ANA REY RECIBE EL XII PREMIO LA HORNACINA

Jesús Abades (26/11/2018)


 

"Nadie ha tenido conmigo un comentario que me haya hecho sentir inferior a mis compañeros varones"

 

 

¿Cómo está tomando la gente, por tu parte, la recepción de este XII Premio La Hornacina? Ya no solo a nivel de amigos y familiares, sino también de seguidores, votantes, etcétera.

Pues desde el momento que lo he publicado en las redes sociales... bueno, ya en su día cuando salió la noticia de que habíamos ganado nosotros, tras lo cual lo publiqué en redes sociales y demás, hubo mucha gente que me dio la enhorabuena. Muchas personas que nos habían votado se pusieron en contacto con nosotros diciéndonos que estaban muy contentos, sobre todo la gente de Pulpí, que habían hecho una campaña increíble en la radio y las televisiones para que el Despojado fuese la obra ganadora este año. La verdad es que la gente ha reaccionado muy bien de que, por fin, este año, después de habernos quedado varias veces a las puertas, hayamos conseguido el premio. Y bueno, qué decirte de la gente más cercana a nosotros, ya sean familiares, amigos y amigos que vienen a ayudarnos al taller, todos se mostraron muy contentos porque han visto en este premio la recompensa hacia lo que significa este trabajo, una recompensa reunida en ese premio La Hornacina que, personalmente, ya sabes que es una ilusión enorme para mí el haberlo conseguido.

Nos dijiste en la entrega que este Cristo Despojado para Pulpí tuvo como referente al Despojado que hizo nuestro amigo Paco Romero Zafra para Cádiz. ¿Os impusieron más de lo que hicisteis al final o, por el contrario, tuvisteis más libertad de lo que en principio pensasteis?

Al final hice lo que quise, la verdad. Ellos al principio venían con el referente de Cádiz. Bueno, ellos y, ahora mismo, casi todas las hermandades que tienen en mente un Despojado. Siempre miran al de Romero Zafra para Cádiz como un referente. Es cierto que el Despojado de Cádiz es una de las mejores obras de imaginería que se han hecho en los últimos años. A mí me encanta y Paco lo sabe. También hay imagineros que han intentado seguir esa línea en esta iconografía, y esa, precisamente, era la idea que traían desde Pulpí, pero yo quería salirme un poco de esa línea y llevarlo a mi terreno, que cuando saliera la imagen de mi taller y la gente lo viera, supieran que era mío, que no estaba basado en el Despojado de Romero Zafra. Yo a ellos les dije que el Despojado de Cádiz es muy bueno y bonito, pero que ellos debían tener el suyo propio, una obra que, al verla la gente, lo identificara como su Despojado, e incluso que, cuando la gente encargase un Despojado, quisiera que fuese como el de Pulpí. Es el ejemplo que les puse y lo entendieron muy bien. Desde el primer momento aceptaron, me dieron vía libre y muchísima confianza en mi trabajo. Me dijeron que lo que yo hiciera, a ellos les iba a encantar seguro. Otra de las cosas de las que hablamos, entre bromas, fue que el próximo premio de La Hornacina iba a ser para el Despojado de Pulpí, y mira, al final, por suerte, así ha sido.

En la entrega del premio, junto a familiares y a amigos, vimos a gente de varias cofradías para las que has trabajado y con los que has mantenido una relación muy especial. Hubo muchas muestras de cariño, tanto de los presentes, como de quienes finalmente no pudieron asistir. ¿Te sientes querida, Ana? ¿Siempre has trabajado con el mismo buen rollo y armonía para con todo el mundo?

Bueno, siempre hay cofradías o gente con las que no te llevas tan bien, pero en líneas generales yo tengo buenos recuerdos del 99% de la gente y las cofradías con las que he tratado y trabajado. Además, suelo mantener relación con ellos. Por ejemplo, cuando cambian de ropa una de mis imágenes, suelen mandarme fotos y preguntarme qué me parece, o cuando hacen cultos también me mandan fotos o vídeos para que los vea. También hay ocasiones en las que llegas a entablar amistad con las personas para las que has trabajado, como es el caso, cuando se hizo la Virgen de la Luz para León, de la persona que estaba de Hermano Mayor en la cofradía en ese momento. Son personas con las que, tras mucho contacto, acaban convirtiéndose en tus amigos, caso de las personas que me acompañaron en la entrega del premio. Vinieron los que estaban más cerquita, aunque también otros, como los que llegaron de Algeciras, que no está tan cerquita, que quisieron estar conmigo en la entrega del premio porque sabían que era un momento muy especial para mí. Yo también quería que todo el mundo se sintiera representado en ese premio, aunque no se tratase de una imagen suya. Si no fuera por la confianza que todas esas personas depositaron en mí y en mi trabajo durante todos estos años, mi trayectoria no me hubiera llevado a ninguna parte. El granito de arena que han puesto todos está recogido en ese premio, y personalmente me hizo muchísima ilusión que estuvieran conmigo ese día toda la gente cercana a la que avisé. Respecto a la gente del norte de España para la que hemos trabajado, todos me escribieron para mostrarme su deseo de haber podido estar allí acompañándome, y me dijeron que, aunque no estuvieran presentes físicamente, estaban presentes con sus corazones.

