RESTAURACIÓN DE SEBASTIÁN MONTES CARPIO PARA VILLA DEL RÍO (CÓRDOBA)

05/08/2010


 

 

 

Introducción

La imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno es obra del escultor e imaginero Amadeo Ruiz Olmos, del año 1941. De tamaño natural, representa a Cristo Nazareno con la cruz al hombro, alzando su cabeza implorante al cielo al tiempo que mira apenado al espectador mientras camina.

La imagen se presenta anatomizada al completo, con sudario o paño de pureza realizado en tejido encolado y estucado, aunque se concibió para ser vestido.

Recibe culto en la capilla que lleva su nombre, situada en la localidad cordobesa de Villa del Río. Es imagen procesional y realiza estación de penitencia en la madrugada del Viernes Santo.

 

 
     
     
 

 

Patologías

Las principales patologías que presentaba la imagen eran debidas, generalmente, al paso del tiempo y a la actuación de los agentes atmosféricos, además de alguna intervención desafortunada que a continuación comentaremos y que impedía una justa lectura estética y artística de lo que el autor concibió.

Pero el principal agravante de estas patologías, es el mal estado de la materia prima de la que se compone la talla, ya que nos encontramos ante una imagen de la posguerra española, un difícil periodo de tiempo en el que la materia era racionada y los almacenes que surtían al mundo artístico por entonces se dedicaban a la construcción de viviendas; por tanto, los imagineros se veían abocados en buscar su material de trabajo en derribos, donde las vigas de las casas asoladas terminaban siendo imágenes de culto para hermandades y templos.

Hablamos de una época en la que se aprovecha el material al máximo, recurriendo a multitud de ensamblajes, al ser prácticamente imposible encontrar tablones de la medidas requeridas, de ahí que fuese habitual la mezcla de maderas, reservando las más nobles y de mejor calidad para la talla de rostros y manos.

La imagen del Nazareno presentaba también numerosas fisuras y algunas grietas, que delataban en su interior el mal estado de las líneas de unión de piezas y ensambles, que no estaban encintados por el autor. También numerosos nudos de la madera se manifestaban hacia el exterior, ya que no fueron retirados en su ejecución. Además, hay que hablar también de pérdidas de lagunas de estuco y de adhesión de la película pictórica.

 

 
     
     
 

 

Intervenciones anteriores

En cuanto a las desafortunadas intervenciones que se le han realizado al Cristo a lo largo de su historia desde que su autor lo concibiera, lo más destacable son los numerosos repintes y malas actuaciones pictóricas llevadas a cabo para intentar tapar visualmente desperfectos y daños que la talla presentaba y que, en la actualidad, seguían estando ya que no fueron saneados desde el interior, sino sólo camuflados.

La policromía no era la original del autor, ya que en las catas podíamos encontrar hasta tres diferentes inclusive la de Ruiz Olmos, pero no hallándose esta última en su totalidad y muy deteriorada, por lo que la nueva policromía que se le aplica sigue manteniendo la esencia de la imagen, pero aportando más naturalidad y riqueza en matices.

 

 
     
     

 

Proceso de Intervención (I)

Se procedió al descubrimiento de grietas para su saneamiento desde el interior, descubriendo el verdadero deterioro de las numerosas piezas que componen la imagen del Nazareno, presentando un estado lamentable en multitud de ensamblajes.

La mayoría de estas piezas se hallaban fijadas con numerosos clavos y tornillos, que aún empeoraban más el estado de las mismas. Los ensambles del torso a las piernas, tapados bajo el sudario de tejido encolado, eran los más preocupantes, pues al fatal ensamblaje se sumaba el estado de putrefacción de la madera por los numerosos objetos metálicos que presentaba. Hecho éste que hacía peligrar la integridad física de la figura.

Ante estas preocupantes patologías, fue necesario descubrir a fondo la totalidad de la talla para poder consolidarla y recomponer en numerosas zonas la materia en mal estado, extrayendo todos los nudos y objetos metálicos -más de 140, entre clavos y tornillos, algunos superiores a 7 centímetros-, inyectando resina líquida, y consolidando la talla con pernos de madera de haya. Tras esto se procedió a un encintado y estucado de la imagen.

 

 
     
     
 

 

Proceso de Intervención (II)

Por criterio propio, y con el debido consentimiento de la hermandad, se le ha realizado al Nazareno una nueva corona de espinas que dota a la cabeza de un volumen más armonioso y equilibrado.

El sistema de sujeción de la cruz, que anteriormente se exteriorizaba de manera poco estética, ha sido embutido en la talla, quedando parcialmente integrado con la misma.

Por otro lado, la peana se ha retallado simulando una calzada de la época. Se le ha realizado también al Nazareno un nuevo sudario o perizoma, más natural que el que presentaba.

 

 
     
     
 

 

Observaciones

La imagen de Jesús Nazareno nunca ha sido expuesta sin vestir, a pesar de que presenta un maravilloso estudio anatómico suave y elegante. Aunque es digno de observar, por deseo expreso de su hermandad, que lógicamente respetamos, no podemos mostrarles fotos de la imagen integralmente desnuda, por lo cual hemos recurrido a algunos fragmentos que, en líneas generales, dejan ver el trabajo realizado por Sebastián Montes Carpio.

Tampoco podemos publicar fotos explícitas de la ardua labor de restauración y consolidación llevada a cabo por el escultor e imaginero de Villa del Río, ya que la hermandad prefiere guardar esa documentación con privacidad, lo cual también merece nuestro cumplimiento y respeto.

 

 
     
     
 

 

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