LA ERMITA DE LA VIRGEN DE LA ANTIGUA Y DE SAN ILLÁN EN TOLEDO

03/05/2023


 

 

La Ermita de Nuestra Señora de la Antigua y de San Illán, ubicada en el municipio toledano de Cebolla, es una construcción de carácter religioso que se sitúa en una plataforma elevada sobre la vega del río Tajo, en un entorno natural caracterizado por el uso agrícola del espacio y por la presencia de la denominada Fuente del Santo, que entronca con la leyenda, tradición y religiosidad popular que la unen a la vida, milagros y enterramiento de San Illán, hijo de San Isidro Labrador, en los inicios del siglo XII.

Según la leyenda de San Illán, hijo de San Isidro Labrador y de Santa María de la Cabeza, se vino a vivir en su juventud a tierras toledanas para dedicarse a la labranza, en las posesiones de Iván de Vargas; aquí ya estaría en uso la ermita dedicada a Nuestra Señora de la Antigua en la que acabaría sus días como santero, siendo enterrado en su interior y convirtiéndose su sepulcro en centro de peregrinación y culto. A partir de entonces, la ermita fue conocida como de Nuestra Señora de la Antigua y del Señor San Illán, narrándose sus milagros en los paneles cerámicos conservados en esta misma ermita.

La ermita actual se edificó en el siglo XVII, constando ya en dicha centuria la veneración de San Illán en testamentos que solicitan misas rezadas póstumas. Ya en el siglo XIX, se especifica en el "Diccionario" de Pascual Madoz, de 1845 a 1850, que la actual edificación se construyó "con mayor envergadura y porte que la anterior", de la cual se conserva el altar y se reserva el altar colateral derecho para San Illán, asentado en el mismo un nuevo retablo de talla, dorado. Finalmente, en algunas noticias del XIX se afirma que se veneraba el sepulcro, lo que se refleja en una placa cerámica en la propia ermita.

El edificio está configurado por una sola nave con crucero, cubierta con cúpula de media naranja sobre pechinas en el transepto y ábside plano. Exteriormente, el volumen corresponde con esa distribución, con la cubierta a dos aguas en la nave principal y a cuatro aguas con cimborrio realzado en el crucero. Al exterior, la cubierta se remata con cornisa. Su fábrica es de ladrillo cocido y aparejo toledano. Sobre la cubierta, situada a los pies de la ermita se ubica una espadaña ejecutada en ladrillo, compuesta por un arquillo de medio punto, centrado y coronado por frontón triangular. En su interior, alberga la campana del siglo XVII.

 

 
 
 
 
 
 

 

En su interior destaca poderosamente la decoración del camarín rectangular de la Virgen de la Antigua. Sus paredes están profusamente decoradas en toda la superficie con pinturas murales al temple que desarrollan una tupida red de florones y hojarascas, en tonos carmines, azules y dorados principalmente, excepto el techo, que ha sido reparado y en el que aparentemente se ha perdido toda la decoración. Presenta zócalo imitando mármol en los cuatro paramentos que la conforman, y cenefa superior de moldura convexa con motivos de repetición, decorada en su parte inferior por festón colgante. Las zonas centrales de los paños muestran cuadros figurativos con marcos fingido de arco mixtilíneo, rematados arriba con lóbulo central y guirnaldas vegetales y florales.

Aunque aparece grabada la fecha de "AÑO 1724" en una hoja de la única ventana, la decoración es posterior. Se atribuye la autoría a Luis Cosón, maestro dorador y tallista que vivió en Cebolla a mediados del siglo XVIII y que es el artífice de las existentes en la cúpula de la capilla del Cristo de la Caridad, de la iglesia de San Cipriano de este mismo municipio toledano, y de los lienzos del catafalco de la misma iglesia. Características comunes a todas ellas son la ejecución de ojos pronunciados en las figuras humanas y el uso en su paleta de contrastes de color azul y rojo carmín junto al oro viejo, o dorados.