 

 
     
     
     
     
 
     
     

 

Has sido siempre muy activa en el uso de Internet, y eres conocida por el inteligente empleo que haces de las redes, especialmente Facebook, a la hora de promocionar tu trabajo. ¿Piensas entonces que las redes sociales no son un mal instrumento, sino un instrumento mal utilizado cuando no se maneja con inteligencia?

Siempre me dicen que he sabido utilizar muy bien el tema de las redes sociales. Yo lo he enfocado siempre en el tema del trabajo... bueno, a veces, pongo fotos de perritos que buscan dueño y tal (risas) pero básicamente lo he enfocado, como te comento, en el tema laboral, no he subido fotos de cosas que no vienen a cuento, entonces el objeto de interés no puede ser otro que el meramente profesional. También intento contestar los mensajes de todo el mundo. A la gente que dedica con esfuerzo tiempo a escribirte, intento responder personalmente. Lo cierto es que intento cuidar a la gente que me sigue porque es muy significativo que pierdan su tiempo en apoyarte y en darte ánimos, y eso hay que agradecerlo. El día que no estás bien, esto, además, te ayuda mucho a seguir adelante ya que te hacen ver que esperan ver tu trabajo. Me gusta todo el apoyo que me dan, y espero que sigan ahí y poder seguir atendiéndoles en la medida de lo posible, porque aunque sólo puedo dedicar un ratito al ordenador, intento mantener el contacto con ellos. Por otro lado, tengo la suerte de que, a pesar de tener un perfil público, no suelo encontrarme con gente que entra solamente para tonterías; al revés, suelen ser gente con buen fondo que dice cosas buenas o críticas constructivas.

Con permiso de los compañeros varones que han figurado también en el premio de este año, Ángel Pantoja como premiado y Antonio Díaz Arnido como mención del experto en el apartado de pintura, creemos que este año ha sido el premio de las mujeres. Dos habéis tenido un peso tremendo: tú en el caso del premio y Encarna Hurtado en la mención del experto; de hecho, es la primera vez que hay dos mujeres en ambas categorías. Tu compañera Lourdes Hernández nos habló hace algunos años, cuando la entrevistamos, de la existencia de un techo de cristal por encima de ella que, seguramente, no la iba a dejar trabajar en las mismas condiciones que sus compañeros varones. ¿Crees que con la respuesta al XII Premio La Hornacina se ha podido, si no romperlo, al menos resquebrajar ese techo al que Lourdes hacía mención?

Yo es que nunca he sentido que tuviera ese techo; al revés, siempre he percibido que la gente me tiene cariño y nunca he sentido que se me haya tratado diferente por ser mujer. Nadie tampoco ha tenido un comentario que me haya hecho sentir inferior a mis compañeros. Mucha gente me ha hecho, más o menos la misma pregunta, pero es que nunca me he sentido mal a causa de ese problema, entonces, como yo no he sentido que ese techo estaba ahí, me he sentido igual que el resto. Quizás Lourdes cuando empezó, estando prácticamente sola, tuviera más complicado desarrollar su labor en ese momento. El tiempo ha pasado y a lo mejor ya ella tampoco lo siente así. Pero como te digo, yo siempre he tenido mucho apoyo y no me he sentido de esa manera.

¿Crees que puede ser porque perteneces a una generación en la que, aunque todavía queda mucho por hacer, afortunadamente se están reduciendo los prejuicios relativos al género en el oficio?

