DEL REALISMO AL SURREALISMO (I)

Loreto López Martínez (13/11/2010)

Empiezas a limpiar una obra. Desde el principio con dudas sobre su originalidad; deben ser los años y su experiencia, cuando de repente, y a pesar de que las pruebas previas te decían que estabas equivocada, todo se va aclarando, se confirman esas dudas, y el misterio hace acto de presencia.

Una figura, por desgracia recortada, se va descubriendo poco a poco... Hay que esperar la decisión del propietario, hasta entonces nos quedará esta imagen surrealista y para mí muy hermosa. Es un San Antonio, sin duda, aunque no sé si de pobre, por la hogaza de pan, o con el Niño. Hay una imagen todavía oculta que no sé a que corresponde.

Algunos "artistas" aprovechan lienzos antiguos para confundir al cliente, por no decir engañar. En este caso, como en otros que ya se han visto, se pinta un bodegón de estilo Barroco sobre una antigua pintura religiosa, es evidente que el bodegón se vende mejor en los anticuarios.

Para nosotros, los restauradores, es un problema porque hemos de decirle a nuestro cliente que tiene una obra moderna, con clara intención de timo, sobre un trozo auténticamente antiguo; aunque incompleto, por desgracia, en este caso. La decisión ha de tomarla el cliente. Si fuera mío quizás lo dejara así, como se ve en la última foto: un guiño a la Historia del Arte.

Sólo he tenido un caso en que el propietario de algo similar se decidió a levantar la obra nueva, en otros casos no se atrevieron y prefirieron seguir viendo el fraude.

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