LOS BLOQUES DE HORMIGÓN EN LAS MURALLAS DE CÁDIZ

Con información de Cádiz Ilustrada y Javier Osuna (24/06/2014)


 

 

 

Los bloques de hormigón agreden uno de los mejores paisajes culturales que ofrece la Bahía de Cádiz La asociación Cádiz Ilustrada aplaude el pronunciamiento de la Junta de Gobierno Local y de la Delegación provincial de Cultura sobre la instalación de los bloques de hormigón que impactan visualmente sobre el tramo amurallado desde el Baluarte de la Candelaria hasta el Hotel Atlántico.

La colocación de los bloques de hormigón en el tramo de muralla referido por parte de la Dirección General de Costas, además de ser una agresión contra el limpio zócalo firmemente dibujado y mantenido de una apreciable muestra de la ingeniería militar del Cádiz del siglo XVIII, es un atentado contra uno de los mejores paisajes culturales que ofrece la Bahía gaditana. Esto mismo ocurre en la muralla sur o de Vendaval, último sector que se amuralla en 1791 como defensa del mar por ser el tramo más castigado por la fuerza del océano. Sin embargo, éste presenta desde mediados del siglo XX un "arrecife" de bloques de hormigón. Se tomó esta medida cuando las murallas se caían por los inevitables envites de las tormentas y las grandes mareas.

En palabras del arquitecto y socio de Cádiz Ilustrada, José María Esteban González: "Se han restaurado por los Ministerios correspondientes continuadamente: las roturas de sillares, el vaciado del relleno y los hundimientos correspondientes en las murallas y paseos. La autoridad militar mandaba... Démonos cuenta que los primeros bloques son de los años 60, y las murallas tiene muchísimos años más". Asimismo califica de lamentable e inexorable la claudicación de las administraciones locales y de los ciudadanos, en relación al debido respeto y obligaciones exigibles a las Administraciones del Estado, responsables de sus cuidados y mantenimiento:

 

"Quien haya ido a mis pedagógicas conferencias, recordará, como he combatido hasta la saciedad, desde hace muchos, muchos años la eliminación de los bloques de hormigón en escolleras del Campo del Sur y Santa María del Mar. No solo lo defiendo como una agresión contra el mejor paisaje externo gaditano en limpio zócalo firmemente dibujado y mantenido. Lo defiendo ante la lamentable e inexorable claudicación de las administraciones locales y los ciudadanos, en relación al debido respeto y obligaciones exigibles a las Administraciones del Estado, responsables de sus cuidados y mantenimientos. Cuando las murallas se caían por los inevitables envites de las tormentas y las grandes mareas sobre las murallas, -hay relatos y fotos fidedignas y magnificas, siempre, siempre desde que se construyeron, se procedía en verano a sus reparaciones. Se han restaurado por los Ministerios correspondientes continuadamente: las roturas de sillares, el vaciado del relleno y los hundimientos correspondientes en las murallas y paseos. La autoridad militar mandaba... Démonos cuenta que los primeros bloques son de los años sesenta, y las murallas tienen muchísimos años más. ¿Qué ha pasado, para que se pongan escolleras de bloques de hormigón, en vez de repararlas como siempre se ha hecho desde tiempos inmemoriales? Pues que con la "civilidad" de la ciudad y la pérdida de presencia vinculada a la defensa, no se ha tenido verdadero sentido en la defensa de ese patrimonio, ya nuestro urbanamente hablando, de esta ciudad. Se ha confundido obediencia a lo superior, con sentido de desarraigo de lo nuestro. Creíamos que lo militar no era del todo defendible en la muralla, cuando lo es por naturaleza histórica de la plaza y por la belleza de su construcciones, que debemos defender con las mismas ansias que lo hacemos con las Puertas de Tierra, -aunque siempre se encuentren por restaurar- véanse también, los magníficos edificios Universitarios. Aunque si estos ejemplos se cayeran... otro gallo cantaría ¿verdad? Parece como si las murallas no se vieran. Como si por fuera no fueran nuestras. Como si la línea perteneciera al mar siendo nuestra. Va ocurriendo cada vez más con otras muchas cosas, esta ciudad tiene un grado de "pasoteo"... que me recuerda algunos símiles futbolísticos. Ya todo da igual cuando se pierde... Por favor no dejemos que nos borren y afeen esta magnífica línea-pared limítrofe que nos ha defendido del mar. Que cuesta mucho dinero, claro que si, como cuesta todo, incluso las instituciones políticas, tan cargadas de gastos. Hay que acometer estas obras, y eso, debe liderarlo quien representa a la ciudad, y no dejarse hacer lo mínimo con lo mínimo. Como se viene sucediendo desde que echamos a los gabachos de los caños del Real Carenero y del Puente Suazo. Si nadie nos defiende de esto contra lo misérrimo, como es impedir que se restauren debidamente las murallas, con los feísimos bloques, que de nuevo echan a nuestros pies acuáticos alrededor en la Alameda, - como otros defienden a capa y espada regenerar otras norteñas playas, puentes o murallas, que comparadas con las nuestras dan envidia en España, de punta en blanco siempre. Si eso no se defiende con los mismos dineros comunes, apaga y vámonos... pero del todo, porque el mar se parará algo, pero la ruina seguirá."

 

La retirada de los bloques de hormigón en el lienzo de muralla de Santa Bárbara, se pide (enlace superior) por conservar la belleza de su recinto amurallado, que ha aguantado durante siglos los embates del mar -incluso el maremoto de 1755, siendo el conjunto de su lienzo de muralla una bella obra de ingeniería que le confirió a Cádiz su singular estampa- y por impedir que se aumente el tramo de bloques sueltos -al ser una "solución" absolutamente antiestética, destino final de vertedero de basuras y de animales abandonados, así como de dudosísima legalidad-, toda vez que goza de protección urbanística, al estar la muralla urbana de Cádiz incluida dentro de la Declaración genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, de la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español (Bien de Interés Cultural inscrito en el BOE del 29/06/1985, Nº155), y bajo el reconocimiento especial otorgado a los castillos por la Junta de Andalucía en 1993. Además, de encontrarse inscrito en la Base de Datos del Patrimonio Inmueble de Andalucía con el Código: 110120223.

El Campo del Sur fue en su día una bella "Alameda" antes de los bloques de hormigón. Fue la peor solución dada al trozo de muralla de vendaval, el tramo más desprotegido y expuesto a los temporales, y fue la peor agresión a una espectacular obra de ingeniería que amuralló el casco antiguo de Cádiz, en el siglo XVIII. No supimos conservar una maravilla arquitectónica, tan eficaz, que aguantó todos los avatares y asedios del pasado. La España franquista optó por la peor solución a los desperfectos: arrojar bloques de hormigón, arrebatándole la singularidad arquitectónica a aquella visión que se tenía de la ciudad de Cádiz desde el mar, que se ajustaba a metáforas literarias; como "galeón flotante" que aludía Gabriel García Márquez, entre otros muchos.

Todos perdimos: en primer lugar, porque le dio aspecto de escollera de puerto o dique, en lugar del bello lienzo de muralla; en segundo lugar, convirtió los bloques en un vertedero; una escombrera inmunda con animales abandonados, insalubre, y foco de infección y malos olores.

Ahora, la Demarcación de Costas (con el inexplicable silencio del Ayuntamiento de Cádiz, la Delegación de Cultura de la Junta, el Colegio de Arquitectos...) está haciendo lo mismo en el tramo de lienzo comprendido entre el Castillo de Santa Catalina y el Paseo de Santa Bárbara.

 

 

 

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