Kovatchev muestra, una vez más, en esta nueva serie sus dotes de dibujante insuperable que domina, como pocos, tanto el arte del retrato, ya sea en óleo, dibujo o aguafuerte; como la pericia compositiva, que ejecuta sin necesidad de boceto previo alguno; además de la clave en el tratamiento del color, a pesar de su daltonismo. La conjunción de todos estos elementos, así como la espiritualidad latente en su obra, hace que el espectador se sienta especialmente atraído por el magnetismo que desprende la misma.

Otras obras de diferente temática como la Serie Andrómeda, finalista en el Premio Penagos de Dibujo, la Serie Erosión, Los Caballos Tracios y la Suite Travromagia, entre otras, conforman este espacio expositivo en el que conviven los mitos y culturas milenarias con el presente, de la mano de un gran maestro contemporáneo, consolidado en nuestro país desde su llegada de Bulgaria en 1992, gracias al reconocimiento otorgado tanto por la crítica especializada, como por los numerosos premios y distinciones obtenidos en Bulgaria, Japón, Grecia, Alemania, Italia, México y España, a lo largo de su dilatada y fructífera trayectoria artística.