EL HOSPITAL DE MAUDES O LA ANTIGUA CASA DE LOS GATOS DE MADRID

29/09/2019


 

 

La Comunidad de Madrid abrirá las puertas del Hospital de Jornaleros de Maudes, sede de la Consejería de Vivienda y Administración Local y obra de los reputados arquitectos Palacios y Otamendi, con motivo de la Semana de la Arquitectura, que se celebrará entre el lunes 30 de septiembre y el 7 de octubre y en la que el Colegio de Arquitectos de Madrid organizará visitas guiadas en diferentes edificios de la capital.

Se trata de un edificio público de carácter benéfico promovido por la mecenas Dolores Romero -viuda del financiero Francisco Curiel y Blasi-, quien movida por las corrientes filantrópicas de la época y el interés por extender la sanidad entre las clases más desfavorecidas, encarga su construcción en un solar situado junto al antiguo Paseo de Ronda en las inmediaciones de Cuatro Caminos, que en aquel entonces era una aldea madrileña, perteneciente al municipio de Chamartín de la Rosa. Las obras se inician en 1909 y concluyen en 1916, año en que recibió el Premio del Ayuntamiento de Madrid.

Es obra de los arquitectos Antonio Palacios y Joaquín Otamendi, autores del Palacio de Correos y el Círculo de Bellas Artes, entre otros. El hospital se diseña tomando como modelo el tradicional esquema de planta cruciforme, sobre el que introduce las oportunas variaciones para adaptarlo a los requerimientos de la medicina moderna. El resultado es un conjunto de construcciones en las que apuesta por la funcionalidad y la distribución racional de los espacios, pero sin renunciar a la monumentalidad.

El elemento central del inmueble lo constituyen los pabellones para enfermos, cuatro naves con amplias galerías abiertas dispuestas en diagonal y rematadas en dos cuerpos laterales coronados por sendos torreones, que se articulan desde un patio ambulatorio de forma octogonal. Esta solución no solo favorecía la circulación entre dependencias, sino que además permitía aprovechar las máximas posibilidades de iluminación y ventilación.

 

 

Todo el conjunto se encuentra rodeado por jardines, a los que Palacios otorga una especial relevancia, pensando en la influencia positiva que podían ejercer en el estado anímico de los enfermos. Este mismo razonamiento explica la ubicación del mortuorio y la sala de autopsias en un lugar oculto a la vistas desde el edificio principal, junto a uno de los laterales del muro perimetral que delimita el solar.

Otra importante innovación que introduce es el emplazamiento de la iglesia. Si en la tradición arquitectónica hospitalaria ocupaba el lugar central, en este caso se traslada al extremo norte. El aspecto monumental de su fachada y la silueta de sus prominentes torres recuerdan al Palacio de Comunicaciones, proporcionando al conjunto una mayor sensación de verticalidad. En su interior destacan las vidrieras de la casa Maumejean Hermanos, detalle ornamental que puede interpretarse como un acercamiento al Modernismo.

El Hospital de Jornaleros es posiblemente la obra más completa de sus arquitectos y también la que mejor refleja el espíritu ecléctico y contradictorio de su estilo. A pesar de su acentuado carácter metropolitano, en él se adivinan algunos de los signos que definirán su etapa regionalista, como evidencia el uso de la piedra, apenas sin labrar, en las fábricas y el empleo de materiales cerámicos, como los azulejos creados por Daniel Zuloaga o los paneles realizados por Manuel Ramos Rejano para los revestimientos interiores.

Inaugurado en 1917, el hospital fue incautado en 1936 y destinado a atender a los heridos del bando republicano durante la Guerra Civil. Las tropas lo convierten en Sanatorio de Milicias Populares y pasa a convertirse en el primer hospital de sangre de Madrid, atendiendo a todos los heridos en el frente. Durante esta época también es conocido como Hospital Obrero. El 7 de abril de 1939, después de entrar en Madrid el ejército sublevado, el hospital de Maudes, en ese momento denominado Hospital nº 5 de Especialidades, pasó a llamarse Hospital Militar de Urgencias. Entre 1950 y 1964 se efectúan obras de emergencia y mantenimiento con poco presupuesto. Ante la imposibilidad de la fundación para su reactivación, acaba cerrándose al final de la década.

