LA CUSTODIA PROCESIONAL EN ESPAÑA

Jesús Abades y Sergio Cabaco


 

Desde que a finales del siglo XIV se labrara en Ibiza la primera custodia con carácter procesional para la festividad del Corpus Christi, se han realizado en España un buen número de obras de la misma índole, que sirven tanto para guardar la Eucaristía durante los cultos litúrgicos celebrados en el interior de los templos como para los desfiles que recorren por estas fechas las calles de la ciudad.

A través de nuestro breve repaso de piezas, podrán advertir que la gran mayoría de ellas pertenecen al siglo XVI, época en la que alcanzó gran difusión la ejecución de custodias turriformes o en forma de sol, en las que predomina el diseño arquitectónico en sus considerables dimensiones y en los elementos que las adornan.

 

 
     
     
Custodia del alemán Enrique de Arfe para la Catedral de Córdoba. Fue labrada en plata, en el año 1518, y como otras muchas de su época sufrió una profunda restauración, enriquecimiento y reforma en la etapa artística del barroco.
 
Custodia de la Catedral de Segovia, actualmente en el Museo Catedralicio del templo. Fue cincelada en plata por el orfebre madrileño Rafael González (1563-1567) y se muestra dispuesta sobre un carro dorado de mediados del siglo XVIII.
     
     
 
     
     
Según los estudios de Lorenzo Alonso de la Sierra, la Custodia de la Catedral de Cádiz fue cincelada por el platero Antonio Suárez (1657-1670) siguiendo un modelo de madera que para tal efecto había realizado el escultor y tallista Alejandro Saavedra.
 
De gran riqueza decorativa es la Custodia Mayor de la Catedral de Teruel, realizada en el año 1742 por el platero cordobés Bernabé García de los Reyes. Se conserva en el Tesoro Catedralicio, formado por brillantes piezas de orfebrería.
     
     
 
     
     
También del punzón de Enrique de Arfe (1515-1524) es la Custodia de Toledo, conservada en el Tesoro Catedralicio. Se halla cincelada en plata, oro, esmaltes y piedras preciosas. Las partes argénteas se sobredoraron a finales del siglo XVI.
 
Custodia de la famosa Catedral de Santiago de Compostela. Fue labrada entre los años 1539 y 1544 por Antonio de Arfe, empleando 60 kg de plata sobredorada. Su altura es de 137 cm. Sufrió leves reformas para mejorar la visibilidad del viril.
     
     
 
     
     
Al igual que la de Segovia, la Custodia de Burgos se asienta sobre carroza procesional, labrada en plata por el orfebre madrileño Suárez, en estilo neobarroco (1900). El ostensorio, en oro, marfil, esmaltes y pedrería, es de Granda (1926-1927).
 
La Custodia que conserva la localidad giennense de Torreperogil es una interesante pieza barroca del siglo XVIII, en plata dorada, que procesiona bajo un estilizado templete de plata en su color, de estilo neogótico, al igual que las andas.
     
     
 
     
     
Custodia Grande de la Catedral de Sevilla, obra del leonés Juan de Arfe (1580-1587), miembro de la destacada familia de plateros de cuyos punzones tenemos varias obras en este repaso. Fue enriquecida por Juan de Córdoba en 1668.
 
La Custodia de Valencia es obra moderna labrada en el año 1954 por Francisco Pajarón Suay, en colaboración con otros orfebres valencianos. Se trata de una monumental pieza de 600 kilos de plata y 8 de oro, y de más de 4 metros de altura.
     
     
 
     
     
Custodia de la Seo de Zaragoza, labrada entre los años 1535 y 1537 por Pedro Lamaison. Se trata de una pieza de plata, realizada según diseños de Cosida, que cuenta para su exorno con esculturas del maestro valenciano Damià Forment.
 
De nuevo tenemos a Enrique de Arfe como autor, en 1515, de la Custodia labrada para la Abadía de las Benedictinas en Sahagún (León). Actualmente se conserva en el museo de la orden, cuya sede es el Convento de Santa Cruz.
     
     
 
     
     
Magnífica Custodia barroca de plata que es sacada en solemne procesión el día del Corpus Christi en Baeza (Jaén). Se conserva en la Catedral de la Natividad y pertenece a la producción de Gaspar Núñez de Castro, quien la realizó en 1714.
 
De autor anónimo es la Custodia del Tesoro de la Catedral de Pamplona, labrada en plata y concluida en 1598. Inspirada en la de El Escorial, fue reformada en el siglo XVIII para permitir una mejor visibilidad del viril en su interior.
     
     
 
     
     
La Custodia de Palencia se halla labrada en plata y esmaltes, y es procesionada cada Corpus Christi sobre un carro triunfante. Fue cincelada por Juan de Benavente (1585) y se guarda en el Museo Catedralicio de la ciudad castellana.
 
Custodia de la Catedral de Badajoz, obra del platero Juan del Burgo en el año 1585. Cincelada en plata dorada y en plata en su color, se compone de cuatro cuerpos y basamento, y se halla alumbrada por faroles en sus costeros.
     
     
 
     
     
La Custodia de Ibiza, citada en el preámbulo, es un trasunto de la catedral ibicenca. Cuando sale a la calle, con el cuerpo de Cristo inserto, el templo pierde su sentido y lo adquiere esta pieza, cerrada, que aún no permite ver la Sagrada Forma.
 
Custodia barroca de Orihuela (Alicante), cincelada en 1733 por el platero toledano Juan Antonio Domínguez. Los ángeles que portan los faroles en las esquinas fueron añadidos en 1792 y son obra del orfebre valenciano Fernando Martínez.
     
     
 
     
     
En la sala del tesoro del Museo Catedralicio de Zamora se conserva esta pieza de estilo gótico flamígero, labrada en plata en su color y sobredorada por el orfebre zamorano Diego de Burgos. Se halla fechada en el año 1515.
 
Custodia de la Catedral de Granada, cincelada en plata dorada y donada por la Reina Isabel la Católica. El templete original fue enriquecido posteriormente con jarrones y basamento en plata sin dorar. El paso es de Miguel Moreno (1992).

 

Fotografías de Oronoz, Manuel Ganivet Jiménez, José Carlos Nievas, Jorge Belmonte y Universidad de Navarra.

 

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