JARDINES IMPRESIONISTAS


 

 
 

La Partida de Croquet

Édouard Manet (1873)
Óleo sobre lienzo (72,5 x 106 cm)
Städel Museum, Frankfurt am Main, Propiedad de Städelscher Museum

 

INTRODUCCIÓN

El Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid presentan este otoño la exposición Jardines Impresionistas, un vasto recorrido por el tema del jardín en la pintura desde mediados del siglo XIX hasta comienzos del XX. Se trata de un importante proyecto, realizado en colaboración con la National Gallery de Edimburgo y comisariado por el director de esta institución, Michael Clark; Guillermo Solana, director artístico del Museo Thyssen-Bornemisza, y Clare Willsdon, profesora de la Universidad de Glasgow y autora del libro In the Gardens of Impressionism (Thames and Hudson, 2004).

La muestra incluye una amplia representación de la pintura impresionista, con obras maestras de Manet, Monet, Pissarro, Renoir, Sisley, Caillebotte o Berthe Morisot, pero también de algunos precursores del impresionismo, como Delacroix y Corot, y de grandes pintores de la generación siguiente, como Cézanne, Van Gogh, Gauguin, Klimt, Munch y Nolde, entre muchos otros nombres. En conjunto, más de 130 obras maestras repartidas entre las salas del Museo Thyssen-Bornemisza y la Fundación Caja Madrid, con préstamos destacados de colecciones y museos de todo el mundo, como el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, la National Gallery of Art de Washington, el Musée d’Orsay de París, el Museum of Fine Arts de Houston, la Staatgalerie de Stuttgart, la Carlsberg Glyptotek de Copenhague o la Tate de Londres, entre otras instituciones y coleccionistas particulares.

Desde la década de 1860 los jardines fueron muy populares en Francia. La introducción y el cruce de cientos de plantas y especies de flores “nuevas” procedentes de Asia, África y América, así como la inauguración y apertura al público de los primeros parques reales, estimularon un gran “movimiento hortícola”. Cultivar y disfrutar de las flores en un jardín decorativo y de esparcimiento se había convertido en uno de los pasatiempos predilectos desde mediados del siglo XIX al que no fueron ajenos el grupo de pintores impresionistas; muchos compartieron esta afición, intercambiándose consejos de jardinería y experiencias, y creando sus propios “jardines de artista”. Con su gusto por el color, el trabajo al aire libre, los efectos de la luz y los temas de la vida moderna, los impresionistas y sus seguidores tomaron de forma natural flores, parques y jardines como motivo artístico y fuente de inspiración.

 

 
 

Jarrón con Flores

Eugène Delacroix (1833)
Óleo sobre lienzo (57,7 x 48,8 cm)
National Gallery of Scotland, Edimburgo

 

PRECURSORES: FLOREROS ROMÁNTICOS Y PAISAJES DE BARBIZON

La exposición comienza en las salas del Museo Thyssen-Bornemisza con una sección dedicada a los precursores del jardín impresionista. La pintura de flores del romanticismo -representada, por ejemplo, por Delacroix- se yuxtapone aquí a los floreros impresionistas de Bazille o Renoir. Frente a estos “jardines de interior” que son los floreros, otros pintores se abrieron al aire libre y exploraron el jardín como paisaje: los artistas de la escuela de Barbizon, como Millet, Corot o Daubigny, fueron precursores inmediatos de la pintura impresionista.

 

 
 

Puesta de Sol en los Jardines de Luxemburgo

John Singer Sargent (1879)
Óleo sobre lienzo (73,66 x 92,71 cm)
Minneapolis Institute of Arts

 

LA CIUDAD Y EL CAMPO; PARQUE PÚBLICO Y JARDÍN PRIVADO; JARDINES Y HUERTOS

La aproximación de los impresionistas al tema del jardín está marcada por tres oposiciones fundamentales: la ciudad y el campo, lo público y lo privado, lo decorativo y lo productivo. El jardín es un territorio de encuentro entre la ciudad y el campo, en primer lugar, porque puede ser una isla de naturaleza en medio del asfalto, o bien, complementariamente, un fragmento de orden urbano en mitad del campo. Así como los pintores de Barbizon habían representado jardines campestres, Manet y los impresionistas descubrieron la peculiar naturaleza que florecía en los parques de París.

