Les presentamos otra Dolorosa de culto privado labrada por un escultor e imaginero contemporáneo. En esta ocasión, su autor es el joven artista sevillano Javier Roán, quien reproduce libremente los rasgos de la Virgen de la Esperanza, imagen muy venerada en la capital onubense, donde es titular de la cofradía penitencial de San Francisco.

La imagen fue encargada por Jesús Herves Martín a Javier Roán en abril de 2007 con destino a su colección particular, siendo entregada por el imaginero en el mes de diciembre de ese mismo año. Al igual que el popular icono mariano en el que se inspira, ha recibido la advocación de Nuestra Señora de la Esperanza.

Se halla labrada en terracota policromada al óleo, y es de pequeño formato (60 cm, aproximadamente). De candelero para vestir, tiene completamente talladas la cabeza, hasta la altura del busto, y las manos. El resto es un maniquí de madera desbastada y pintada de azul, con brazos articulados y devanadera de base ovalada que le sirve de sustento.

El autor toma principalmente de la Dolorosa de Huelva su forma de fruncir el ceño, en señal de dolor; las rectas cejas; los ojos vítreos y las cinco lágrimas de cristal; el clásico perfil y la suavidad anatómica del ancho cuello y las manos. Mayores licencias personales se observan en la mirada, también frontal pero más apagada en este caso; la resolución del mentón y, sobre todo, el modelado de los labios, de forma similar a su reciente versión de la sevillana Dolorosa de la Candelaria (el original recibe culto en la Iglesia de San Nicolás), presentada en La Hornacina el pasado 30 de enero de 2009. No visible por las ropas, el oscuro cabello se peina al centro y se recoge hacia atrás, dejando al descubierto las orejas.

La pequeña imagen posee una saya confeccionada por el bordador onubense Rafael Infante, reconocido autor de numerosas piezas realizadas para la Semana Santa de Huelva, a imitación de otra que forma parte del rico ajuar de su modelo. Suele portar en sus manos un pañuelo y un valioso rosario, bendecido personalmente por el pontífice Benedicto XVI.