dando a conocer qué es lo que había, cómo se hacían las cosas y por qué motivo se hacían, y están dando lugar a que haya muchas investigaciones abiertas en los últimos años que nos acercan nuestra identidad. Este aspecto nos ayuda también a sentirnos comprometidos con esa causa y tratar de devolver el esplendor que tenía una ciudad pequeña, pero cuyo patrimonio no era pobre, todo lo contrario.

 

 
     
     
Niño Jesús (Sevilla)
 
Virgen del Tránsito (Sevilla)

 

Al igual que otros compañeros que has nombrado, siempre te hemos considerado un artista que, por tu generación, has formado parte del nacimiento y la evolución de este portal.

Era pequeño cuando me dijeron que había una página que se dedicaba al arte, empezando yo entonces a tener inquietudes artísticas. Es de las cosas más tempranas que recuerdo, entrar desde el portátil y buscar la página La Hornacina. Debo decir que la web me ha dado la visión del mundo del arte en general porque, aunque tiene una fuerte información cofrade y religiosa, hay también muchas publicaciones de arte contemporáneo que nos ayudan mucho al estudio conceptual de las obras, algo muy importante porque vivimos en un mundo vivo y en constante movimiento, algo que los creadores deben tener en cuenta; también en nuestra profesión aunque sea desde una visión un poco más clásica en las formas, porque aunque yo particularmente creo que la forma clásica de representar las iconografías religiosas sea la que mejor funciona por la visión del cristiano, no debemos dejar de tener en cuenta esa riqueza que genera otro tipo de arte, del que nos podemos ayudar o nos puede servir.

También La Hornacina me ha ayudado muchísimo en mi formación personal porque a través de ella he conocido a todo el panorama actual de personas que se dedican al arte religioso, que no somos pocos. La Hornacina nos pone un poco en órbita a nivel online y hace que nos conozcamos y sepamos la producción que tenemos, lo que nos ayuda a superarnos día a día ya que, al ser tantos los que nos dedicamos a esto, ver los trabajos de los demás hace que nos apretemos las tuercas y así seguir mejorando, formándonos e intentar despuntar de algún manera, pero siempre desde el punto de vista de una competitividad sana. Creo que la imaginería está viviendo una buena época; y no porque no estemos en el siglo XVII o XVIII la producción religiosa para hermandades, iglesias o particulares, se ha estancado; todo lo contrario, se sigue produciendo mucha cantidad y, en muchos casos, con mucha calidad.

Además de todo esto, La Hornacina es la web de cabecera en este campo, además de ser el lugar de referencia donde se busca lo que se está haciendo hoy día, aparte de los artículos que se publican y un largo etcétera. Yo soy de los que están todo el día entrando en La Hornacina a ver qué hay de nuevo. Por todo ello, os quiero dar las gracias por la labor que hacéis porque, en mi caso, ha sido fundamental para descubrir el arte en general y el religioso en particular. Sé que tiene que ser muy duro llevar a cabo vuestra labor, y muchas veces pienso en lo difícil que debe ser tener la dedicación que sé que tenéis, seguro que en muchos casos con muy poco apoyo o ninguno, pero para mi trayectoria habéis jugado un papel fundamental, porque habéis dado a conocer mis obras al igual que las de mis compañeros y, como he dicho anteriormente, podemos conocer lo que se hace y lo que se ha hecho, con lo enriquecedor que es todo eso para nosotros.

Vemos en tu taller varios retratos, alegorías y dibujos de obras de arte de todo tipo. Suponemos que estás abierto a cualquier tipo de proyecto de cara a su ejecución.

Es verdad que la producción religiosa ha sido la principal hasta ahora, pero por supuesto que no me cierro a nada y cualquier tipo de proyecto escultórico me apasiona muchísimo. En mi formación académica he tenido la oportunidad de trabajar con muchos materiales, como la piedra, la resina o el bronce, lo que nos da la oportunidad de tener en nuestras manos esos materiales que, quizás, hoy día no son los más comunes en los talleres. Gracias a las facultades y las escuelas de artes, tenemos la posibilidad de entrar en contacto con ellos, poder ver sus posibilidades y el recurso que es para el día a día de nuestro trabajo. Me encantaría realizar también escultura que no fuera religiosa, porque me interesa mucho, por ejemplo, el retrato, el estudio psicológico que se realiza a través del mismo, y cuando he podido realizar ese tipo de trabajos, lo que hasta ahora ha sido principalmente a nivel personal con familiares que se han prestado a ser modelos, he disfrutado con ellos muchísimo, como con cualquier obra religiosa.

