INTERSECTIO. YDÁÑEZ / BUSSY

26/04/2023


 

 
 
 
 
La Fuente (Santiago Ydáñez)
Fotos: Pichi Gardel

 

Con la exposición Intersectio. Ydáñez /Bussy, el Museo Nacional de Escultura (MNE) desea sumar su aportación a la conmemoración del 150 aniversario de la creación de la Real Academia de España en Roma, una institución capital para la cultura española que, desde su fundación en 1873, es uno de los principales exponentes de la creación artística del país.

En este sentido, la obra de Santiago Ydáñez, residente en la Academia entre 2016 y 2017, plantea una perfecta intersección con las esculturas policromadas presentes en las salas del Museo. El paso de Santiago Ydáñez por la Real Academia de España en Roma fue crucial. Allí confirmó su pasión por los artistas del Barroco, que explora incansablemente en su obra, relativizando aforismos tradicionales como santidad, misticismo o pathos. En sus creaciones encontramos grandes lienzos, esculturas y objetos antiguos en los que ha introducido pequeñas pinturas al óleo, o materiales que permiten la producción seriada, como el bronce o la terracota.

El punto culminante de la muestra es la confrontación de La Fuente, un Cristo en madera policromada del propio Ydáñez con un referente de la escultura barroca hispana, el Cristo de la Sangre de fray Nicolás de Bussy, una pieza invitada y generosamente prestada por la Archicofradía de la Preciosísima Sangre, procedente de la Iglesia del Carmen de Murcia. El modelo barroco y su innovadora versión actual se encuentran revisitando el tema del "Torculus Christi" o Cristo como Lagar Místico, donde ambos autores dialogan en un juego de continuidades que refuerza la idea de que los maestros del Renacimiento y Barroco son una fuente de inspiración esencial para numerosos artistas actuales. La fascinación que la obra de Bussy ejerció en Ydáñez motivó al artista a realizar una escultura en la que se conjugan el equilibrio físico con una alegoría de lo estático e inmutable. En mitad de este movimiento, la figura no sólo se muestra como fuente de serenidad, sino que en ella se aprecian las técnicas de la imaginería tradicional, que se ponen al servicio del autor contemporáneo. El Cristo de la Sangre constituye un ejemplo único en su género, donde el autor rompe los esquemas compositivos habituales en la representación de Cristo, inclinando su cuerpo para dejar caer la sangre de sus llagas en el Cáliz. El excelente estudio anatómico y el verismo de las policromías crean una imagen destinada a conmover al fiel a través de la empatía con el sufrimiento de Cristo. Sin duda, la composición supuso una novedad en su época. Esta circunstancia invita a pensar que la innovación no es un fenómeno exclusivo del arte contemporáneo, sino que ya era un valor muy presente en la España barroca.

Intersectio. Ydáñez /Bussy puede visitarse hasta el próximo 16 de julio en el MNE (Cadenas de San Gregorio s/n, Valladolid) dentro del siguiente horario: martes a sábado, de 11:00 a 14:00 y de 16:30 a 19:30 horas (domingos y festivos, solo mañanas). La programación cultural que acompaña a la exposición busca interpelar al público en un juego de contrastes, en una unión entre lo contemporáneo y las obras de los maestros del Renacimiento y Barroco presentes en el MNE. El comisario de la muestra, Javier Andrés, ofrece visitas guiadas a la intervención, en la que los visitantes podrán comprender de primera mano los puntos comunes entre Santiago Ydáñez y las obras expuestas en esta institución, así como el papel capital que ha jugado -y sigue jugando- la Real Academia de España en Roma en la formación artística de los artistas españoles.

 

 
 
Dolorosa (Santiago Ydáñez)
 
 
 
 
San Antonio de Padua (Santiago Ydáñez)

 

Graduado en Bellas Artes por la Universidad de Granada, Santiago Ydáñez (Jaén, 1967) es uno de los más prolíficos artistas de su generación. Ha completado su formación con las becas de la Fundación Botín (1998), Colegio de España en París (2001) y Real Academia de España en Roma (2016-2017). A lo largo de su trayectoria ha realizado talleres con Juan Genovés y Mitsuo Miura, siendo uno de los pintores españoles con mayor proyección internacional. Ydáñez ha recibido importantes galardones, como el Premio de Pintura ABC (2002) o el Premio de Pintura Generación 2002 de Caja Madrid. Su obra se encuentra expuesta en instituciones como la Fundación Botín (Santander) o el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid).

Nicolás de Bussy (Estrasburgo, 1640 - Valencia, 1706) fue un escultor barroco de formación alemana. En España trabajó en la Corte, sirviendo a Felipe IV y Carlos II, de quien fue pintor de cámara y quien, además, le concedió el hábito de Santiago. Tras su paso por Madrid se trasladó al área levantina de Murcia y Valencia, donde desarrolló un importante trabajo escultórico, del que quedan ejemplos tan destacados como el Cristo de la Sangre que interactúa con la obra de Ydáñez. En su obra se aprecia un amplio conocimiento de la anatomía humana, enmarcado en el estilo barroco propio del momento, con influencias del clasicismo francés.

