Guía Nocturna de Museos muestra el resultado de la investigación que en los últimos siete años ha llevado a cabo el fotógrafo Fernando Maquieira: una búsqueda obsesiva en más de 50 museos de todo el mundo por conocer qué ocurre con las obras de arte cuando están en la intimidad. La exposición muestra una nueva interpretación de las obras de arte en los museos a partir de otra luz, o de la ausencia de ella.

En el museo, las obras de arte participan del estado de ánimo del espectador y, gracias al goce estético, a las emociones que despiertan y al conocimiento que nos aportan, es donde encuentran todo su significado y su importancia. Solo en el museo y dentro de la experiencia individual del espectador, las obras de arte se convierten en realidades importantes para el presente, en experiencias y vivencias fundamentales.

En nuestra época entendemos el museo como el hogar natural de las obras de arte. Los visitantes aceptamos la categorización que se nos impone de las piezas expuestas y exigimos que nuestra visita se produzca en condiciones ideales de accesibilidad e iluminación. En los museos las obras de arte se encuentran atrapadas por una serie de lazos artificiales, alejadas del lugar para el que fueron creadas y expuestas a una contemplación indiscriminada.

Durante los últimos siete años, el fotógrafo Fernando Maquieira ha estado investigando obsesivamente en más de 50 museos de todo el mundo qué ocurre con las obras de arte cuando están en la intimidad. Qué misterios esconden los museos cuando están cerrados al público. Preguntándose qué sensaciones se pueden experimentar al recorrer las galerías de los museos en la noche, mientras se realiza la fantasía de deambular por un museo cerrado, rodeado de obras de arte cuando nadie las mira.

La exposición Guía Nocturna de Museos nos invita a visitar un museo de museos con otra luz o en ausencia de ella. A partir de una puesta en sala que emula las noches en los museos, y con una mirada no exenta de ironía, el autor se cuestiona el museo moderno. Reflexiona sobre conceptos como el goce estético de la contemplación íntima y en penumbra, las interferencias que se producen entre espectadores y piezas que no se crearon para convivir, los recursos utilizados en vigilancia y seguridad o el mantenimiento de las obras de arte para que conserven eternamente su estatus.

Fernando Maquieira ha cumplido la fantasía de deambular por museos cerrados de todo el mundo y rodearse de obras de arte cuando, tras un largo día de visitas, nadie las mira. En la penumbra o iluminadas por las luces de servicio, sus fotografías cuestionan el vínculo existente, pero artificial, de la obra con el espacio, la capacidad comunicativa de los museos y la de las propias obras de arte. Contemplándolas en el silencio de la noche se potencia la experiencia individual del espectador y somos testigos de las emociones que el arte nos transmite en su intimidad, cuando se muestra de una forma más evidente y directa.