EL MANTO DE LOS DRAGONES

22/06/2019


 

 

La basílica valenciana de la Virgen de los Desamparados presentó ayer la restauración del "manto de los cardos y quimeras" -más conocido como el "manto de los dragones"-, cuya confección data de principios del siglo XX. Se trata del primer manto solemne que llevó la imagen de la patrona de Valencia después de la persecución religiosa a partir de 1940. La imagen principal de la Virgen de los Desamparados, que preside el altar mayor de la basílica, vistió este manto sin interrupción desde 1940 a 1948, cuando pasó a ser utilizado por la llamada imagen "peregrina" de la Virgen, que lo llevó en sus recorridos por la ciudad y la región.

Se trata de uno de los cuatro "mantos históricos" de la Mare de Déu, concretamente el último que faltaba por rehabilitar, al que también se le identifica como "manto de la familia Burillo" por ser el nombre de los talleres de artesanía litúrgica donde fue elaborado. Este manto, que fue ofrecido en acción de gracias por haber sentido la protección de la Virgen de los Desamparados durante la Guerra Civil, así como la capa del Niño Jesús, ha sido ahora reparado en el Taller Garduño de Sevilla (Creaciones Garduño S.L.), que también restauró hace años el llamado "manto de la coronación" de la Virgen de los Desamparados, del siglo XIX.

Ahora, este manto de la familia Burillo ha tenido que ser reparado porque presentaba desperfectos, como roturas y alteraciones en el color. Así, el Taller Garduño ha cambiado la tela soporte por una nueva consistente en un tisú de plata e hilos metálicos y de colores. Igualmente, ha sido reorganizada la zona central para darle más armonía y equilibrio a un manto de gran calidad y de gran valor histórico y artístico.

Para la intervención el Taller Garduño ha dedicado más de 6.800 horas de trabajo al tratarse de un complejo proceso de restauración. En los bordados encontraron oxidación, descamación, ennegrecimiento y suciedad de las láminas metálicas por las que se forman las hilaturas de oro, todo esto debido a las exposiciones al polvo, cambios de temperatura y humedad, y al roce por el uso como cualquier manto procesional. Además, en la lámina metálica de la mayoría de las piezas se hallaba un producto químico que ha dificultado la restauración: una especie de brillantina o resina que parece ser fue utilizada en alguna intervención anterior.

El manto está compuesto en abundancia por piezas con la técnica de cartulina, las cuales, muchas estaban deformadas, rotas y sin esbeltez, por lo que se han sometido a un proceso de recuperación de forma, reforzando la estructura y firmeza. En general todas las piezas, tanto del manto de la Virgen como de la capa del Niño Jesús, han adquirido más cuerpo, definición y estilización.

El manto quedará expuesto durante el mes de julio en el Camarín de la Virgen de la Basílica para que pueda ser contemplado. Su restauración ha sido impulsada y sufragada por la Corte de Honor de la Virgen.

Como hemos dicho antes, el "manto de la coronación" de la Virgen es otro de los "mantos históricos" de la Mare de Déu, y también recibió una restauración integral en el Taller Garduño. Este manto evoca al acto de la coronación pontificia de la imagen en 1923, y es el que vestía en 1936 cuando llegó a la Casa Consistorial donde se guardó. Este manto fue elaborado con motivo de la celebración del II centenario de la construcción de la basílica en 1867. La última rehabilitación integral ha sido la realizada por Luis Miguel Garduño, que supuso su limpieza, la actualización de las blondas y flecos, la reposición del nuevo forro, la restauración de bordados y la reposición de lentejuelas, utilizando para el traspaso del bordado al nuevo tisú hiladuras antiguas. Todo ello desde el respeto al impresionante diseño que el manto presenta: decoraciones florales enlazadas con nervios de hojas de acanto, remates en flor que convergen en un eje central que está a su vez rematado con una guirnalda exterior con piezas en forma de S y pequeñas flores y pequeños ramilletes de flor.

Junto al "mantos de los dragones" y el "manto de la coronación", la Virgen de los Desamparados cuenta con otros dos mantos también considerados "históricos" por su valor y significado. Uno de ellos es el "manto del Año Mariano Universal 1954", una gran obra tanto por el tejido (tisú de plata fina sobre seda natural de color azul celeste) como por el rico bordado en oro fino, realizado en los talleres de los hijos de Antonio Llana.

El último de los "mantos históricos" es el llamado "manto del capellán mayor, don Germán Mata", ofrecido en 1915 y bordado por las Hijas de la Caridad de la Casa de Beneficencia de Valencia. Fue llevado en varias ocasiones tanto por la imagen original como la procesional. En 1936 se salvó en los talleres de la Casa Llana, donde se estaba restaurando. Se guardó en Rocafort y en 1939 se presentó en el Ayuntamiento y lo vistió la imagen original para regresar de la Casa Consistorial de nuevo a la Basílica de los Desamparados.

 

 

Fotografías de Alberto Sáiz

 

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