UNA DOLOROSA DE BLAS MOLNER EN LA LOCALIDAD CORDOBESA DE MONTEMAYOR

Con información de Rafael Herrador, Manuel Espejo Mármol y Jesús Abades (08/10/2023)


 

Nota de La Hornacina: noticia ampliada el 26/10/2023.

 

 
 
Foto: Hermandad del Nazareno (Montemayor)

 

La talla de la Virgen de los Dolores, titular mariana de la Hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno del municipio onubense de Montemayor, ha sido atribuida al escultor e imaginero Blas Molner (Valencia, 1738 - Sevilla, 1812), director de Escultura en la escuela sevillana de las Tres Nobles Artes y, según José Sánchez Herrero, un artista que supo aunar con acierto el sentido tradicional de la plástica sevillana barroca con la corrección propia del gusto neoclásico.

La historia de esta imagen en el seno de dicha corporación de penitencia comienza justo al término de la Guerra Civil española, siendo quemadas las antiguas imágenes del Nazareno y la Virgen de los Dolores el 24 de julio de 1936, junto con la mayor parte del patrimonio sacro de Montemayor. Tras la ejecución de la nueva imagen del Nazareno en 1936 por Martínez Cerrillo, en 1940 llegó la actual imagen de la Virgen de los Dolores.

La llegada de la dolorosa era un total misterio. No había ninguna carta, factura ni otro tipo de documento que pudiera dar una pista de su pasado. Un falso rumor que corría por Montemayor decía que la Virgen vino de La Rambla, y otro que llegó de Lucena -municipio para el que Molner trabajó en varias ocasiones-; ambas localidades cordobesas, y muy cercanas a Montemayor, sobre todo la primera.

Ello fue así hasta que se confirmó que la imagen procedía de la desaparecida ermita lucentina del Santo Cristo del Valle. Al cierre de la misma, todos sus bienes fueron trasladados a la Parroquia de San Mateo, tal y como había dejado en su testamento el patrono de la ermita. Desde San Mateo parece ser que fue trasladada a la Iglesia de Santiago, y el párroco, como ocurrió con otras imágenes, cuadros y retablos, la regaló a Montemayor.

 

 
 
Foto: Juan José Camargo (FOCOCOR)

 

Recordemos que en otra población cordobesa, Aguilar de la Frontera, existe otra obra de Molner. Se trata del Jesús Caído de la hermandad homónima con sede en la Parroquia del Carmen. Una obra que, en 2007, La Hornacina puso en relación -tras un detenido estudio a raíz de su restauración por el escultor e imaginero cordobés Antonio Bernal Redondo-, con otra figura sobre el mismo tema que se venera en la llamada "Ermita del Santo" de Valverde del Camino (Huelva), también de Molner.

Desde que llegó a Montemayor, la Virgen de los Dolores tuvo una gran aceptación entre los habitantes del pueblo. Pese a ello, sigue siendo muy poco conocida fuera del mismo. Respecto a las restauraciones sufridas, solo existe constancia de una reciente, la efectuada en 2018 por la escultora e imaginera sevillana Lourdes Hernández Peña, con el presentimiento de que aún conserva su policromía original entre las capas de repintes posteriores.

Fue entonces cuando la sevillana Hermandad de San Benito se empezó a interesar por esta imagen. En 2021, David Molina Cañete atribuyó a Molner su dolorosa titular, la Virgen de la Encarnación, una obra que también La Hornacina puso en relación con la Virgen de los Dolores del municipio sevillano de La Puebla del Río, en este caso cuando esta última -de tamaño algo inferior del natural y catalogada entonces como obra anónima del siglo XVIII-, estaba siendo restaurada en 2005 por el escultor e imaginero hispalense Juan Manuel Miñarro, quien ocho años después intervino la Virgen de la Encarnación. Quedaba así confirmada la teoría que defendíamos desde este medio acerca de la datación de la dolorosa de San Benito como imagen dieciochesca, y no del siglo XVI como hasta entonces se había supuesto.

 

 
 
Foto: Cristóbal Río

 

No hay duda que las tres dolorosas se hallan relacionadas, opinión que confirma el historiador Jesús Porres Benavides, sobre todo tratándose de la Virgen de la Encarnación. Recientemente, Porres Benavides, junto con Fernando Prado Romera, atribuyó a Molner dos imágenes del templo de San Blas en Carmona. Asimismo, en 2002, Salvador Guijo relacionó con el escultor la Virgen de los Dolores que está en la sacristía del convento de la Consolación de Triana, y lo mismo hizo Manuel García Luque con dos crucificados de Sevilla y una pareja de ángeles de Lucena, localidad de donde procede la dolorosa de Montemayor, como hemos dicho antes.

Estas y otras afirmaciones confirman que en los últimos años, como afirma Molina Cañete, estamos asistiendo a una revisión crítica de la producción artística de Blas Molner, lo que está sirviendo para dar a conocer nuevas atribuciones sobre tallas de carácter religioso y devocional. Gracias a ello, se han ido desvelando algunos aspectos que son clave para comprender las particularidades que se dan en su obra.

En la Virgen de los Dolores de Montemayor (Córdoba), el esquema plástico se repite respecto a las dolorosas citadas anteriormente, mostrando una fisonomía de rictus de acusado dolor, abultados ojos de pronunciada caída, labios superiores retraídos e inferiores caídos con la hilera superior de dientes y la lengua talladas, y manos fuertemente entrelazadas -que la Virgen de la Encarnación perdió, pero que el resto conserva-, conformando una estética, según Salvador Guijo, en la que subyacen elementos sevillanos y granadinos con cierta raigambre de lo valenciano.

 

 
 
Foto: Foto: Hermandad del Nazareno (Montemayor)

 

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