7 POLÉMICOS PROYECTOS DE ARQUITECTURA Y ARTES DECORATIVAS EN SEVILLA

Sergio Cabaco y Jesús Abades (12/02/2017)


 

 

Sevilla acogerá los días 16 y 17 de febrero, jueves y viernes, el I Encuentro "Por una Arquitectura desde y para la sociedad", que reunirá a un buen número de arquitectos, instituciones públicas y colectivos sociales para debatir sobre el modelo de vivienda y de ciudad para los próximos años.

El foro se celebrará en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura (ETSAS), que organiza estas jornadas junto a la Fundación para la Investigación y Difusión de la Arquitectura en Sevilla (FIDAS), con la colaboración del Colegio Oficial de Arquitectos de Sevilla (COAS).

Participarán el Defensor del Pueblo Andaluz, representantes de asociaciones de vecinos, afectados por las hipotecas, consumidores, discapacitados, ecologistas y usuarios de las bicicletas, junto a responsables de la Junta de Andalucía, de la Administración central y de las entidades organizadoras.

Como preludio a este foro se han desplegado dos grandes pancartas en las fachadas del COAS y de la ETSAS, en las que se invita a la sociedad a involucrarse en el diseño de una ciudad con mayor calidad de vida.

No ha sido precisamente la sevillana una sociedad que haya admitido bien los nuevos proyectos arquitectónicos que han afectado a su entorno. Ni el Metropol Parasol ni la Torre Pelli, por citar algunos ejemplos civiles, fueron aceptados en su momento por todos, como tampoco lo es ahora otro de carácter sacro: la remodelación del interior de la Basílica del Gran Poder, que al parecer oscilará entre un diseño más acorde con el proyecto original y otro que supone una relectura completa del mismo aunque sin retocar ni uno solo de sus muros.

Hemos querido sondear en la ciudadanía de Sevilla para conocer los proyectos relacionados con la arquitectura y las artes decorativas de sus templos que resultaron polémicos al no contar con el beneplácito de la mayoría.

 

1
 
 
 

Capilla de los Marineros


Lo que era una deliciosa capillita barroca del siglo XVIII, muy bien recompuesta por Aurelio Gómez Millán en el siglo pasado, se convirtió, tras las recientes reformas, en una bella fachada que da paso a un interior desangelado y ampliado con escasa cordura plástica. Es cierto que urgía una solución para la cada vez más pequeña sede de la mítica Esperanza de Triana, pero ello no justificaba perder su encanto a base de techos anodinos, naves incómodas, exceso de blancos y otros accesorios sin justificación. El espectacular retablo mayor, procedente de Osuna, parece haber encogido, al igual que el artesonado neomudéjar, y ni siquiera el brillante retablo del Cristo diseñado por Guzmán Bejarano, aún pendiente de conclusión, ha logrado paliar un despropósito que levantó ampollas en Triana.

 
 
2
 
 
 

Santuario de los Gitanos


Ya de por sí la reconstrucción del antiguo colegio conventual del Valle, una ruina abandonada por las instituciones, no satisfizo a todos. Luego llegó una discutible decoración interior, en la que, partiendo del valioso camarín barroco traído de Écija, empezaron a mezclarse confusamente elementos decorativos modernos con otros integrados en el más abrumador barroquismo. Pero la gota que ha colmado el vaso de la oposición, tanto de muchos expertos como de gran parte de la población, es el proyecto de ampliación de sus dependencias que actualmente se está llevando a cabo. Algunos ven incluso un cada vez más preocupante parecido de su exterior con el de la basílica malagueña de la Esperanza.

 
 
3
 
 
 

Iglesia del Cachorro


Junto con el del santuario almonteño del Rocío, su retablo mayor es el más discutido de entre los realizados en las últimas décadas. No se trata, por supuesto, de falta de calidad en ambos casos, sino de perder cercanía con la imagen lo que muchos devotos adujeron. En el caso del Cristo de Triana no se ejecutó finalmente el proyecto original, reemplazándose el gran altorrelieve superior que debía labrar Luis Álvarez Duarte por una correcta pintura que, sin embargo, causa sensación de vacío en su remate. Lo peor quizás haya sido ese "transepto atablerado" a través del cual los fieles pueden acercarse ahora al nuevo ábside-camarín del crucificado. Para muchos, un error estético que, además, no repara la cercanía perdida.

 
 
4
 
 
 

Iglesia de San Vicente


Dice el refranero popular que lo que mal empieza, mal acaba, y la interminable restauración de este templo no fue una excepción. Abandonos en las empresas adjudicatarias, techos a la intemperie, demoliciones innecesarias, deplorable pulso de las instituciones -la Junta de Andalucía llegó a afirmar que la restauración había concluido cuando estaba todo anegado y a medio terminar-, años de paralización, añadidos nuevos de baja calidad y/o discordantes con el edificio... El resultado no podía ser otro que un templo casi nuevo, mutilado, con pocos rastros del carisma y el embrujo que los siglos habían patinado en su interior, mucho más impersonal y frío para el público. Otros templos de la ciudad como San Román o San Julián tampoco volvieron a ser los mismos -para mal- una vez restaurados. Con Santa Catalina cruzan los dedos.

 
 
5
 
 
 

Iglesia de Santa Marina


Considerada por Angulo como la "madre" de los templos de la ciudad, al fijar el denominado tipo parroquial sevillano de estilo gótico-mudéjar, ha sobrevivido a diversos avatares históricos que desnudaron su interior de retablos y azulejos y casi lo hacen sucumbir a la piqueta pese a preservar más elementos originales que el resto de las iglesias. El problema es que, lejos de resultar acogedor como otros de su índole, el interior de Santa Marina resulta destartalado para muchos que cruzan su umbral -un "almacén robado", como dirían nuestros abuelos-, a lo que tampoco ayudan la nueva "peana-retablo" de varias plantas del altar mayor y otras piezas para el culto añadidas en los últimos años. Más bien muchos dicen que sobran.

 
 
6
 
 
 

Colegiata del Salvador


Lo del Salvador no tiene pegas en cuanto a su restauración, pero sí en cuanto a seguir la moda de musealizar abusivamente iglesias que no han sido desacralizadas, mermando así su esencia de lugares destinados al rito y la ceremonia. Dejando a un lado el previo pago de rigor y las limitaciones de acceso, las gentes denuncian también cierta "escaparatización" de sus bienes muebles; impropia, como decimos, de una iglesia que, supuestamente, no ha perdido su consagración al culto y es sede de dos famosas hermandades de penitencia. Precisamente, una de ellas se ha visto especialmente perjudicada por lo sucedido.

 
 
7
 
 
 

Camarín de la Amargura


Cierto es que se ha ganado en espacio y seguridad, y que el entrañable diálogo que forma la venerada Dolorosa con San Juan se encuentra ahora visitable para quienes quieran admirarlo de cerca, más allá de la procesión o de los besamanos, pero por encima de los méritos de la funcionalidad, la presidencia de un templo de la categoría de San Juan de la Palma merecía más que ese fondo cerámico en tonos naranjas, muy poco convincente para la mayoría pese a la fama de los efectos lumínicos que algunos dicen que provoca y bastante incómodo con la lectura estética que ofrece lo demás en su conjunto.

 

Fotografías: Hermandad del Gran Poder, Carmelo Castillo, Fundación Sevillana Endesa, Hermandad de los Gitanos, Hermandad del Cachorro, Juan José Nogales y Roberto Villarrica para www.fotoscofrades.com

 

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