Sí, creo que mal andaríamos si en mi generación no fuera así, y creo que, con el tiempo, debería ir a mejor. Hay que ponerse en el lugar de Lourdes cuando ella empezó hace veinte años o más, estando casi sola. Era otra época, una época en la que este trabajo era considerado de hombres. De hecho, cuando yo quería hacer imaginería, la gente me decía que si estaba loca, que dónde iba a meterme yo, que si era cosa de hombres y tal, pero cuando me metí en este mundo, no tuve esa percepción que la gente me decía, o sea que no lo he vivido de esa manera. No sé si porque la gente es más respetuosa que antes o porque he tenido la suerte de no estar con quienes no respetan que hombres y mujeres estemos trabajando en el mundo de la imaginería.

Y pese a que lo hayas vivido de ese modo, ¿qué les dirías a quienes siguen pensando que por ser mujer y estar en la imaginería, solo sabes hacer virgencitas y no eres capaz de hacer otro tipo de encargos? ¿Y a la gente que no piensa en el resultado de la obra, sino en el género a la hora de encargarla?

Pues les diría… que no vengan a verme porque no me interesan para nada. No quiero saber nada de gente con esa mentalidad, ni tener trato con personas para las que no merece la pena trabajar ni intentar hacerles entender nada, ya que normalmente, la gente que piensa así, por mucho que les digas o demuestres, no van a cambiar su forma de pensar y de ver las cosas, porque buscan siempre dar la vuelta a las cosas para no entenderte. Por lo tanto, es una pérdida de tiempo. A mí ese tipo de personas no me interesan para nada; de hecho, preferiría no tener trabajo a que mi trabajo dependiera de que una persona así me encargase algo.

 

 

Entre los proyectos que tienes entre manos, quizás el de mayor envergadura sea un Cristo Yacente que estás haciendo para Tarancón (Cuenca), una talla que, además, presenta una disposición que se aparta de lo habitual en este tipo de obras.

Siempre intento que mis obras se salgan un poco de lo que ya está hecho, sobre todo de lo que ya está visto. Me gusta darles una vuelta más y, en el caso del Yacente para Tarancón, la disposición, como tú bien dices, es distinta, pues no está mirando hacia arriba, como suele ser lo habitual. Este Yacente va a estar todo el año en una hornacina, en la pared de la iglesia, entonces yo quería que estuviera un poco ladeado para que mirara a todas las personas que vayan a rezarle. También está un poco elevado para que, cuando procesione, el público, desde abajo, le pueda ver bien la cara, ya que considero que el problema de todos los yacentes que procesionan es que, si no estás en un balcón, es muy complicado ver bien su hechura. De ahí que haya intentado plantearlo de otra manera, para que, tanto durante todo el año en la iglesia como durante la procesión, tenga un ángulo desde el que todo el mundo lo pueda ver.

También estás haciendo una dolorosa para una cofradía.

Sí, estoy haciendo una dolorosa para una cofradía de Palma del Río y otra para un particular de Jerez de la Frontera. Aparte de esto, también tengo en el taller ahora mismo una Piedad de tamaño académico que también va para una colección particular.

Una Piedad que pudimos ver en la entrega del premio y que sorprende por su tremenda naturalidad. Una obra que reivindica el hecho de que su destino, privado o público, no va parejo con el mayor o menor lucimiento a la hora de realizarla, sino el interés del encargo y sobre todo las ganas que pone su artífice.

Nunca he tenido en cuenta el sitio al que va mi obra. Todos los proyectos los cojo con la misma ilusión, con las mismas ganas. Es una tontería rebajar la calidad de una obra que va, por ejemplo, a un pueblo o a una devoción privada, porque, al hilo de lo que hemos hablado antes de Internet y las redes sociales, esa obra la va a ver todo el mundo, y si está firmada por ti, debe ir con la mayor calidad posible. Además, si tú te comprometes a hacer un trabajo, ya sea con un particular, con una cofradía, con una asociación o con quién sea, les tienes que responder porque han venido a buscarte y les tienes que dar la mayor calidad posible, como si fuera el único encargo que vas a tener en todo el año. Eso es lo que ellos esperan de ti, y a mí, lo que más satisfacción me da, es cuando las personas que te han encargado una obra y vienen a recogerla, o se ponen a llorar porque se emocionan, o te dicen que se van encantados. Y no te digo cuando hablamos de las presentaciones públicas, con las iglesias llenas para su bendición y la gente acercándose a felicitarte. Eso sí que compensa y es lo importante, pero su destino da igual, lo que importa es el cariño que le vayan a tener a esa imagen.

 

 
     
     
 

 

En la entrega del premio, aparte de un lógico nerviosismo, se te vio muy feliz. Se nota que estás atravesando un momento muy dulce tanto a nivel personal como profesional. ¿Entra dentro de tus planes algún proyecto que aumente esa felicidad y que todavía no se pueda contar?