La segunda polaridad se establece entre el parque público y el jardín privado. Monet y Pissarro, Berthe Morisot y John Singer Sargent descubrieron en los parques públicos de París y otras ciudades los escenarios de una intensa vida social. Pero en la pintura de Manet, Monet o Morisot, el jardín puede ser también el refugio último de la vida privada: la conversación, el almuerzo, la lectura o el reposo.

La tercera oposición se establece entre el jardín decorativo, escenario del ocio, y el jardín productivo, es decir, los huertos. Las dos últimas salas de la exposición en el Museo Thyssen se concentran en la dedicación de Camille Pissarro al tema del huerto, con especial énfasis en la figura del trabajador (en consonancia con las convicciones políticas del artista). Toda una serie de artistas que recibieron las lecciones de Pissarro o experimentaron su influencia están representados también aquí: Cézanne, Guillaumin, Gauguin, Van Gogh, Ensor, Bonnard.

 

 
 

El Parque Mounceau

Claude Monet (1878)
Metropolitan Museum of Art, New York

 

DEL POSTIMPRESIONISMO A LAS PRIMERAS VANGUARDIAS

En las salas de la Fundación Caja Madrid el recorrido de la muestra se centra en la evolución posterior del tema del jardín en los impresionistas, con la obra tardía de Monet o Pissarro, por ejemplo, y su vasta influencia en la pintura europea y norteamericana del cambio de siglo. En este periodo se da tanto la continuidad de fórmulas naturalistas, pero contagiadas por la búsqueda de la luz y el aire libre características del impresionismo, como la aparición de nuevos lenguajes que conducirán a las primeras vanguardias del XX; al expresionismo y a la abstracción.

En este último tramo del recorrido hay espacios dedicados al jardín en la pintura postimpresionista alemana y escandinava (Nolde, Ernst, Klimt o Munch), británica y norteamericana (Childe Hassam, James Guthrie o William Merritt Chase), así como una sala con una antología de jardines de pintores españoles, como Sorolla, Regoyos o Anglada-Camarasa. En fin, los experimentos de Cézanne y Van Gogh nos conducen finalmente a las flores y jardines de Nolde, Malevich, etcétera.

 

 
 

El Jardín del Pintor en Eragny

Camille Pissarro (1898)
Óleo sobre lienzo (73,4 x 92,1 cm)
National Gallery of Art, Washington

 

LA JARDINERÍA EN EL SIGLO XIX

La exposición ilustra además la historia de la jardinería durante el siglo XIX -los grandes parques públicos, los jardines suburbanos, los huertos privados-, por lo que el recorrido tiene también un enorme atractivo para los amantes de la jardinería y estudiosos del tema.

La investigación sobre la renovación de la jardinería en el siglo XIX que ha realizado la comisaria de la exposición, Clare Willsdon, quedará igualmente recogida en el catálogo de la muestra, con los correspondientes ensayos y la reproducción de todas las obras de arte reunidas en las salas.

Además, y como complemento a la exposición Jardines Impresionistas, el próximo miércoles, 17 de Noviembre, Willsdon impartirá en el Salón de Actos del Museo Thyssen-Bornemisza la conferencia “Juventud, sol y primavera”: Renoir y las pinturas impresionistas de parques y jardines urbanos.

 

 
 

Malvarrosas

Frederick Carl Frieseke (hacia 1912-1913)
Óleo sobre lienzo (80,7 x 80,7 cm)
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid

 

Del 16 de Noviembre de 2010 al 13 de Febrero de 2011 en el Museo Thyssen-Bornemisza (Paseo del Prado, nº 8, Madrid) y en la Fundación Caja Madrid (Plaza de San Martín, nº 1, Madrid). Horarios: martes a domingo, de 10:00 a 19:00 horas (Museo Thyssen-Bornemisza); martes a domingo, de 10:00 a 20:00 horas (Fundación Caja Madrid).

 

 
 

La Alberca, Alcázar de Sevilla

Joaquín Sorolla (1910)
Óleo sobre lienzo (82,5 x 105,5 cm)
Museo Sorolla de Madrid

 

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