USO HISTÓRICO DE LAS CAMPANAS EN LAS CATEDRALES ESPAÑOLAS ANTE LAS EPIDEMIAS

28/04/2020


 

 
 
Campana Bàrbera, de la Catedral de Valencia, obra de 1681 fundida por Lluís Castañer. En la inscripción puede leerse: "POPVLVM VOCO - SATAN FVGO" ("llamo a la gente, hago huir a Satán") y debajo de ella, una imagen de la Virgen con el Niño. Foto: Campaners de València.

 

Las campanas en las catedrales han sido tradicionalmente utilizadas no solo para sonar en las horas o avisar del inicio de las misas o de otras celebraciones principales, sino también para advertir de la llegada de epidemias, para pedir la protección divina y para dar gracias a Dios, según ha destacado el antropólogo y presidente de la Asociación Cultural de Campaners de la Catedral de Valencia, Francesc Llop, que ha estudiado los campanarios de las 95 catedrales en España y examinado las inscripciones en los bronces.

Según Llop, desde la Edad Media, las campanas fueron utilizadas para invocar la protección ante el mal, en general, y ante las epidemias, en particular, aunque el concepto del uso de las campanas "ha ido cambiando con los siglos, conforme las creencias y las necesidades sociales", ha precisado.

Así, por ejemplo, una inscripción en la campana llamada "Santa Cruz" de la Catedral de Oviedo, fechada en el año 1539, expresa: "Pestem fugo", es decir, "hago huir la peste". Inscripciones similares "se encuentran en la mayoría de las catedrales históricas de España, en algunos casos, como en las de Extremadura, con referencias a los terremotos, por los daños que provocó el gran seísmo del año 1755 en Lisboa, que tanto afectó también toda la península ibérica", según comenta Llop.

Igualmente, en la campana "Bàrbera" de la Catedral de Valencia, de 1681, aparece una frase similar pero más genérica: "Satán fugo", es decir "hago huir a Satán", en referencia a que "alejo el mal de vosotros", según Llop. Bajo esta inscripción, aparece una imagen de la Virgen con el Niño en esta campana, que hasta finales del siglo XVIII "también se hacía oscilar para ahuyentar las tormentas", explica Llop.

Precisamente, desde que empezó la pandemia del coronavirus, esta campana de la Catedral de Valencia toca de forma excepcional "todos los días de nueve a nueve y media para la llamada a la misa de los canónigos de la Catedral de València, la misa conventual, y también de forma extraordinaria para el ángelus diario". Hasta la pandemia, sin embargo, la “Bàrbera” solamente tocaba el sábado y el domingo.

Durante la gran epidemia de cólera que afectó a Valencia en 1885, al igual que en pestes anteriores, "se limitan los toques de campanas, especialmente los de difuntos, para no alarmar a la población", recuerda Llop.

En la actualidad, durante la pandemia, la Conferencia Episcopal Española (CEE) ha propuesto la recuperación del toque del ángelus cada día a las doce, lo que es posible con la utilización de motores. En el caso de la Catedral de Valencia, "el toque del ángelus se repite tres veces al día, a las siete y media de la mañana, a las doce y por la tarde a las siete y media en invierno y a las ocho y media en verano".

El último toque de campanas del día en la Catedral de Valencia es precisamente el de ánimas, en memoria de todos los difuntos, precedido cada día por el toque de cierre de murallas durante media hora. De esta manera, cada noche se recuerdan los difuntos del día.

La Asociación Cultural de Campaners de la Catedral de Valencia se encarga del toque de las campanas de la Catedral de Valencia durante todas las festividades del año. Fundada en 1989 con el nombre de Gremio de Campaneros Valencianos, fue refundada en 2004 con el actual nombre de Campaneros de la Catedral de Valencia. Además de la actividad sonora, los asociados se dedican al estudio, investigación, conservación y mantenimiento de las campanas de la catedral y otros conjuntos, tanto valencianos como españoles.

El objetivo de la asociación es conocer, utilizar, conservar y difundir las peculiares características de un instrumento musical destinado a usos comunitarios. Las campanas, bien conservadas, suenan igual a lo largo de los siglos y son, por lo tanto, la más antigua música viva, la más alta y sonora vida comunitaria.

La Asociación Cultural de Campaners de la Catedral de Valencia no está en contra de las mecanizaciones de las campanas, pero se tienen que hacer siguiendo tres condiciones: conservar (o restaurar) las instalaciones originales, reproducir los toques tradicionales y no impedir los toques manuales.

Se trata de considerar el conjunto (campanario, campanas, instalaciones y toques) como un único instrumento musical, que hay que conservar y mantener en uso, como un singular elemento patrimonial. 

 

 
 
La campana "Santa Cruz" de la Catedral de Oviedo expresa: "Pestem fugo", es decir, "hago huir la peste". Cuenta, además, con dos cruces: una pequeña con ángeles y una grande, con pedestal, que utiliza elementos de campanas góticas anteriores para su ejecución. Foto: Campaners de València.

 

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