 

 
 
 
 
Cristo de la Sangre (Nicolás de Bussy)
Fotos: Archicofradía de la Sangre (Murcia)

 

En la muestra, el bronce y la terracota de las cuatro figuras del conjunto escultórico "Sin título" de Ydáñez dialogan con los profetas, santos y evangelistas del retablo que Alonso Berruguete ejecutó para San Benito el Real entre 1526 y 1532. En sus terracotas, Santiago Ydáñez recupera dos cabezas de madera pertenecientes a dos esculturas antiguas, integradas ahora en sus modernos cuerpos de figura de futbolín. Sus volúmenes rotundos contrastan con las dinámicas formas de Berruguete, pero su combinación invita a reflexionar sobre cuestiones como la creación de modelos estandarizados, sobre los que cada artista introduce variaciones, o su producción seriada, como cuando se reproducen en bronce.

El San Antonio de Padua con el Niño, de Juan de Juni, se convierte en el sujeto de un retrato contemporáneo. Explorar el potencial gestual de la escultura y la pintura de los maestros del Renacimiento y del Barroco se ha convertido en una constante en la carrera de Ydáñez, que encuentra en Juni el modelo ideal del "pathos" contenido. Sus volúmenes y policromías se trasladan al lienzo a través de unas pinceladas cargadas de materia, que bien podrían retratar a un personaje de nuestro tiempo.

La escultura de madera de una pierna antigua, cuyo pie es dramáticamente atravesado por un clavo, establece una reflexión material al hilo de los reversos de esculturas expuestos en un espacio del MNE llamado Sala de Reversos que integra esta exposición Intersectio. Ydáñez /Bussy. La madera, con sus nudos, accidentes y ensamblajes, revela la posibilidad de construir con ella imágenes que, sin embargo, una vez terminadas, inician el camino de su destrucción o transformación posterior. El clavo invita a recordar la representación de una crucifixión, pero se convierte aquí en una metáfora de la vulnerabilidad del patrimonio.

Por otro lado, Santiago Ydáñez interviene sobre dos bustos relicarios antiguos de su colección personal, en cuyas tecas vacías introduce cuidadosamente dos pequeñas pinturas que representan jilgueros. En la tradición cristiana, estos pájaros simbolizan el alma humana, pero también presagian la Pasión de Cristo, ya que se alimentan de espinas. Una metáfora sobre la reliquia perdida y el objeto que, desprovisto de ella, deja de ser venerado. El hueco vacío de una antigua escultura se convierte ahora en el nido de una obra contemporánea. Ambas piezas dialogan ahora con el busto de Santa Ana, también de Juan de Juni, obra clave del MNE que inspiró a José Val del Omar en su obra "Fuego en Castilla".

Ydáñez introduce la cabeza de un conejo blanco dentro de las severas formas de un tabernáculo clasicista, también de su colección personal. La estructura en madera, que antaño contenía el más sagrado de los elementos católicos, ahora se transforma en una ventana por la que observamos una criatura de la naturaleza. Este marco arquitectónico pierde su función originaria en contraste con la blancura del animal. Se trata, en realidad, de una maqueta para una gran pintura de siete metros de altura que el autor pintó para la iglesia de San Lorenzo de Úbeda. A pesar de su aparente presencia anecdótica, Santiago Ydáñez juega con la idea del animal como víctima del sacrificio en algunas culturas.

Un pequeño estuche de madera de olivo se convierte el soporte para una pintura al óleo en la que Santiago Ydáñez representa la escultura de Santa Paula, obra atribuida al escultor barroco granadino Torcuato Ruiz del Peral que se conserva en la iglesia de los Jerónimos de Granada. Su expresión absorta es asociada simbólicamente a las puntas de flecha que contiene el estuche, invitando a quien las contempla a evocar la idea del éxtasis espiritual. Junto a este estuche observamos la Santa Teresa de Jesús tallada por Gregorio Fernández, paradigma de esa experiencia mística. El artista juega con la idea de convertir esta caja en una suerte de relicario ficticio, que contiene la imagen sagrada y una reliquia inventada.

El gran lienzo "Dolorosa" resume una parte importante de la carrera artística de Ydáñez como pintor. El formato monumental y la presencia sobredimensionada del rostro sufriente de una dolorosa invaden el MNE, lanzando una mirada desgarradora hacia la Piedad de Gregorio Fernández, elemento angular de su colección. Ambas obras dialogan en torno a la expresión del dramatismo que encontremos en el barroco castellano. 

 

 
 
 
 
La Fuente (Santiago Ydáñez)
Fotos: Pichi Gardel

 

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