Sí, tengo varios proyectos, algunos incluso se pueden contar: una Coronación de Espinas para Algeciras, otro Despojado para Oviedo, un Beso de Judas para el Puerto de Santa María, una María Magdalena para el Cristo que hicimos el año pasado para Mallorca y una Entrada en Jerusalén, o sea que hay bastantes cosas ahora mismo en el horno, por decirlo de alguna manera.

¿Y cuál es el proyecto que no está todavía en el horno pero que estás deseando hacer?

Una Piedad a tamaño natural. Ahora estoy haciendo una a tamaño académico, como te dije, pero me encantaría otra a mayor escala porque me encantaría trabajar esa conexión que tienen las dos imágenes, las dos interactúan, y que eso se transmita a la persona que lo contempla es como un reto. Ya lo trabajo en la de pequeño formato que estoy tallando, pero que me gustaría mucho poder llevarlo al tamaño real.

Tenemos que aprovechar esta entrevista para darle las gracias a David Calleja por el discurso tan bello que hizo en la entrega del premio y por el cariño que prodigó en todo momento hacia los asistentes, hacia nosotros mismos y, sobre todo, hacia ti, que además no paras de decir que es una persona muy importante en tu vida.

Hasta el punto de que yo sin David no puedo trabajar, no concibo que haya otra persona que me pueda entender en lo que yo necesito y que haga en mis trabajos lo que necesitan para ser terminados. Cuando no puedes acabar tus trabajos porque no tienes la habilidad suficiente para vestirlos, necesitas de otra persona que sea casi como tú, que piense como tú, que se meta en tu cabeza y sepa lo que estás pensando, y que con sus manos sea capaz de terminar lo que tú quieres, y eso es lo que me ocurre con David. Desde el primer momento conectamos muy bien, aparte es una persona encantadora, siempre está disponible, hace lo imposible por estar cada vez que lo necesito, me viste las imágenes y le da igual si le han encargado a él o no sus ropas. Además, siempre acude para que yo pueda tener las fotos de las imágenes en el taller, aunque tenga que traerse la ropa él mismo y prestármela; de esta forma, las hermandades, si quieren realizar recordatorios, pueden disponer de un reportaje de fotos para el día de la bendición. Como comprenderéis, son muchos los motivos por los que David es una persona muy especial en mi vida. Yo le digo que renuncie a lo que sea, pero que renuncie a mí, no. Nos llevamos muy bien, conectamos muy bien y tenemos una relación muy especial.

Para terminar la entrevista, Ana, queremos darte las gracias y la enhorabuena, decirte que nos ha gustado mucho eso de que nuestros premios son los "Grammy de la imaginería", y que hemos disfrutado mucho con su entrega, aunque ya sabes que somos unos meros intermediarios entre la voz y el voto de la gente; por lo tanto, si te queda algo por decir a los internautas, este sería un buen momento.

Sí, quería agradecerle a todo el mundo el tiempo invertido, aunque solo hayan sido treinta segundos, el apoyo que le han dado a nuestro trabajo y, sobre todo, el que siguen dando, así como el apoyo también que nos han dado cuando no nos hemos llevado ningún premio. Al fin y al cabo, el premio es casi una suerte recibirlo porque cada año va para una persona distinta, pero la gente sigue ahí apoyándote, y eso, en definitiva, es lo que importa, conlleve a premio o no. Por supuesto, voy a seguir defendiendo vuestra labor, pues eso sí que merece todos los premios del mundo porque el que deis a conocer la imaginería de esta forma, tenemos que agradecerlo mucho, ya que, al fin y al cabo, con vuestra labor nos ayudáis a los que nos dedicamos a esto, porque si a los imagineros no nos conocen, no llegan hasta nosotros para darnos trabajo. Aunque seáis unos intermediarios, también tenéis mucho que ver en todo lo que ocurre en el mundo de la imaginería, y creo que hablo en nombre de todos los imagineros cuando digo que tenéis mucha culpa de que se nos conozca y de que se nos reconozca hoy en día, así que muchísimas gracias a los dos.

 

 

Nota de La Hornacina: Nuevamente damos las gracias a todos los internautas que, con su participación, han hecho posible la concesión de este premio. Fotografías del boceto, proceso de ejecución y resultado final de la obra galardonada, Jesús Despojado de Pulpí (Almería), cedidas por Ana Rey y Ángel Pantoja.

 

Detalles del Premio y la Encuesta en este

 

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