Todos los vanos tienen su propio tratamiento decorativo, destacando el grandioso pabellón que enmarca por completo la hornacina de la Virgen, con sobrepuerta reciente. La puerta de acceso al camarín muestra al exterior una representación de San Miguel Arcángel. Al interior, sin embargo, ambas puertas quedan decoradas a base de estampillados con plantillas decorativas a semejanza de los modernos papeles pintados, que en ocasiones no casan, en continuación de los paramentos. La profusa decoración floral y geométrica invade todo el espacio en claro "horror vacui", propio del estilo rococó.

Las pinturas recogen un programa iconográfico mariano, que incluye el ciclo de la Navidad, con composiciones de estilo italianizante, inspiradas en grabados y estampas del siglo XVII, aunque desarrolladas en la segunda mitad del XVIII, ya en estilo rococó. Las pinturas del programa figurativo ocupan el centro y a su alrededor se decoran con elementos arquitectónicos y paisajísticos, con tonos neutros y suaves para destacar la escena principal. Las escenas narran la vida de la Virgen y de la infancia de Jesús: Anunciación, Adoración de los Pastores, Adoración de los Magos, Presentación en el Templo, Huida a Egipto, Anuncio a San Joaquín y a Santa Ana de la concepción de la Virgen, la Inmaculada Concepción y la Asunción de María. Junto a estas escenas aparece también la citada representación de San Miguel Arcángel y otra de San Francisco de Asís. Como hemos apuntado, se cree que la cubierta de la sala también pudo estar decorada, no obstante, debido a las reformas frente a las humedades, ha desaparecido cualquier huella de su existencia.

 

 

Entre los bienes muebles que contiene la ermita destaca el retablo de Francisco Álvarez Lorenzana (siglo XVIII) que alberga la talla de la Virgen de la Antigua, en origen del siglo XIII y rehecha en 1742 por el mencionado Luis Cosón. Según la tradición, proviene del castillo de Villalba. Esta imagen es la patrona de Cebolla y procesiona el tercer domingo de septiembre desde la parroquia a la ermita.

La talla en madera de San Illán (imagen superior) se halla situada en el altar colateral derecho, como titular del mismo. Se le representa muy similar a su padre San Isidro. El santo está en pie, mirando al cielo, en actitud orante. Lleva como atributos una aguijada en la mano apoyada al suelo y una pareja de bueyes arando en menor tamaño uncidos por un yugo. Obra asociada a la imagen de Nuestra Señora de la Antigua.

Sobresale también un conjunto de doce paneles de azulejos cerámicos pintados (imagen inferior), hechos por ceramistas talaveranos en el siglo XVI, en los que se representan la vida y milagros de San Illán. Parece que eran parte del antiguo retablo de San Illán, erigido en la ermita del siglo XI-XII de la Virgen de la Antigua. La colocación actual de los azulejos probablemente corresponda al siglo XVII. Tras construir la nueva ermita, se colocaron de nuevo por orden del Visitador General, donde se conservan todavía hoy como panel.

A destacar también una reja de forja del XVIII y por supuesto la Fuente del Santo, elemento etnográfico consustancial con la propia ermita y asociado también a la hagiografía de San Illán. Se trata de una estructura excavada en el terreno. Se compone del caño de la fuente con una forma de monolito tronco piramidal y rodeado de un espacio o graderío con rampa de acceso. Todo el conjunto esta realizado en ladrillo recubierto por mortero y pintado en blanco (a excepción del graderío). Su uso podría estar asociado al carácter curativo y minero medicinal de las aguas; de hecho, la ermita era muy conocida por esta fuente, que decían protegía contra la rabia, y cuenta la leyenda que fue el propio santo con la reja de su arado el que la descubrió, uno de los milagros atribuidos a San Illán que se describen en el panel de cerámica.

Hoy el Diario Oficial de Castilla-La Mancha (DOCM) publica el inicio del expediente para declarar Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de Monumento, a la Ermita de Nuestra Señora de la Antigua y de San Illán. La consejera de Educación, Cultura y Deportes, Rosa Ana Rodríguez, ha señalado que esta declaración como BIC se justifica "por el buen estado de conservación de la ermita, por el entorno donde se encuentra ubicada, así como por el empleo en su interior de técnicas tradicionales como la azulejaría talaverana". También ha querido poner en valor la gran calidad de las pinturas murales del camarín de la Virgen.

 

 

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