RESTAURACIÓN DE ASOARTE PARA MURCIA

Loreto López Martínez


 

 
     
     

Santiago el Mayor (Estado inicial)

 

Santiago el Mayor (Estado final)

 

Introducción

Este año se celebra el centenario de los dos pasos procesionales de la Real y Muy Ilustre Archicofradía de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado de Murcia: el grupo de la Aparición de Jesús a Santo Tomás y la efigie de San Juan Evangelista. Con tal motivo se han realizado, en los talleres de ASOARTE, los trabajos de conservación y restauración para la puesta a punto de sus imágenes.

En primer lugar hablaremos de la intervención de urgencia, llevada a cabo para frenar los deterioros sufridos en los pies de tres de las imágenes del espléndido grupo escultórico de la Aparición de Jesús a Santo Tomás, gracias a la cual hemos tenido el placer de poder observar detenidamente y muy de cerca las tallas realizadas en el año 1912 por el escultor murciano Francisco Sánchez Araciel (Murcia, 1851-1918).

 

 
     
     

San Felipe (Estado inicial)

 

Santiago el Menor (Estado inicial)

 

Un poco de historia

A Francisco Sánchez Araciel se le considera heredero de la tradición imaginera en Murcia a través de su padre, el también imaginero Francisco Sánchez Tapia, quien se había formado en el taller de Santiago Baglietto.

Aunque la titularidad recayera a la muerte de su padre en Francisco, el taller lo conformaban otros hermanos del escultor, como Manuel, que más tarde marcha a trabajar a Madrid; Cecilia, encargada de las restauraciones, y Carmen, quien al parecer se especializó con maestría en el policromado de las carnaciones, así como otros ayudantes en la ejecución del proceso escultórico, Martín Fernández y Mariano Rodríguez Jurado.

Numerosos fueron los trabajos tanto de restauración, especialmente importantes los de las obras de Salzillo, como de ingenio propio, aunque siempre tomando como modelo la tradición salzillesca que tan bien conocían.

 

 
 
Detalle de los pies de San Felipe tras la restauración

 

Sobre el grupo escultórico

Antes de continuar, hemos de puntualizar que en el año 1994 fue sustituida la figura de Jesús, que originariamente era del mismo autor, por una magnífica obra del imaginero José Hernández Navarro, quedando ésta perfectamente integrada en el conjunto.

Dadas las fechas, podemos comprobar que la ejecución del grupo de la Aparición de Jesús a Santo Tomás corresponde a la última etapa del taller de los Sánchez Araciel; quizás por ello, y dado el gran bagaje profesional con el que ya contaban, lo anterior no constituyó un obstáculo para afrontar una empresa escultórica de tal magnitud. Tengamos en cuenta que se trata de un conjunto procesional formado por doce figuras y que, a diferencia de los grupos de la Última Cena, todas las tallas en este caso han de disponerse en pie, lo que conlleva una dificultad compositiva si cabe mayor para tan reducido espacio.

El dramatismo de la escena lo resuelve el autor con la expresividad de los gestos. Es aquí donde el imaginero vuelca su pericia y mantiene el diálogo con el espectador, con el fin de conseguir facilitar una lectura rápida de la escena, algo que el maestro Sánchez Araciel logra acentuando los gestos de asombro de los rostros y reforzando los mismos con la disposición de las bien trabajadas manos; la mayoría de ellas abiertas, a modo de interrogantes que no precisan de palabras.

A veces es preciso que surja ese contacto directo con la obra para que reparemos en sus detalles y apreciemos sus singularidades, tanto como piezas independientes, como unidad de conjunto escultórico. Y es que, por muchas veces que se vean estas obras en los desfiles penitenciales, son instantes en los que, arropados por la parafernalia de la procesión, te dejan apenas en la retina fugaces sensaciones de color, luz, sonidos, etcétera.

 

 
     
     

Pie de Santiago el Menor (Estado inicial)

 

Pie de Santiago el Menor (Estado final)

 

La intervención en las imágenes de Santiago el Mayor, Santiago el Menor y San Felipe (I)

Entre los meses de diciembre de 2011 y enero de 2012 se ha procedido, en los talleres de ASOARTE, a la actuación de urgencia sobre la gran degradación apreciada en la zona de los pies de tres de las imágenes del grupo: los apóstoles San Felipe, Santiago el Mayor y Santiago el Menor.

En la zona inferior de las imágenes, especialmente en las carnaciones de los pies, su grado de deterioro era muy alarmante debido fundamentalmente a dos agentes: la acción directa de una gran humedad, probablemente producto de la humectación de los arreglos florales para los desfiles procesionales, y la ausencia de una capa protectora sobre la policromía, imprescindible en la imaginería.

Dicha policromía, por otra parte, se apreciaba en principio y a simple vista añadida sobre los originales, tanto en los pies, como en la banda inferior de las túnicas, confirmándose durante la intervención que se trataba de un repolicromado completo sobre otro repolicromado anterior, producto de una restauración sin fechar, quedando bajo estos dos estratos añadidos escasos restos de policromía original, pero que, a pesar de su mal estado, nos han servido para documentarla y como base para poder volver a recuperar los tonos originales.

 

 
     
     

Levantamiento de repintes

 

Pie de San Felipe (Estado final)

 

La intervención en las imágenes de Santiago el Mayor, Santiago el Menor y San Felipe (II)

La intervención ha consistido en el levantado completo de las capas añadidas de policromía, que en mayor porcentaje estaban directamente sobre las sucesivas capas de policromado, eliminando igualmente estucos aplicados incluso sobre la pintura subyacente. Todo esto había provocado una pérdida de la morfología de la talla, que quedaba desfigurada profundamente en algunas zonas.

Una vez limpios los restos originales (la imagen de Santiago el Mayor, por ejemplo, ha recuperado sus primitivas sandalias), se ha procedido a una hidratación en profundidad para regenerar todos los materiales primitivos y dotarlos de mayor cohesión y flexibilidad.

Finalmente, tras el estucado de aquellas carencias de los aparejos de base que, por efecto de la descomposición, había sido imposible conservar, se ha procedido a la reintegración cromática de las zonas perdidas, basándonos en los tonos originales encontrados.

Por último se ha aplicado un barnizado protector satinado, acorde con el resto de la obra. Sobre las policromías de los enlienzados existían pequeñas manchas blanquecinas, denominadas "pasmados", correspondientes a filtraciones de humedad entre el barniz y la capa de pintura; en este caso, se ha procedido a la eliminación puntual de los barnices sobre las manchas y a la regeneración completa de esta capa de protección final.

 

 
 
Eliminación de las capas superpuestas de estucos sobre originales
 
 
 
 
Estado de descomposición de aparejos
 
 
 
 
Proceso en Santiago el Menor
 
 
 
 
Estado de los policromados originales

 

Nota de La Hornacina: Loreto López Martínez es Licenciada en Historia del Arte,
Máster en Restauración de Patrimonio y Directora de ASOARTE.

 

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