LAS PARCAS DEL HOSPITAL DE SAN LÁZARO DE MÁLAGA

01/02/2007


 

 

Sus nombres eran Átropos, Cloto y Láquesis en la mitología griega, y Morta, Nona y Décima, en la romana. Se las representaba como viejas repugnantes y su función, según las creencias grecorromanas, consistía en asistir al nacimiento de cada ser humano, hilar su destino y predicar su futuro.

Las parcas, también conocidas como moiras y keres, eran divinidades del destino y cada una de ellas tenía un papel específico asignado en el que no podía interferir ni el propio Zeus: Cloto era la que presidía el nacimiento del mortal y tejía el hilo de su vida con una rueca, Láquesis lo iba midiendo, estirándolo al azar, y Átropos lo cortaba cuando el hilo alcanzaba la longitud que correspondía para esa vida, o sea, cuando el sujeto moría.

Al ser deidades relacionadas con la muerte, en el mundo cristiano las parcas se convirtieron en un símbolo de la misma, especialmente Átropos, ya que era la que cortaba el hilo de la vida de los humanos. Es por ello que, junto a los simulacros que la recreaban vieja y siniestra, aparezca en ocasiones reencarnada en esqueleto.

Es el caso de la representación pictórica plasmada en los muros de la cripta del hospital malagueño de San Lázaro. Átropos es un esqueleto apenas vestido con un velo que, tijera en mano -instrumento del que derivaría posteriormente la guadaña de la Muerte-, se dispone solícita a cortar el hilo de la vida de un mortal.

Las pinturas se atribuyen a Pedro de Hermosilla, pintor malagueño y mampastor del hospital de San Lázaro, que las realizaría en la primera mitad del siglo XVIII. Hermosilla simultaneó sus tareas de clérigo, mayormente administrativas, con la pintura, sin que por ello abriera taller artístico propio ni se tuviera por maestro pintor.

Son singulares estos frescos no solo por su notable calidad, sino también por reflejar fielmente el gusto por lo macabro en el barroco hispano, pese a no corresponderse con el carácter real de la deidad. De hecho, Láquesis figura también como un esqueleto maléfico que rapta a un niño bajo la implacable mirada del dios Cronos que, reloj de arena en mano, recuerda al visitante lo efímero de su existencia.

 

Fotografía de Pepe Ponce

 

FUENTES

GONZÁLEZ SEGARRA, Sebastián. "Pinturas de la cripta de la iglesia del hospital de San Lázaro (Málaga) obra de un clérigo pintor (Pedro de Hermosilla) para la hermandad de San Lázaro", en Isla de Arriarán. Revista cultural y científica, nº 28, Málaga, Ediciones de la Asociación Cultural "Isla de Arriarán", 2006, pp. 79-80.

 

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