ANDALUCÍA BARROCA 2007 (VII)
LAS OBRAS DE LA MUESTRA DE LA ROLDANA (I)

Con información de Jorge Bernales Ballesteros, José Manuel Moreno Arana, Francisco Espinosa de
los Monteros, Lorenzo Alonso de la Sierra, Alfonso Pleguezuelo, Sergio Cabaco y Jesús Abades.


 

  
  

Ángel Confortador (Sevilla)

Pese a la polémica que sigue rondando en torno a la participación de la escultora en su hechura, esta talla para vestir, propiedad de la Cofradía de Montesión, se halla presente en la muestra dedicada a Luisa Roldán en los Reales Alcázares de Sevilla. La nube y las alas son de Luis Ortega Bru (1955), mientras que el actual cuerpo anatomizado, no visible por la túnica blanca con la que es revestido, fue realizado por Luis Ángel Ortega León (1987) para sustituir al armazón primitivo.

Cristo del Perdón (Medina Sidonia)

Soberbia imagen alegórica del patriarca Pedro Roldán que representa a Jesús, con los signos y heridas de La Pasión, pidiendo a Dios Padre por la salvación del mundo, simbolizado en un globo terráqueo que se sitúa a sus pies. En el siglo XIX fue reformado para adaptarlo a su actual retablo, ya que, en un principio, estaba arrodillado sobre la Cruz de su martirio. Labrada en 1679, presenta grandes conexiones con otras obras del maestro como el Atado a la Columna de Lucena o el sevillano Cristo de la Caridad.

 
  

 
 

Virgen de la Soledad (Puerto Real)

Única dolorosa documentada en Andalucía de esta autora, lo que unido a su popularidad y a su indiscutible calidad la convierte en una de las piezas estrella de la muestra. El encargo de la Virgen de la Victoria, el San Francisco de Paula y el Cristo Yacente de su cofradía es lo que probablemente hizo que La Roldana y su marido Luis Antonio de los Arcos la donaran al convento de Mínimos del municipio gaditano. Una reciente restauración por parte del IAPH le ha devuelto su esplendor primitivo.

San Fernando (Sevilla)

Al igual que el Ángel Confortador, se considera una obra del taller paterno en cuya ejecución, supuestamente, tuvo intervención la escultora. El historiador Jorge Bernales Ballesteros, quien no la incluyó entre las obras más afortunadas del obrador, afirmó en su estudio sobre Pedro Roldán que dicha participación carecía de fundamento alguno. En cualquier caso, se trata de una figura noble e imponente que fue concebida para figurar en un monumento erigido al santo con motivo de su canonización. 

 
 

 
 

San Servando y San Germán (Cádiz)

Tal y como confirmó Bernales Ballesteros, a raíz de un documento aparecido en el interior de una de ellas, las figuras de los Santos Co-Patronos de la capital gaditana fueron realizadas por Luisa Roldán según un diseño del padre, de ahí que presenten similitudes con santos guerreros del taller de Pedro Roldán, caso del San Miguel que se conserva en el templo sevillano de San Vicente. La policromía y estofados actuales datan de mediados del siglo XVIII y corresponden a Francesco Maria Mortola, pintor habitual de las tallas de paternidad genovesa.

 
 

 
 

Ecce Homo (Córdoba)

Venerada en el templo de San Francisco y San Eulogio, presenta el aliciente de conservar su policromía original, obra de Tomás de los Arcos, hermano de Luis Antonio de los Arcos y cuñado de la escultora. Al igual que el Ecce Homo gaditano o el recientemente descubierto por La Hornacina en Madrid, evidencia el dramatismo de las creaciones pasionistas de la escultora, tanto en el expresivo gesto de dolor dirigido al espectador que lo contempla como en el descarnado estudio anatómico de la figura.

San Francisco de Paula (Puerto Real)

Según los historiadores Francisco Espinosa y Lorenzo de la Sierra, se trata de una imagen de segura atribución por el evidente parecido de la pieza con el San Ginés de la Jara y el demonio del San Miguel de El Escorial, obras ambas documentadas de la Roldana. En principio, era una talla de cuerpo completo que fue reformada en el XVIII para poder ser vestida y procesionar. Se conservan algunas zonas estofadas por Tomás de los Arcos, cuñado de la escultora, que denotan la calidad que debían tener los mismos.

 
 

 
 

Ecce Homo (Cádiz)

Según Pleguezuelo, en el reverso del documento acreditativo de su autoría que José Miguel Sánchez Peña encontró en 1984 en el interior de la pieza al proceder a su restauración, aparecen unos interesantes esbozos a lápiz sombreado de detalles anatómicos impregnados de un fuerte academicismo de raíz murillesca, muy congruente con la etapa sevillana de La Roldana, pero contrastada de modo evidente con el carácter más expresivo de su obra escultórica cuando aborda temas pasionarios.

San José (Cádiz)

Venerada en la Iglesia de San Antonio, esta escultura refleja la gracia y el encanto que la escultora imprimía en sus obras de tamaño académico. Muy cercana a la imagen de San José del antequerano Convento de Belén, de ella destacan la amorosa expresión del Varón, el exquisito trabajo de paños y el esmero con el que están modelados todos sus detalles. La figura del Niño, recostado sobre un lienzo al tiempo que juguetea con la barba del santo, recuerda también al que lleva el San Antonio del mismo templo gaditano.

 

Fotografías de Francisco González Luque, Andrés Quijano de Benito, Francisco Espinosa de los
Monteros, Miguel Ángel Moreno Rebollo, José Carlos Nievas, Sergio Cabaco y Archivo
La Hornacina

Sexta Entrega en este
Noticia sobre la Muestra de Luisa Ignacia Roldán en este

 

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