EL APOSTOLADO DEL SANTUARIO DE MONSERRATE (ORIHUELA)

Texto y Fotografías de Luis Miguel García Lozano


 

 
 

El Apostolado del Santuario de Monserrate es un conjunto de trece lienzos, datados entre finales del siglo XVII y mediados del XVIII, que se encuentran situados en las pilastras del Templo Mariano.

Fue legado por testamento al templo por el presbítero Ignacio Vigo. El testador, como prueba de su legado, dispuso el escudo familiar y una inscripción de la donación en el lienzo que representa a San Juan.

 
 

 
 

Como hemos apuntado, el Apostolado se compone de trece lienzos (cuando lo común son once) y, a diferencia de la mayor parte de este tipo de conjuntos, no se incluye entre las figuras representadas a Cristo. Sin embargo, el conjunto sí incorpora un retrato de San Matías, el nuevo apóstol que sustituyó a Judas Iscariote, y otro de San Pablo, el llamado Apóstol de los gentiles.

Hoy día, debido a los avatares que ha sufrido nuestro país, es poco común que se conserve una colección completa sobre esta temática. A ello, se une el hecho de que el número de lienzos sea de trece y no de doce, uno de los números más simbólicos que tiene la Iglesia Católica. Todos los apóstoles se hallan representados hasta la altura de la cintura; es decir, de medio cuerpo.

 
 

 
   

Otra de las características que hace único al conjunto es que cada Apóstol porta, además de su símbolo o atributo iconográfico, una cartela con parte del Credo debido a la creencia de que cada uno de los Apóstoles escribió un fragmento del mismo. Leyendo todos los versículos de las cartelas de los Apóstoles es posible rezar el Credo.

Son escasos los Apostolados españoles en los que las figuras portan dicha cartelas. Entre ellos, el más conocido es el de la Sala Capitular de la Catedral de Cuenca, obra de García Salmerón (1649), al que en 1779 se añaden los óleos de Cristo y San Matías realizados por Pedro Páez. Tal vez este hecho sea el que más rareza le otorga.

 
 

 
   

A todo ello se le une la discusión abierta desde hace tiempo acerca de su autoría. Parte de la historiografía otorga la paternidad del conjunto a algún miembro de la corriente riberesca de la pintura.

Otros han atribuido el conjunto al pintor Fray Antonio de Villanueva, habida cuenta su importante producción en Orihuela y que también trabajó para el Santuario de Monserrate en varias ocasiones.

 
 

 
 

Otra vertiente de la historiografía ha visto en las interesantes pinturas la huella artística de Joaquín Campos, pintor murciano del siglo XVIII.

Más sostenible es la atribución a Marcos Valero, pintor de cámara de Carlos II, porque las otras pueden ser discutidas por la cronología y el estilo del pintor.

 
 

 
 

La atribución a Valero es posible argumentarla con crónicas del siglo XVIII como es el caso de la escrita en el año 1792 por el cronista oriolano Josef Montesinos.

Dicha atribución está apoyada por varios Académicos de San Carlos, entre ellos el propio Lorenzo Hernández Guardiola, experto en pintura barroca alicantina.

 
 

 
 

La colección ha sido restaurada por iniciativa de la Cofradía Titular del Templo, la Muy Ilustre Cofradía de Nuestra Señora de Monserrate, Patrona de la Capital de la Diócesis de Orihuela. Dicha intervención restauradora fue llevada a cabo en dos fases distintas, siendo restaurados primero los lienzos de San Pedro y San Pablo, y después los once restantes.

 

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