LA IGLESIA DEL HOSPITAL DE LOS VENERABLES DE SEVILLA

Fotografías de Elena González Pérez


 

El nombre del hospital, fundado en 1675 por el canónigo Justino de Neve, se debe a su primitiva función de asilo de venerables sacerdotes. Las trazas del edificio están atribuidas al arquitecto Juan Domínguez, quien asumió la dirección de las obras desde el año siguiente a la fundación hasta 1687, fecha en que es reemplazado por Leonardo de Figueroa, quien concluiría el proyecto diez años después. Desde 1991 es la residencia de Focus-Abengoa, una fundación cultural hispalense que se hizo cargo de su restauración y disfruta de la cesión temporal del inmueble por parte de la Hermandad de los Venerables y el Arzobispado de Sevilla.

 

 
     
     
De escaso interés artístico es el actual retablo mayor del templo (1889), no así las pinturas y esculturas que guarda. Destacamos la efigie de la Virgen de Belén (siglo XVI), los dos altorrelieves de los Santos Juanes relacionados con el estilo de Juan Martínez Montañés (siglo XVII) y el colosal lienzo del pintor Lucas Valdés Leal -329 x 430 cm- que representa la Sagrada Cena (hacia 1684-1701).
 
En la sacristía, Valdés Leal ideó una de las más bellas y audaces composiciones de la pintura sevillana, una ficción sobre cubierta plana que, con carácter ilusionista, muestra otro piso al que suben cuatro ángeles cargando una cruz, mientras otros llevan una tiara, una corona de laurel y la palma de los mártires. Es una alegoría al sacrificio del clero, con afán moralizador y ejemplificante.
     
     
     
     
El ático del retablo queda presidido por otro lienzo de Lucas Valdés que representa la Apoteósis de San Fernando, también de grandes dimensiones (301 x 220 centímetros). Lo flanquean dos pinturas de Virgilio Mattoni (1891) que retratan a San Clemente y San Isidoro. Los frescos de la bóveda del presbiterio pertenecen a Valdés Leal y representan el Triunfo sobre de Jesús sobre su Pasión y Muerte, apareciendo la figura de Cristo adorada por los santos Pedro y Clemente.
     
     
     
     
Las pinturas murales fueron realizadas por Juan Valdés Leal y su hijo Lucas, quienes comenzaron su trabajo el 14 de junio de 1686, sin que se pueda precisar la fecha de finalización, pero sí, por el estilo, la labor de cada uno. A Lucas pertenecen las pinturas de la única nave, destacando los medallones centrales de cada uno de los cuatro tramos de la bóveda.
     
     
     
     
En este medallón se escenifica una exaltación a la monarquía española. Los medallones tienen una configuración elíptica y circular, sucesivamente, desde la cabecera del templo.
     
     
 
     
     
Imagen de San Fernando realizada en 1698 por el escultor sevillano Pedro Roldán. El hospital tenía previsto inicialmente consagrarse a San Pedro, de ahí que sus armas figuren en la bóveda de la escalera principal. Pero dado que cuando se iniciaron sus obras hacia pocos años que se había canonizado San Fernando, es por lo que se dedicó a las dos advocaciones. Así consta en una inscripción a la entrada del templo.
     
     
     
     
Medallón circular que muestra una gloria celeste cuajada de ángeles. Las pinturas de la nave pertenecen a lo mejor de la producción de Lucas Valdés.
     
     
     
     
Detalle del retablo de la Inmaculada Concepción, labrado por Juan de Oviedo en 1698. El lienzo central data del primer tercio del siglo XVII y sustituye a uno anterior, obra de Murillo, que fue expoliado en 1813 por el mariscal Soult y actualmente se conserva en el Museo Nacional del Prado de Madrid.
     
     
     
     
Como elemento original aporta la iglesia la disposición del pórtico que recoge el coro en la parte superior como recomienda el tratadista Fray Lorenzo de San Nicolás. En el muro interior del coro se han pintado de forma simétrica, en sendos medallones dorados, las efigies de Jesucristo y la Virgen María, rodeados de ángeles con la corona de laurel y la palma del martirio y vara de azucenas, respectivamente.
     
     
 
     
     
Esta talla de San Pedro se halla bajo el coro, haciendo pareja con la de San Fernando. También fue realizada por Roldán, quien entregó ambas el 2 de junio de 1698. Estas imágenes sedentes fueron estofadas y policromadas por Lucas Valdés entre julio de 1698 y mayo de 1699. Ambas tienen como base una almohadilla y consola de la época, realizadas por Francisco de Barahona.
 
Detalle del patio del Hospital de los Venerables, con sus características galerías de arcadas, las cuales aparecen sustentadas por columnas de mármol toscano y situadas a un nivel más alto que el suelo. Aún a un nivel inferior se halla la fuente, con el fin de permitir un mejor abastecimiento de agua. Se accede a la misma mediante unas gradas escalonadas de forma circular.

 

FUENTES

FERNÁNDEZ LÓPEZ, José. "La defensa de la condición y de la dignidad eclesiástica en la Sevilla del siglo XVII. El programa de pinturas de la iglesia del Hospital de los Venerables", en Cuadernos de Arte e Iconografía, vol. 4, nº 7, Madrid, 1991.

A.A.V.V. Pedro Roldán 1624-1699. III Centenario de su Muerte, Catálogo de la Exposición celebrada en la Sala San Fernando, Sevilla, 1999.

 

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