UN BUSTO DE ESTILO MONTAÑESINO EN UNA SUBASTA LONDINENSE DE ESCULTURA
23/06/2025
Nota de La Hornacina: contenido ampliado el 26 de junio de 2026.
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Foto: Sotheby's |
El próximo 2 de julio, el departamento de Escultura de la casa de subastas Sotheby's en Londres celebra su subasta anual en vivo, que lleva por título Master Sculpture from Four Millennia (Esculturas Maestras de Cuatro Milenios). La subasta presenta un selecto grupo de esculturas y obras de arte, en su mayoría antigüedades europeas, que se encuentran disponibles en el mercado del arte. Su cronología abarca 4.000 años, desde el Antiguo Egipto hasta el siglo XIX. La rica diversidad de medios, materiales y técnicas crea diálogos relevantes entre las esculturas y destaca las múltiples tradiciones que existen en la creación de imágenes tridimensionales. La subasta está liderada por dos obras maestras excepcionales modeladas en terracota: uno de los tres bocetos que existen de la segunda versión Estatua de la Libertad, obra de su escultor Frédéric Auguste Bartholdi, y el impresionante boceto de Shock Dog, obra maestra en mármol de la escultora Anne Seymour Damer que se conserva en el Metropolitan Museum of Art (MET) de Nueva York. Entre las piezas más destacadas del mundo antiguo se incluyen dos estelas funerarias labradas en mármol ático, de procedencia neoyorquina. De entre las piezas llama también la atención un busto-relicario de Santa Inés, de 54 cm de altura, realizado en madera tallada, policromada y dorada. Aparte de la reseña técnica, la sala da pocos datos del mismo, salvo su catalogación como obra española de la primera mitad del siglo XVII y que proviene de una colección particular del Reino Unido. Esta obra es fruto del impulso que el culto a las reliquias tuvo en el Barroco gracias al Concilio de Trento, parejo a la difusión de la devoción a los mártires cristianos como Santa Inés, de origen medieval. La doncella aparece representada como una noble doncella de mirada extasiada y expresión celestial, llevando el característico atributo del cordero en su mano izquierda, en alusión a la traducción latina de su nombre. En la mano derecha, cerrada, debió llevar una espada, instrumento con el que fue degollada o decapitada, según las versiones que hay de su martirio. Por sus características formales, este busto-relicario, tallado hasta la altura de la cintura, podría tener relación con el arte de Juan Martínez Montañés (Alcalá la Real, Jaén, 1658 - Sevilla, 1649), pudiendo ser obra realizada por colaboradores en su taller, o fuera del mismo por algún seguidor del maestro. Lo anterior se fundamenta en las características técnicas y formales del busto, propias del estilo del gran maestro de la Escuela sevillana de escultura, llamado "montañesino" dada la importancia y la influencia que tuvo en su entorno. Entre esos caracteres, asimilados y barroquizados por su discípulo Juan de Mesa, se encuentran los rasgos faciales del rostro, en especial los almendrados ojos, así como la disposición de los ondulados mechones del cabello y la exquisita resolución del atuendo, propio de la corte madrileña del tiempo de Montañés, llevando en su pecho una cavidad en forma de triángulo invertido donde se colocó la reliquia de Santa Inés, hoy perdida. |
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Foto: Sotheby's |
Resulta muy interesante la aportación a posteriori del investigador José Gabriel Rabasco Aguilar a través de Córdoba Olvidada. Como parte del patrimonio mueble de las diversas capillas de la Mezquita-Catedral de Córdoba, encontramos dos pequeños bustos relicarios de tamaño reducido pero de cuidadosa factura. Tallados en madera y policromados, con un tamaño aproximado de 43 x 35 cm, los bustos representan a San Acisclo y Santa Victoria (imágenes inferiores), los mártires patronos de la ciudad de Córdoba. Al igual que el busto de Sotheby's, Santa Victoria, tallada hasta la cintura, aparece ataviada con galas cortesanas barrocas. La teca o cajita donde se guarda la reliquia aparece a la altura del pecho. Vemos una corona en sus sienes y un maravilloso tratamiento del cabello que se distribuye equitativamente por los hombros de la misma. En las manos, delicadamente elaboradas, sostendría los atributos del martirio, hoy perdidos. Respecto a San Acisclo, tallado también hasta la cintura, aparece ataviado con galas pírricas, nuevamente con marcado anacronismo, y coronado de laureles. Al contrario que el busto parejo las marcas del martirio son de mayor notoriedad. Ambas figuras han sido relacionadas por Rabasco Aguilar con el quehacer del escultor e imaginero granadino Alonso de Mena (Granada, 1587-1646), cuya labor escultórica, coetánea de Montañés, fue profusa en encargos para la capital y la provincia cordobesa, debido a su proximidad con Granada. |
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Fotos: José Gabriel Rabasco Aguilar |
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