En 1984 todo el inmueble, a excepción de la iglesia -dedicada a Santa María del Silencio- y sus dependencias, fue adquirido en subasta notarial por la Comunidad de Madrid para albergar la sede de la Consejería de Ordenación del Territorio, Medio Ambiente y Vivienda. Con la finalidad de adaptar las instalaciones a sus nuevas funciones, se llevaron a cabo importantes obras de reforma y rehabilitación que permitieron recuperar algunos elementos originales y destinar los espacios anexos a biblioteca y sala de exposiciones. Tras la profunda reforma se inauguró el 23 de septiembre de 1986. Durante los años 2006 y 2008 se efectuó una nueva restauración integral de las fachadas y del muro perimetral.

 

 

Antes de ser sede de la Consejería, el edificio, uno de los más singulares de toda la arquitectura madrileña, era conocido por los vecinos como "la casa de los gatos", debido al abandono que sufrió a partir de finales de la década de 1960. Al quedar vacío y expuesto a acciones depredadoras, se convirtió en refugio de vagabundos, escenario de aventuras de los niños de la zona y filón de chatarreros donde la vegetación creció sin control.

El emblemático edificio del nº 17 de la madrileña calle Maudes abre sus puertas a los ciudadanos el próximo miércoles 2 y el jueves 3 de octubre a las 18:00 horas y a las 19:00 horas. Otros de los edificios públicos que podrán ser visitados son el Archivo y Biblioteca Regional Joaquín Leguina, situado en la calle de Ramírez de Prado, nº 3, así como la Biblioteca Pública José Hierro, situada en la Avenida de Rafael Ybarra, nº 43.

Durante la XVI Semana de la Arquitectura el público podrá visitar un total de 71 edificios y hasta con 30 itinerarios diferentes, entre los que destacan 6 infantiles, todos ellos guiados por arquitectos. Las visitas son organizadas por el Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid y la Fundación Arquitectura en diferentes edificios históricos y singulares con especial valor arquitectónico.

Todas las visitas son gratuitas previa inscripción y recorrerán diferentes itinerarios urbanos entre los que destacan los Jardines de Palacio o el Madrid de los Austria, pasando por el Barroco y Romanticismo o grandes maestros modernos. Para el fin de semana mantienen los itinerarios infantiles y familiares por Madrid Río, Parque del Capricho, el Parque de Quinta de los Molinos o el Parque de El Retiro de Madrid.

 

 
 

La iglesia, antigua parroquia Madre del Divino Pastor y San Francisco de Paula, y sus dependencias, pertenecen a la Fundación de San Vicente de Paúl. En 2012 se inaugura en esta iglesia la nueva sede de Santa María del Silencio, templo de personas sordas y sordociegas, ubicada desde su creación, el 3 de mayo de 1973, en distintas dependencias cedidas por la Parroquia de los Ángeles. Se trata de una parroquia específica para la atención pastoral de las personas sordas y sordociegas de la Archidiócesis de Madrid. Es accesible, para esta y otras discapacidades, al contar con bucle magnético, pantalla con proyección de textos, comunicación en lengua de signos y lengua oral. Se realizan las mismas actividades y servicios que en cualquier otra parroquia, por lo que cualquier persona oyente está también invitada a participar. La iglesia está construida en un estilo ecléctico, historicista, medievalista y de secesión vienés. La fachada, con dos grandes torres, está decorada con cerámica y vidrieras. Las cerámicas son de Daniel Zuloaga, que emplea dos técnicas, la del "trencadiç" introducida por Gaudí, y la de paneles cerámicos, constituidos por azulejos denominados gotas de agua. Las vidrieras de la casa francesa de Maumejean la acercan al modernismo, estilo de la reja que cierra la entrada. La planta es de cruz griega, con los cuatro brazos acabados en ábsides y decorados por vidrieras con escenas religiosas, leyendas en latín y esculturas. También destaca el púlpito y las lámparas bizantinas. En el ábside frontal está situado un altar muy elevado de antes de la reforma del Concilio Vaticano II, de espaldas a los fieles, presidido por la pequeña talla en madera de Santa María del Silencio. Algunos santos de las vidrieras son San Isidro, San Juan de Dios, San Rafael, San José, el Ángel de la Guarda, San Roque, San Francisco de Asís, San Lorenzo y San Vicente de Paúl, del que también hay una escultura. A la izquierda del altar se representa a San Juan de Dios asistiendo a los enfermos. En la vidriera del coro se ven escenas de Jesús auxiliando a pobres vencidos y fatigados. Debajo se sitúa una talla de San Francisco de Paula. Las cerámicas de reflejos cobrizos que cubren parte de las paredes del altar mayor y los brazos laterales fueron realizadas por la casa Manuel Ramos Rejano, del barrio sevillano de Triana.

 

Fotografías de la Comunidad de Madrid

 

Volver          Principal

www.lahornacina.com