SANTA MARÍA MAGDALENA

Sergio Cabaco y Jesús Abades


 

De unos años a esta parte, su figura ha cobrado gran protagonismo debido a las nuevas biografías que niegan su condición de prostituta y la posterior conversión a las doctrinas de Jesús, hecho esgrimido durante siglos por la Iglesia como perfecto ejemplo del perdón de Cristo hacia el arrepentimiento por los pecados cometidos.

Estudios recientes sobre la vida de María o Miriam de Magdala la sitúan como una intelectual adelantada a su tiempo, miembro de una familia plena de fortuna y poder, y reivindican su papel de Primer Mensajero o Apóstol de Apóstoles, al ser la primera en ver al Maestro después de su muerte.

En solitario, María Magdalena suele representarse arrepentida por su vida pasada, despojándose de todo lo mundano; preparándose para las duras mortificaciones, o en plena penitencia por el desierto, cubierta de harapos y sosteniendo un Crucifijo en la mano, de igual forma que otros santos penitentes como San Jerónimo.

Las representaciones colectivas en las que aparece suelen tener carácter penitencial, bien penando por Jesús en el Camino al Calvario, abrazada al madero donde se halla el Crucificado o formando parte de la comitiva fúnebre. Mención aparte merece el pasaje del Noli Me Tangere tras la Resurrección de Cristo, señalado antes.

 

 
     
     
El pasaje bíblico del Noli Me Tangere o "No me toques, pues no he subido todavía junto al Padre", pintado para Asís por el afectado y profundamente religioso arte de Giotto di Bondone, discípulo de Cimabue y figura clave del gótico italiano.
 
El magnífico retrato, tomado del natural, de una joven aldeana afligida que deja secar sus cabellos al sol, sirve de pretexto a Caravaggio para recrear hacia 1595 su Magdalena Arrepentida. La obra se conserva en la Galería Doria-Pamphili, de Roma.
     
     
 
     
     
Una de las primeras obras del artista cordobés Francisco Romero Zafra fue esta imagen de candelero para vestir que representa a la Magdalena, realizada en 1992 para el municipio cordobés de La Rambla bajo los idealizados dictados de su arte.
 
En 1796, Antonio Canova se alejó por un momento del mundo clásico para abordar la iconografía cristiana. Su afligida Magdalena Penitente (Génova) es tratada con un realismo acentuado por el carácter pictórico del modelado, propio del XVII.
     
     
 
     
     
La imagen de la santa de la Cofradía Servita de Sevilla, fue labrada por el escultor José Montes de Oca y se trataba en origen de una Santa Juliana de Falconieri, figura muy vinculada a la Orden de los Servitas, que se adaptó a su actual iconografía.
 
Óleo sobre lienzo que representa a La Magdalena Arrepentida, obra del pintor parisino Simon Vouet, de formación italiana y muy influenciado en su primera etapa artística por la técnica tenebrista de Caravaggio. Se halla en el Museo de Amiens.
     
     
 
     
     
En esta obra de Simone Martini, introductor del estilo sienés en la pintura europea del siglo XIV, podemos ver las estilizadas formas y los ojos rasgados tan habituales en la técnica del maestro italiano. Se halla en el Museo Nacional de Pisa.
 
Imagen de vestir de María Magdalena, realizada en el año 2004 por el escultor Darío Fernández para la Cofradía de la Soledad, de Ciudad Real. De rotundas facciones, el modelado del semblante recuerda los tipos femeninos del mencionado Montes de Oca.
     
     
 
     
     
Aunque nacida en Sevilla, Josefa de Óbidos (1630-1684) era de origen portugués y desplegó su vocación en el país vecino. Su condición femenina no fue óbice para que recibiera gran estima como pintora, gracias a obras como La Magdalena (Coimbra).
 
La impresionante Magdalena Penitente de Donatello (1454-1455), labrada en madera policromada, muestra a la santa demacrada en sus mortificaciones en el desierto. Una de las últimas obras del maestro, hoy en la Catedral de Florencia.
     
     
 
     
     
Al igual que Julio Romero de Torres en la pintura o Antonio Castillo Lastrucci en la escultura, el galés George Apperley trasladó la sensual belleza de la mujer andaluza a sus creaciones sacras. Esta Magdalena se halla en una colección de Granada.
 
Parte del conjunto de la Cartuja de Granada, uno de los más brillantes del barroco andaluz, es esta soberbia Magdalena Penitente del sevillano Pedro Duque Cornejo. La efigie se halla flanqueando el sagrario en la capilla sacramental del templo.
     
     
 
     
     
Entre las mejores figuras secundarias del escultor Juan de Astorga Cubero, natural de Archidona (Málaga), se encuentra esta María Magdalena que forma parte del Misterio del Duelo, de la Cofradía del Santo Entierro (Sevilla). Fue labrada en 1829.
 
Habitual es la presencia de la santa en los grupos pictóricos y escultóricos del Descendimiento de Cristo. La pieza en cuestión, labrada en mármol, se halla presidiendo la Cappella de Sansevero (Nápoles) y es obra de Francesco Celebrano.
     
     
 
     
     
Se dice que Pedro de Mena se basó en la Magdalena Penitente atribuida a Gregorio Fernández, de las Descalzas madrileñas, para labrar en el año 1664 esta magnífica obra con destino a la Casa de los Jesuitas en Madrid, actualmente en Valladolid.
 
Menos frecuentes son las composiciones que ilustran la Ascensión de la Magdalena, como este lienzo pintado por Ribera (1636) de la Academia de San Fernando (Madrid). Al igual que la Virgen, la santa asciende al cielo sobre una nube izada por ángeles.
     
     
 
     
     
Ejemplo escultórico de María Magdalena en el Calvario, abrazando la cruz a la que se encuentra asido Jesús. Lo encontramos en el paso procesional del Santísimo Cristo del Perdón, de Murcia. La santa fue tallada en 1897 por Francisco Sánchez Tapia.
 
Otra muestra de la santa en el Monte Calvario que ofrece la imaginería procesional la tenemos en la Cofradía de la Esperanza  de Huelva, pese a que en este caso se presenta con las manos entrecruzadas en actitud orante. Es obra de Ángel Ávarez (1870).
     
     
 
     
     
La Piedad de la Magdalena se titula este colorista y teatral lienzo conservado en Barcelona, pintado con un gran sentido de la luminosidad por el artista tarifeño Guillermo Pérez Villalta (1997). Representa la amorosa acogida de Cristo tras ser descendido del madero.
 
Precedente del famoso modelo citado de Mena, esta interesante Magdalena Penitente que procesiona en Logroño se relacionaba con Juan Pascual de Mena hasta que estudios recientes la han vinculado con un seguidor del jiennense Gaspar Becerra.
     
     
 
     
     
En la Cofradía de la Clemencia, de Jaén, María Magdalena parece tener un cariz alegórico al portar un cáliz propio de quien recoge la sangre del Maestro. Es talla original de Mateo de Medina, restaurada tras la Guerra Civil por Alfredo Muñoz Arcos.
 
Realizada en 2006 para la Cofradía de la Caridad de Almería, el escultor sevillano Juan Manuel Miñarro nos ofrece una santa con ecos berruguetianos, recreada en el momento de enjugar las heridas al Maestro en su traslado al sepulcro.

 

Fotografías de Araldo Di Luca, Fototeca Stone Internacional, Francisco Romero Zafra, Darío Fernández, Sergio Cabaco Garrocho, Joaquín Fernández Reyes, Miguel Ángel Moreno Rebollo, IGDA, Fernando Salas Pineda, Bulloz y Rafael Márquez para www.rafaes.com

 

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