SANTA CATALINA DE SIENA EN SANTA CRUZ DE LA PALMA

Texto y fotografías de José Guillermo Rodríguez Escudero (27/04/2008)


 

 

 

La singular relación de Canarias con América posibilitó en gran medida un importante trasvase humano que, obviamente tuvo gran repercusión en el campo artístico con el intercambio de piezas de orfebrería, pintura y escultura. El origen de los contactos entre las Islas Canarias y Cuba, más concretamente con La Habana, obedeció al cambio experimentado por las corrientes emigratorias. La mayoría de los encargos antes del siglo XVIII procedían de talleres mejicanos.

Precisamente de origen cubano es el delicado candelero de la Patrona Titular del extinto Monasterio de Santa Catalina de Siena en Santa Cruz de la Palma, enviado de La Habana en 1779 por Francisco Brito y Leal para las dominicas. Su fiesta se celebraba con gran ornato y solemnidad cada 29 de abril, su onomástica. Viste el hábito negro y blanco de su orden. Se la presenta joven -murió en 1380 a los treinta y tres años-, con una amplia sonrisa, o tal vez, boca entreabierta aparentemente dispuesta a cantar o aconsejar. Recordemos también que se la consideraba una de las mujeres más notables de la época y consejera de papas y reyes.

En estas tallas de vestir o candelero se hacía sólo la cabeza, también las manos, los pies, mientras que su interior estaba constituido por un esbozo que era cubierto por telas, mantos y adornos y que daba forma a la vestimenta. Resultaban obviamente más ligeras que las imágenes de talla para sus traslados procesionales y también resultaban más económicas. Tras la exclaustración y demolición de su monasterio, la imagen se custodia actualmente en la Iglesia de Santo Domingo de Guzmán de Santa Cruz de la Palma.

 

   

 

Volver         Principal

www.lahornacina.com