En general, la producción escultórica es como una necesidad en cualquiera de sus aspectos, con independencia de la temática o del material. Ahora estoy investigando con los medios digitales y con otros medios de expresión escultóricos que, aunque durante un tiempo vemos solo a través de una pantalla, al final llega a convertirse en una realidad tridimensional, y eso para mí es muy apasionante. Yo no me cierro a temática, ni a materiales, ni a formatos; es más, estoy abierto a todos ellos e intentaré de cada uno de ellos aprender lo máximo.

Hablando de herramientas digitales, ¿qué piensas de la discusión que existe sobre su empleo?

Pienso que todas las herramientas que tenemos a mano suman, independientemente de que sean digitales, mecánicas, etcétera. Todas son herramientas que nos ayudan y que nos facilitan la talla en madera, el estucado o las policromías. Como hemos comentado antes, vivimos en una sociedad que está viva, y creo que el arte, en cualquiera de sus aspectos, siempre recurre a innovaciones tecnológicas, y no ahora, sino desde muy antiguo, siempre se han usado las nuevas tecnologías para el arte. Además, creo que las personas siempre necesitan buscar nuevos recursos para expresarse, y creo que hoy en día es lo que tenemos y es lo que está a la orden del día. Nos movemos a través de los medios digitales y nos sentimos unidos a ellos, ya que una generación entera ya ha nacido con ellos y son parte de ellos. Negar eso es un poco incongruente porque, además, nosotros nos ayudamos de todos los artesanos a la hora de producir las obras, como los carpinteros, que encima son los primeros que se apoyan en las nuevas tecnologías y nos dan a conocer las nuevas posibilidades que se ofrecen en sus talleres. Negarnos a la tecnología es negarnos al tipo de producción que hacemos, y no creo que por usarla se devalúe la calidad de una obra ni mucho menos. Es una herramienta más que está a nuestra disposición, que tenemos la oportunidad de conocer, de investigar y de ver, y así poder llevárnosla a nuestro terreno. Hay muchos compañeros que ya usan los medios digitales como forma creativa a la hora de hacer esos primeros bocetos que luego se trasladan a la madera y, siendo realistas, que me digan a mi quién nota si eso se ha hecho antes en barro, en escayola, a través de un molde o si se ha hecho a través de un ordenador. Yo creo que eso ya está en la persona que lo produce y en la estética que esa persona le va a dar.

Tras el Resucitado, ¿en qué proyectos estás trabajando en estos tiempos de confinamiento?

Vivimos tiempos complejos, y las instituciones mayores, como las hermandades, lo pasan peor porque, en muchos casos, han tenido que paralizar proyectos o encargos ya que han visto más conveniente orientar los recursos a la caridad y dejar un poco parado el patrimonio, atendiendo así las necesidades vitales de las personas. No obstante, en mi caso no he visto mermada la producción porque son muchos los particulares que se han sumado a los nuevos trabajos. Como he dicho antes, son parte fundamental en mi producción.

Como proyecto importante que próximamente saldrá a la luz es la primera fase del proyecto que he comentado estoy haciendo para la parroquia onubense de la Sagrada Familia; se realizará íntegramente en madera y consistirá en una representación del grupo escultórico que da nombre a una iglesia que, aunque ya tiene un altorrelieve, una asociación nueva de fieles ha tenido a bien que yo haga esas nuevas imágenes haciéndolas más cercanas al público. Por otro lado, para la Hermandad del Carmen de Huelva estoy realizando una cruz de altar con un crucificado de pequeñas dimensiones, y para Tenerife estoy realizando varios proyectos, aunque todavía no puedo hacerlos públicos. También estoy trabajando para Córdoba, Sevilla y otras muchas provincias. Por eso desde aquí les doy las gracias a todos, ya que nos dan la posibilidad de realizar nuestra profesión y de paso traer el sustento a nuestros hogares, algo que por supuesto es también muy importante.

 

 

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