LA CASA DE AUGUSTO

10/03/2008


 

 

Tras una restauración de más de veinte años, han quedado abiertas de nuevo cuatro dependencias de la residencia del emperador romano Augusto, los restos más importantes de la colina romana del Palatino por su relevancia histórica y arqueológica.

La zona recuperada corresponde al ala este de la gran villa romana, una parte que se construyó antes de que Octavio fuera proclamado Augusto por el Senado de Roma, en el año 27, convirtiéndose así en el primer emperador. Con el tiempo, extendió las dimensiones de la morada (que alcanzó los 12.000 metros cuadrados en varios niveles) para el ejercicio de las funciones civiles, políticas y religiosas, pues Augusto era también Pontífice Máximo. Parte de la morada fue demolida por Domiciano para construir su palacio, aunque sus frescos son considerados los más importantes de la pintura del segundo estilo pompeyano del siglo I a.C.

Las cuatro habitaciones recuperadas de la Casa de Augusto están en el lado septentrional del peristilo (jardín porticado con columnas), tres de ellas en el mismo nivel y la última en una altura superior. La situada en el piso superior es el studiolo (despacho pequeño) del emperador Augusto, mientras el resto son el gran Ecus u Oecus, sala dedicada a recibir a las visitas, que tiene pavimentos de mármol; además del cubículo inferior y el local de rampa junto a su antecámara, que comunicaba con la parte superior de la construcción.

Como hemos apuntado, los frescos que adornan estas salas son de altísima calidad, con el máximo de las posibilidades de la época, y constituyen un importante ejemplo de pintura romana de finales del siglo I.

Los trabajos de restauración de las habitaciones han tenido un presupuesto de 1.540.000 euros y se espera que el interés lleve hasta ellas a cientos de miles de visitantes. Las visitas serás permitida por pequeños grupos de cinco personas a la vez por motivos de seguridad y conservación.

 

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